El tablet sigue siendo un regalo para niños muy recurrido en estas fechas. También productos que se venden como tecnológicos, drones, robots y los tan de moda juguetes STEM. Pero, ¿son realmente regalos que les ayudan a apasionarse por la tecnología? ¿Sirven para que aprendan o se interesen por la tecnología? Reflexionamos sobre qué regalar y qué no regalar a los niños para que se apasionen por la tecnología.
Robots y juguetes STEM a debate
Si has estado ojeando algún catálogo impreso de grandes almacenes o sitios web de gigantes del comercio, el término STEM se ha hecho un lugar al lado de muchos juguetes. Se trata de juguetes relacionados con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas que buscan fomentar entre los más pequeños pasión y atracción por estas disciplinas más de moda que nunca y a las cuales tratan de llevar al ámbito práctico.
El otro argumento de venta es el asociado a las propias disciplinas: ayudan con la creatividad, la lógica y la capacidad y habilidad de los más pequeños para resolver problemas. Los asociados con la tecnología son aquellos en que entra en juego la construcción a base de elementos electrónicos y la programación de esas partes, como ocurre con algunos robots.
La tendencia alrededor de los juguetes o productos STEM es que resulten llamativamente tecnológicos, con un diseño complejo. Pero es un error. No ser concluyentes y que admitan fomentar la creatividad y habilidades de los niños es la clave según los expertos. Deberían dejar lugar para la creatividad.
Luces, sonido y acción (casi) no es tecnología
Un robot con luces, sonido y algo de acción tiene todas las papeletas para ser sumamente atractivo para un niño. Y si le añades que tiene la apariencia de un personaje de su serie favorita, imagínate. Si lo entretiene unas horas o días, con suerte, también es atractivo para algunos padres. Pero no es puramente tecnología. O no al menos educativa ni con claro enfoque en que los más pequeños se apasionen por la tecnología.
Un robot llamativo se convierte en algo rutinario y olvidadizo tras la novedad. Un robot interactivo que el niño tiene que construir e incluso programar ofrece nociones de robótica y programación. Y además requiere en ciertas fases a los padres junto al niño. Y eso es muy bueno.
En las fases iniciales con el robot, desde el desempaquetado, el rol del padre es bastante activo. Si es de montaje y programación vamos a acompañarlos en los primeros pasos, y luego, dependiendo del tipo de robot o juguete, podrán entretenerse solos y montar sus propias historias. Como me ha pasado a mi, si unen sus otros juguetes habremos iniciado un gran camino. Ni mucho menos es algo malo que esto ocurra.
A partir de ese momento los padres deberán estar disponibles para resolver conflictos, problemas a la hora de avanzar y mostrar interés en la interacción de los pequeños con el robot.
Codi Oruga
Que la apariencia de juguete básico no te engañe. Con esta oruga es muy intuitivo que los niños empiecen a interesarse por la programación y tecnología incluso antes de saber leer
Edad recomendada | A partir de 3 años | Precio | 50 euros |
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Si quieres comprar un robot a un niño, conviene que sea adecuado para su edad y que favorezca la iniciación a la programación y cómo funciona si realmente pretendes que se apasionen por la tecnología.
Un ejemplo claro es Zowi de BQ. Este juguete tecnológico tiene una apariencia sencilla pero suficientemente atractiva para los más pequeños, y su funcionamiento inicial básico esconde mucho más. El niño puede descubrir parte de su funcionamiento abriendo la cabeza, modificar algunos de sus componentes mecánicos y avanzar en el aprendizaje de programación visual de forma progresiva.
Zowi BQ
Un robot que permite no solo jugar con él sino conocer cómo es por dentro, montarlo y desmontarlo una y otra vez, así como aprender a programarlo
Edad recomendada | A partir de 6 años | Precio | 99 euros |
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Pero como no vamos a dejar de repetir, requiere aportaciones de adultos y un guiado para el máximo y correcto aprovechamiento e incluso disfrute. Moverse como un coche teledirigido acabará pronto como atractivo para el niño. Decidir qué queremos que haga, cambiar su apariencia o conocer cómo funciona es lo interesante y ahí, dependiendo de la edad de quien lo use, es necesario el acompañamiento para que avance.
