El Ministerio de Defensa ruso dice que Ucrania podría hacer detonar una “bomba sucia” dentro de su propio territorio para después culpar a Moscú de esa peligrosa y reputacionalmente costosa maniobra. Los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, por su parte, acusan a Rusia de lanzar advertencias infundadas con el objetivo sumar pretextos para una escalada de la guerra.
Aunque nadie sabe a ciencia cierta qué pasará, y nunca en la historia se ha registrado un ataque con una bomba sucia, el temor sobre la utilización de este tipo de dispositivo radiológico está presente. Con esto, también surgen interrogantes sobre su funcionamiento y su verdadero poder de destrucción. ¿Es tan peligroso y letal como el de una bomba nuclear? Veamos sus principales factores para entenderlo mejor.
Bomba sucia no es lo mismo que bomba nuclear
Cuando se habla de armas radiológicas, generalmente, tenemos a pensar en las devastadoras consecuencias de una explosión nuclear, como la ocurrida en Hiroshima o Nagasaki, en 1945. Sin embargo, no todas las armas radiológicas funcionan de la misma manera ni tienen el mismo poder destructivo. En primer lugar, es preciso señalar que las bombas sucias no son bombas nucleares, explican desde los CDC.
Mientras que una bomba nuclear es un dispositivo que deriva su fuerza destructiva de una reacción nuclear, que implica la división de átomos y una enorme liberación de energía que produce la nube atómica, la bomba sucia usa dinamita u otros explosivos convencionales para dispersar polvo radiactivo. Los efectos de este último, aunque peligrosos, no son necesariamente letales en lo inmediato.
De esta forma, el material radiactivo no se presenta como el principal peligro de una bomba sucia, aunque este componente tiene un muy claro propósito: sembrar el pánico entre la población y provocar daño psicológico. La explosión, en este caso, sí tiene la capacidad de causar muertes, lesiones graves e incluso dañar edificios, pero en proporciones limitadas y no comparables con los de una explosión nuclear.
Aunque depende del tipo y la cantidad de materiales radiactivos utilizados, la explosión de una bomba sucia puede provocar exposición a la radiación en los seres humanos. En general, esta no sería lo suficientemente elevada como para causar enfermedades graves de manera inmediata. Sin embargo, las personas situadas cerca del lugar del impacto, sí podrían padecer enfermedad por radiación.
Los CDC también mencionan el factor de la contaminación radiactiva. Las condiciones climáticas, como el viento y la lluvia, podrían hacer que el polvo y el humo de la explosión se esparzan más allá del lugar del ataque, imprimiendo un riesgo para las personas que los inhalen inconscientemente. Esto se debe a que no es posible advertir la presencia de radiación por la vista, el gusto o el olfato.
El protocolo recomendado por la agencia estadounidense en caso de la explosión de una bomba sucia incluye evitar la inhalación de polvo y humo, así como evitar tocar objetos que pudieran estar contaminados tras la explosión. También resguardarse en interiores, bloqueando la entrada de humo o polvo por los huecos de ventanas o de las puertas y no ingerir alimentos que hayan estado a la intemperie.
Construcción y uso de una bomba sucia
Como hemos visto, uno de los elementos necesarios para montar una bomba radiactiva es el material radiactivo. Pese a que se trata de un elemento que presenta un riesgo para la salud y que su disponibilidad está sometida a estrictas regulaciones, existen miles de fuentes “huérfanas” dispersas por todo el mundo, señala la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos.
Estamos hablando de materiales radiactivos que se utilizan habitualmente en hospitales, instalaciones de investigación o sitios industriales que, por algún motivo, han sido abandonados, extraviados, robados o transferidos ilegalmente. Si una organización consigue este material, técnicamente podría combinarlo con explosivos convencionales para dar lugar a una bomba sucia.
Debido a sus características, las bombas sucias han sido calificadas como “armas de alta tecnología” y no “armas de destrucción masiva”, pero su utilización podría ser considerada ilegal debido al riesgo para la población civil. En este caso, la utilización de este tipo de artefacto podría ser demasiado arriesgado para cualquier actor involucrado en un conflicto bélico al exponerse a un impacto reputacional negativo.
Imagen: Alexei Alexandrov/AP
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