Katrina Spade es una arquitecta con una obsesión desde pequeña: la muerte. Concretamente la manera habitual en que en la mayoría de culturas actuales se produce el enterramiento. Ella tiene una propuesta que considera mejor y la plasmó en su tesis en la Universidad de Massachusetts.
Unos años después, su Urban Death Project busca financiación para convertirse en realidad, es decir, en un edificio que haga las veces de cementerio pero donde los cuerpos humanos se almacenen para esperar a que se descompongan y obtener de ellos compost que integrar de nuevo en la naturaleza. ¿Aportarías tu dinero para conseguirlo?
Un cementerio activo que produce compost
Urban Death Project es un edificio diseñado por Spade y que se compone de tres elementos diferenciados, cada uno de los cuales puede personalizarse si la comunidad que lo va a usar así lo desea. En la zona superior los familiares pueden proceder al ritual del enterramiento colocando el cuerpo del fallecido sobre una mezcla de trozos de madera y serrín. Con el paso del tiempo, del orden de unos dos meses, los cuerpos se han descompuesto en su mayoría y convertidos en compost.
Es entonces cuando los familiares pueden recoger esos restos, como si de cenizas procedentes de una incineración se tratara, y llevarlos a jardines privados o públicos. El calor generado en la descomposición sería suficiente para poder usar los restos obtenidos como abono orgánico, pero ya advierten que todavía se encuentran cerrando detalles sobre cómo determinados materiales como los metales pesados o restos de medicamentos pueden separarse en el proceso. El resto de elementos que no se descomponen son retirados y reciclados convenientemente.
El proyecto de esta arquitecta busca financiación colectiva para ponerse en marcha. Aunque hay colaboración desde 300 dólares que dan derecho a asistir a la inauguración, hacerse con una plaza en este moderno cementerio cuesta a partir de 2.500 dólares.
Más información | UrbanDeathProject.
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