Además de Zowi, hay otros robots por debajo de 100 euros que son muy adecuados para iniciar a los más pequeños en la tecnología, las destrezas manuales y competencias STEM. Mbot de Makeblock es uno de los más completos, pues dispone de software propio basado en Arduino, y muchos kits de ampliación para alargar en todo lo posible el uso en diferentes márgenes de edad de los niños.
mBot
Un software basado en Scratch muy sencillo de usar pero potente, y múltiples maneras de ampliación conforme avanzamos
Edad recomendada | A partir de 10 años | Precio | 90 euros |
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Muy parecido a mBot está el Printbot de BQ, (100 euros) con sus mismas virtudes y todo un proyecto educativo asociado a él por parte de la compañía. Y no dejes de lado la placa Makey Makey (60 euros), que une programación visual basada en Scratch con objetos físicos.
Otro modelo muy recomendable y cuyo punto fuerte está en el amplio margen de edad en el que podemos sacarle partido, es Dash&Dot (desde 180 euros). Desde los 3 años vamos a poder iniciar a los niños en la programación, ampliando la dificultad tanto como queramos.
Hay opciones analógicas para apasionarse por la tecnología
Si deseamos iniciar a los más pequeños en la programación y con ello que empiecen a interesarse por la tecnología, no hace falta ni electrónica ni luces y sonidos. Recomendamos dos opciones listas para usar y que podremos jugar en familia, como cualquier otro juego de mesa.
Robot Turtles se compone de tarjetas que permiten a unas tortugas avanzar por el tablero sorteando obstáculos. Los jugadores deben construir una secuencia de programación que lleve a sus tortugas por el camino más adecuado para conseguir su gema.
Para conseguirlo hay que usar cartas que simulan instrucciones de programación e incluso un bicho que permite depurar un error en el programa que vayamos creando. El paso a programar en Scratch, ya sea en tablet o PC, es casi inmediato. Cuesta 32 euros.
Similar en el concepto pero con una ejecución más completa (y caro, sale por 199 euros) tenemos a Cubetto. Aquí un pequeño robot de madera se debe mover por diferentes mundos (ampliables con kits extras) según los movimientos de programación en Logo que decida el jugador. Y para fans de Montessori, cuenta con su "sello".
Lego y programación: una unión casi perfecta
Los beneficios de los juegos de construcción y montaje unidos a los de la programación son una combinación explosiva para animar a los más pequeños a apasionarse por la tecnología. Y esa mezcla la reproduce a la perfección LEGO con sus sistemas WeDo y Mindstorm, cada uno de ellos en sus horquillas de edad recomendadas.
Estos dos kits (WeDo por 170 euros y Mindstorm por 350 euros) añaden a la experiencia creativa de las piezas clásicas de Lego diferentes elementos como motores y sensores para la construcción conjunta de vehículos, robots y dispositivos que puedan reaccionar al entorno o ejecutar instrucciones que les indiquemos con ayuda del propio software de programación visual por bloques creado por la propia Lego.
Lego WeDo 2.0
Acompañado de software y toda una programación asociada con decenas de actividades y proyectos, Lego WeDo une dos mundos apasionantes para los niños: piezas de construcción y programación de robots que ellos mismos deben construir
Edad recomendada | A partir de 3 años | Precio | 170 euros |
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Otro set de juguete tecnológico y basado en el montaje y la creatividad muy recomendable para niños a partir de 7-8 años es Littlebits. Aquí entra en juego el diseño modular pero sobre todo la creación de elementos electrónicos con ayuda de diferentes bloques que admiten multitud de combinaciones. En Juguetrónica un kit muy completo con 18 módulos cuesta 200 euros.
El tablet: tan acertado como uno quiera
Seguramente el tablet, especialmente por los modelos de entrada muy asequibles, es un dispositivo candidato a gadget para que un hijo pueda ir descubriendo la tecnología. Sus posibilidades son inmensas, y pasan del entretenimiento puro a la faceta educativa en lo que se tarde en cambiar de aplicación. La duda está en cuál es el momento más adecuado para comprar un tablet a un niño y cómo debería usarlo.
