Estamos en plena fiebre de la inteligencia artificial. Y con razón: los avances en el campo están siendo exponenciales cada pocos meses. El ritmo es de vértigo, y a diferencia de lo que ha ocurrido en etapas más centradas en la pura investigación, el público está experimentando desde hace año y medio todas sus ventajas con la llegada de ChatGPT y otros.
Fabricantes como Samsung quieren subirse a la ola y han hecho a la inteligencia artificial protagonista absoluta de su gama alta de electrodomésticos conectados de 2024. No es la primera vez que la compañía hace menciones a la inteligencia artificial en dispositivos del hogar, pues ya en 2018 mencionó estar usándola en el motor de escalado de sus nuevos televisores 8K con 8K AI Upscaling.
Las menciones a modos inteligentes en imagen y sonido tampoco han faltado. Ahora toca ver qué significa usar inteligencia artificial en electrodomésticos tras el boom de la IA generativa. Puede ser solo una etapa hasta que la inteligencia artificial vuelva a centrarse en el centro, o es posible que ya nunca se mueva de ahí.
Qué significa que mi frigorífico y lavadora tengan inteligencia artificial
La gran apuesta con inteligencia artificial de los electrodomésticos de Samsung para 2024 son sus nuevos frigoríficos Bespoke French Door con AI Family Hub+ de la gama Family Hub, esos que llevan años equipando pantallas gigantes, antes de que la compañía quisiera llenar la casa entera de pantallas.
Lo primero que hay que entender por inteligencia artificial en electrodomésticos es que se trata de una forma de nombrar la enorme recopilación de datos efectuada por sensores y cámaras (que es lo que distingue a estos dispositivos de otros conectados pero sin funciones de inteligencia artificial).
En concreto, representantes de Samsung contaron a Xataka que en el caso de los frigoríficos, la compañía recoge datos 300 veces al día. No es algo exclusivo de los nuevos modelos: este funcionamiento también está presente en determinados modelos lanzados desde julio del año pasado. Algo que preguntamos a Nacho Ángel, director de gama blanca de electrodomésticos de Samsung Iberia, es si el procesamiento de estos datos se realiza en local o en la nube. Y la respuesta fue que lo segundo, pues por el momento, los electrodomésticos no tienen chips capaces de cálculos computacionalmente exigentes.
El centro de la experiencia inteligente de los frigoríficos es su enorme pantalla, pero la clave es su cámara AI Vision Inside: es capaz de identificar 33 tipos de alimentos frescos cuando los metemos y sacamos. Con ello, el usuario gana varias posibilidades. En primer lugar, puede saber desde la aplicación qué tiene y qué no en su nevera.
En segundo, se beneficia de cálculos del algoritmo, por los cuales establece el tiempo que dura en buen estado una verdura, contando desde que lo introducimos, y avisará según esos cálculos. Por último, el frigorífico también ofrece recetas basadas en los alimentos disponibles reconocidos con las cámaras, dando libertad al usuario de qué alimentos debe tener en cuenta para el menú a preparar.
En el caso de las lavadoras, donde las pantallas de 7 pulgadas también se convierten en protagonistas, Samsung nos contó que sus cinco sensores recogen datos 200 veces por día, es decir, 100 menos que los frigoríficos. Y más allá de en el ahorro de energía, que veremos más tarde, la lavadora se centra más en detectar hábitos y características de nuestro uso como tipo de ropa que lavamos.
En un programa de lavado tradicional todos o casi todos los parámetros de lavado están predeterminados. Con el análisis de la información de sus sensores, Samsung presume de ajustar inteligentemente la cantidad de detergente o agua que utilizará por lavado, detectando hábitos como el tipo de ropa que lavaremos en cada momento, así como el centrifugado y el programa de secado si estamos en una lavadora secadora.
Si por trabajo utilizamos normalmente ropa delicada, la lavadora aprenderá que solemos usar ese tipo de lavado, y lo sugerirá en próximas ocasiones, aprendiendo también patrones de lavado asociados a acciones como hacer deporte, para más tarde ajustar los patrones del ciclo de lavado al cuidado que necesita la ropa deportiva.
Otras variables donde los sensores aportan información para elegir el mejor lavado son la carga y peso de la colada, así como su grado de suciedad. Dependiendo de ello, se establecerán unos parámetros u otros, añadiendo incluso más detergente del depósito de autodosificación o tiempo de aclarado.
Por último, pudimos conocer qué aporta la inteligencia artificial a un nuevo robot aspirador, el Samsung Bespoke Jet Bot Combo AI. Lo primero es AI Floor Detect, una tecnología mediante la que el robot reconoce el tipo de suelo para ajustar la potencia de succión: suelos duros más fáciles de aspirar o alfombras que necesitan más aspiración.
