Cuando hablamos de monitores, pantallas, televisores,... solemos hacer referencia a su ratio de contraste como una de las especificaciones técnicas. Podemos suponer que como más grande sea este ratio de contraste mejor calidad de imagen ofrecerá, pero ¿qué es el ratio de contraste? Y lo que es más, ¿porqué hay tantas diferencias entre diferentes modelos?
Empezamos explicando el concepto de ratio de contraste, que es el ratio entre la luminosidad producida por el color más brillante y la producida por el menos brillante, es decir, la luminosidad del color blanco dividida entre la luminosidad del color negro emitidos por la pantalla.
Esto implica que como más grande sea la diferencia entre la luminosidad de ambos mejor será la calidad de la imagen. De nada sirve que el blanco sea muy luminoso si el negro también lo es, puesto que no conseguiremos una buena calidad en escenas oscuras. Lo mismo pasa en caso contrario.
Pero como estamos hablando de imágenes en movimiento entra en la ecuación también la variable tiempo, lo que nos ofrece dos medidas distintos del ratio de contraste: el ratio de contraste estático y el ratio de contraste dinámico.
El ratio de contraste estático es, básicamente lo que hemos explicado, la división de luminosidades en un momento dado. En cambio, el ratio de contraste dinámico toma en consideración el tiempo y se calcula como el ratio de luminosidades en diferentes momentos del tiempo.
No queda muy claro, ¿verdad? Veámoslo con un ejemplo. Si un monitor muestra una imagen estática con la mitad de la pantalla en color blanco y la otra mitad en color negro, la división de las luminosidades de ambas partes será el ratio de contraste estático.
Pero la tecnología actual permite variar el brillo de la pantalla en diferentes escenas, de forma que si estamos en una escena oscura es posible diminuir la luminosidad general, mientras que la podemos aumentar si la escena es muy clara. Esto comporta que el rango de luminosidades sea más grande pero solo en momentos diferentes, lo que permite calcular el ratio de contraste dinámico.
Por tanto, no debemos confundir el uno con el otro cuando comparemos modelos diferentes. Muchas veces los fabricantes nos ofrecen solamente el dinámico, ya que es más elevado y sabemos que en este mundo de la electrónica de consumo los números grandes siempre ganan, pero no debemos dejarnos engañar.
Hoy en día es normal encontrar ratios de contraste estático entre 1000:1 y 5000:1 (algunos hasta 10000:1) en monitores y televisores para el hogar, mientras que en contraste dinámico entramos hasta 25000:1 o más, lo cual, repito, no debe confundirnos a la hora de escoger entre distintos modelos.