MKBHD, el fantástico youtuber sobre tecnología, publicó hace unos días un vídeo enumerando algunos dispositivos de los últimos que resultaron estar, a su juicio, adelantados a su tiempo. Por ejemplo, las Google Glass (que ya llevan ¡diez años! entre nosotros) cuando una década después todavía no tecnológicamente posible construir unas gafas de realidad aumentada como tal, con una experiencia mínimamente atractiva —lo cual no quita que haya que reconocer el arrojo de Google para este tipo de propuestas—. También mencionaba el Motorola Atrix y su clarividencia temprana en torno a la convergencia móvil-PC... aunque con matices. Pero eso lo veremos después.
Hay casos más allá de los dispositivos móviles, como el EV-1, el primer coche eléctrico que fabricó General Motors en los años noventa. Vendieron menos de 2.000 unidades y pasaron lustros hasta que comenzó a despertar la auténtica revolución eléctrica, que sigue su curso, aunque despacio. En el software, Vine nos enganchó y cautivó para morir de forma prematura, aunque en este ejemplo quizás pesara más la pésima dirección de producto que se llevó a cabo con ella que el hecho de llegar demasiado temprano. En definitiva, fue totalmente funcional y adoptada mientras aguantó con vida.
Así que tal vez resulte interesante definir exactamente qué significa que un producto tecnológico llegase adelantado a su tiempo.
Tecnología temprana
Una definición que parece que pueda despertar unanimidad es que estos productos son aquellos cuya vida y muerte ocurrió antes de que naciese una categoría que sí logró el éxito. El vidrio Gorilla Glass, por ejemplo, nació en los 60 y no hubo un producto idóneo para incorporarlo (pantallas pequeñas que requieran alta resistencia a caídas y golpes) hasta ya entrado el siglo XXI.
En los ejemplos de Brownlee no todos los casos se ajustan a esta descripción, ni siquiera dejando mucha manga ancha para interpretaciones ocurrentes.
Las Google Glass han seguido evolucionando poco a poco y todavía no hay un equivalente mejorado y funcional en el mercado. Hay interés por llevar la realidad aumentada a unas gafas y existen ciertos casos de uso donde a priori tiene mucho sentido, pero es una incógnita si serán relevantes en el mercado.
Empezando por si las gafas, que como figura hay gente pagando dinero y pasando por quirófano para librarse de ellas, serán tan convincentes como para que haya una masa crítica interesa en llevarlas. No pueden ser un ejemplo de "adelantadas a su tiempo", al menos a día de hoy. Las gafas de Meta o Snap están muy lejos del propósito generalista de aquellas. Estas simplemente funcionan cómo cámaras adaptadas al punto de vista y a sus redes sociales.
El Motorola Atrix captó la atención del geek promedio durante unos minutos pero hasta ahí llegó el interés de la gran mayoría. Otras marcas han insistido con propuestas similares y nunca han logrado el éxito comercial. La convergencia ha acabado yendo por otro lado. Tampoco puede ser considerado un adelantado a su tiempo.
¿El coche 100% eléctrico de General Motors? Aunque se le puedan sacar algunos peros y asteriscos, empezando por su autonomía y acabando por el recall masivo mediante el cual destruyeron la inmensa mayoría de las unidades adjudicadas vía leasing (aunque no todos), lo cierto es que este sí fue un adelantado a su tiempo. Aunque muchas décadas atrás hubiesen modelos eléctricos, este fue el primero de la era moderna, vehículo con todas las letras. La suerte no le acompañó y tres lustros después llegó el Tesla Model S para señalar el camino a toda una industria.
Otros no mencionados por Marques: el Sony Glasstron, una suerte de casco de realidad virtual que data de 1996. Nunca más se supo de él tras su quinta versión, de 1998, pero el tiempo acabó dando encaje a cascos como este. Especialmente, a Oculus.
En una línea muy similar, también temporal, está Sega Channel, el servicio de juegos online previo pago que desarrolló Sega en 1993. Usaba cable coaxial y requirió de acuerdos con broadcasters. Era bastante más limitado que cualquier plataforma actual de juego online, pero estamos hablando de 1993.
Aunque quizás se lleva la palma el Autoped, un patinete eléctrico que se remonta a 1915 y a quien se le caerían los manillares si viese que tuvieron que pasar cien años para que ese mismo tipo de producto empezase a arrasar ciudades.
Adelantados a su tiempo con todas las letras. Tuvieron la receta del éxito pero la cocinaron demasiado temprano y luego fueron otros los que se llevaron el gato al agua. Sony y Microsoft con el juego online, Xiaomi y Cecotec con los patinetes y Oculus con la realidad virtual. Maldita premura.
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