En la actualidad, los torpedos son una de las alternativas más efectivas para atacar objetivos marítimos. Sin embargo, estos proyectiles están lejos de ser perfectos: son caros y requieren de recursos especiales para ser lanzados, como submarinos ubicados cerca del objetivo enemigo. La Fuerza Aérea de EEUU cree haber encontrado la forma de superar estos obstáculos: una poderosa bomba guiada de bajo coste.
Quicksink, que es como se le conoce a esta nueva arma, se puede lanzar desde aviones y es capaz de atacar barcos que se encuentran detenidos, así como también en movimiento. Su objetivo de daño es claro: inutilizar el objetivo marítimo. ¿Cómo? Dañando severamente la quilla, que la columbra vertebral de la embarcación. Ante este tipo de ataque, por lo general, los barcos terminan partidos en dos.
De "bomba tonta" a arma de precisión
La clave del sistema, que ha sido desarrollado entre la Fuerza Aérea y la Marina de EEUU, es que convierte a las bombas convencionales que se encuentran en el arsenal en armas guiadas de precisión. Es decir, en lugar de desarrollar una solución completamente nueva, que suele disparar los costes a niveles estratosféricos, se combinaron los recursos existentes para crear una alternativa a los torpedos.
El proceso de transformación de las bombas es tan sencillo como agregar un kit de orientación fabricado por Boeing, conocido como JDAM. Se trata de un complemento que incluye un sistema de navegación inercial y un sistema de posicionamiento global (GPS). Una vez que un proyectil es "convertido", se lo despoja de su nomenclatura tradicional y recibe el identificador GBU, que quiere decir "unidad de bomba guiada".
Las bombas con JDAM, según la Marina, son muy versátiles. Esta cualidad se debe a que las coordenadas de los objetivos se pueden cargar en diferentes instancias: antes del despegue, durante el vuelo, y automáticamente, con información basada en los sensores de la aeronave. Asimismo, el sistema permite atacar varios objetivos a la vez, o disparar varios GBU contra un mismo objetivo.
Un sistema en evolución
Si bien la capacidad para partir un barco en dos con una sola bomba es nueva, la existencia de este tipo de armas data de 1997. A lo largo de los años, EEUU ha utilizado los GBU en diferentes escenarios de guerra, al tiempo que, el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL), ha ido mejorando el sistema para hacerlo más preciso y compatible con distintos tipos de bombas.
El pasado 28 de abril, el AFRL puso a prueba su más reciente versión del sistema. En colaboración con la Base de la Fuerza Aérea Eglin lanzó desde un cazabombardero F-15E Strike Eagle una bomba de 900 kilos GBU-31 sobre la costa oeste de Florida. El impacto se produjo en un barco grande (no se mencionaron sus dimensiones) que en sus tiempos operativo había sido un carguero. Como resultado, empezó a hundirse en menos de un minuto y desapareció por completo tras 39 segundos.
Tras el éxito de la prueba, EEUU seguirá desarrollando esta tecnología "para proporcionar nuevas capacidades a los sistemas de armas existentes y futuros". Con el paso del tiempo veremos si consiguen mejorar los costes, que en este momento se ubican en unos 25.000 dólares por unidad, su alcance, que es de 24 kilómetros, y su precisión, que es asistida por GPS y láser.
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