Con ese ajuste también se ahorra batería por zonas, pues no hará falta la misma potencia para limpiar todas las partes de la casa. También cuenta con un sistema mejorado de mapeado capaz de diferenciar entre personas o cables y otros objetos, e incluso identifica manchas. Cuando lo hace, puede volver a la base a calentar las almohadillas y el agua para limpiar mejor ese espacio complicado para la mopa.
El ahorro de energía, muy potenciado por el análisis de datos
Hemos hablado de electrodomésticos con funciones muy distintas, pero si algo tienen en común es que toda la información que recogen sus sensores llevan a un punto común, aunque el camino sea distinto: ahorro de energía.
En primer lugar, mediante las pantallas integradas (y con la app SmartThings) podemos conocer estimaciones de consumo energético diario, semanal y mensual de los distintos dispositivos.
En el caso del frigorífico, los sensores informan de patrones de uso de los usuarios. Y esto hace que, por ejemplo, analizando si abrimos con más o menos frecuencia el dispositivo por la noche, se ajuste el compresor a una potencia menor a la estándar, calculando que sirve para mantener bien los alimentos en las próximas horas, dado que la previsión es que no se abrirá. En este proceso se tiene en cuenta el uso de todas las personas del hogar, no solo de forma individual.
También el consumo se beneficia de un mayor grado de análisis en tanto que el frigorífico da al control del compresor información más detallada. Así, Samsung argumenta que un compresor con un sistema convencional se queda en muchos casos al 20% de potencia de forma indefinida, sea cual sea la necesidad. Con la solución mediante la recopilación de más datos, Samsung afirma ser capaz de estimar a la perfección la potencia justa que se necesita. Así que si un 5% es suficiente para mantener la temperatura correcta, bajará de ese 20% al 5%.
Lo mismo tras abrir una puerta: la potencia a la que se ajusta para llegar a la temperatura marcada en el frigorífico será variable dependiendo de la estimación, frente a otros casos de frigoríficos comunes, en los que el compresor se activa sí o sí a cierta potencia independientemente de la necesidad.
En las lavadoras, el reconocimiento del consumo mensual lleva a que el sistema ofrezca consejos como activar el modo AI Energy Mode. Si establecemos un objetivo de gasto de energía determinado, la lavadora ofrecerá activarlo si nos acercamos a superarlo, usando lavado frío y ahorrando un 70% respecto del de agua caliente.
A este ahorro también ayudan los modos anteriormente mencionados: con una mayor detección de las prendas y del peso de cara a ajustar el programa de lavado, se ahorrará mucha energía que de otra forma se desperdiciaría en, por ejemplo, centrifugado. No porque el modo sugerido sea en sí sea más eficiente, sino porque es el que necesitamos, frente a otro que usamos por costumbre y que emplea muchos más recursos. No todo es energía: ahorrar en detergente y suavizante no solo protege la ropa, también reduce mucho el dinero que destinaremos en la cesta a comprar estos artículos.
¿Inteligencia artificial o no?
Independientemente de que consideremos inteligencia artificial o no a lo que Samsung incluye en su gama blanca, la realidad es que las funciones descritas suman, como dijimos que sumaba el hecho de incluir ciertas funciones de las pantallas, porque las interfaces son funcionales y fluidas.
Partiendo de esa base, lo que es inteligencia artificial o no siempre será una cuestión sujeta a debate. Para muchos expertos, no lograremos la inteligencia artificial hasta la AGI (Inteligencia Artificial General). Para otros, lo será lo vivido a raíz de los LLM (modelos grandes de lenguaje) como GPT-3, mientras que para otros, un uso básico de aprendizaje automático como el que Samsung utiliza en sus electrodomésticos también lo es. Y es justo lo que se lleva promocionando como inteligencia artificial desde hace años, en smartphones, PCs, etc.
Sea lo que sea lo que hemos visto, lo que como usuarios siempre tendremos que buscar es la utilidad en lo que compramos, independientemente de cómo las marcas llamen a una tecnología.
Lo que es claro es que las manifestaciones de esta tecnología en electrodomésticos no dan para hablar de inteligencia artificial generativa (ni falta que hace, por otra parte). Pero sí como Samsung llegó a mencionar la integración con un Bixby un poco más natural en estos dispositivos en la presentación. Para llamarlo así, tendríamos que poder pedir al Bixby de nuestra Smart TV, lavadora o frigorífico que nos generase un dibujo determinado y lo mostrase en una pantalla para que nuestro hijo, por ejemplo, pudiera copiarlo en un papel.
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