La AAP (Asociación Americana de Pediatría) establece los dos años como la edad por debajo de la cual se debería evitar en lo posible la exposición de los niños a pantallas. A partir de esa edad se recomienda que el uso combinado de las mismas no supere las dos horas al día. Pero esas limitaciones suelen referirse a las actividades que el niño puede realizar delante de las pantallas, y lo adecuadas o no para desarrollo.
Según el estudio, si los contenidos son adecuados y están bien diseñados para cada tramo de edad, los efectos negativos que se pudieran asociar no es que desaparezcan sino que pueden revertirse para suponer un avance en determinadas habilidades. En lo que asociaciones y expertos no se ponen de acuerdo es en si esos beneficios son tales por el uso de tablets o podrían conseguirse por otras vías.
En todo caso, tanto para contenidos puramente lúdicos (poder elegir qué ver y en qué momento, incluso escogiendo versión original, es un beneficio claro frente al ponerse delante de la pantalla y listo) como para aplicaciones o juegos, la presencia y supervisión de los padres es deseada, especialmente en la toma de contacto o fases clave para avanzar en cada una de ellas, así como conocer sus opciones.
En el tablet debería estar el contenido adecuadamente organizado en carpetas, así como con perfiles creados expresamente para los niños. Y en la medida de lo posible, con versiones adaptadas de aplicaciones muy usadas como Youtube o Clan TV. En otras como Netflix donde se puede colocar un perfil para niños, la mezcla de contenidos para diferentes tramos de edad hace de nuevo necesario el papel de los padres en el uso del tablet.
Fire de Amazon
Por 60 euros y bien configurado, es una herramienta con tanto potencial como tiempo con los más pequeños queramos pasar
Edad recomendada | A partir de 2 años | Precio | 59 euros |
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Un extra que aporta el tablet y no suele tenerse en cuenta está relacionado con la lectura. Lo ideal es contar con lector de libro electrónico, pero dependiendo de la edad y el tipo de libro/contenido, la pantalla de un tablet es igualmente válida usándola en su justa medida. Para ellos resulta un dispositivo más atractivo y en ciertos tipo de contenidos, como comics o libros con numerosas ilustraciones, casi imprescindible.
Contar con un tablet como juguete o recurso tecnológico para la diversión y el aprendizaje no tiene por qué renunciar a elementos analógicos. Hay kits como Osmo que unen piezas físicas con actividades y juegos en la pantalla del iPad.
El kit Coding cuesta menos de 80 euros e incluye tres juegos con actividades relacionadas con la programación, el dibujo y la física. Otro kit más caro, 115 euros, añade juegos y actividades con números y letras que resultan muy interesantes también.
¿Un ordenador? Mejor que se lo construyan ellos
Buena parte de lo dicho respecto al tablet y la necesidad de un adulto que acompañe al niño se puede aplicar prefectamente con el ordenador. Si ya hay uno en casa podemos simplemente crear un perfil específico con los controles parentales que creamos convenientes, y ajustes adecuados según su edad.
Lo que habría que evitar es comprar alguno de esos ordenadores de juguete para realizar tareas o juegos relacionados con matemáticas o lengua. Hoy en día hay suficientes recursos en Internet o por medio de aplicaciones como para optar por esos juguetes con los que los niños acaban repitiendo patrones de memoria. Manejar incluso desde edades tempranas un portátil u ordenador de sobremesa les permitirá conocer elementos hardware como el ratón, teclado o touchpad, así como el software del equipo a diferentes niveles.
Por el mismo precio o incluso menos que algunos "ordenadores de juguete" tienes soluciones como Kano, que además de lo indicado arriba a nivel de hardware, incluye un sistema operativo adaptado muy bien a niños y con aplicaciones para aprender a programar, jugar en Minecraft o tareas multimedia y de ofimática, todo con software libre. Incluso recomendaría instalarlo en una Raspberri Pi y usar un monitor para tener un PC perfectamente válido para niños y por menos de 100 euros.
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