Tres pilares de la productividad sostenidos sobre una premisa fundamental: leer más
Nuestro día a día está formado por hábitos. A fin de cuentas, el ser humano es un animal de costumbres. De ti depende deshacerte de los malos hábitos e incorporar aquellos te permiten exprimir todo tu potencial.
El escritor Thomas Corley, recopiló en su libro ‘Los hábitos de los ricos’ aquellos hábitos comunes en las personas más ricas y exitosas. Uno de esos hábitos era seguir la "Regla de las cinco horas".
Esta rutina consiste en reservar una hora al día para el aprendizaje deliberado de nuevas habilidades, que luego puedes utilizar para mejorar en tu trabajo, emprender nuevos campos de inversión o simplemente satisfacer tu curiosidad personal. Millonarios como Elon Musk o Bill Gates han incorporado este hábito a su rutina diaria. El fundador de Microsoft no duda en tildar de básico este aprendizaje, y por ese motivo siempre lleva consigo una bolsa llena de libros.
La Regla de las cinco horas se basa en tres pilares principales: la lectura (o cualquier otro formato de aprendizaje, ya sean vídeos, podcast, etc.), la reflexión y la experimentación. La lectura permite obtener los nuevos conocimientos, ampliando tu perspectiva hacia temáticas más amplias a medida que vayas aprendiendo más sobre la materia.
Una vez aprendido, es conveniente asimilar esos conocimientos a través de una reflexión sobre la materia con el objetivo de organizar las ideas y encontrar nuevas dudas o puntos de vista para los que tal vez necesites más información.
Una de las frases más célebres de Einstein fue: "Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que no lo entiendes lo suficiente". Por lo que puedes hacer partícipes de esta reflexión a terceras personas para explorar distintos puntos de vista sobre un tema.
El tercer pilar de este hábito consiste en la experimentación. Es decir, tratar de poner en práctica esos conocimientos en forma de nuevas ideas y soluciones, o crear algo nuevo a partir de ellos. Al hacerlo no solo puedes conseguir ser más productivo, sino que progresivamente adquirirás más conocimientos y habilidades.
Otro efecto de este hábito es que ayuda a mejorar la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico, dado que al mantenerte permeable a nuevos conocimientos puedes combinarlos y adaptarlos para aplicarlos a tu entorno y ajustar soluciones a medida de los problemas que te puedan surgir.
Para aplicar esta regla de las cinco horas, será imprescindible realizar una buena planificación del tiempo, ya que debe destinarse al menos una hora al día a este propósito.
Al tratarse de una tarea de aprendizaje, conviene elegir un momento en el que todavía te quede algo de energía. No es muy recomendable dejarlo justo para después de trabajar o justo antes de irte a dormir, ya que en esos momentos serán más fuertes las ganas de descansar que de aprender. Lo principal para adquirir el hábito es ponértelo fácil y que no requiera un esfuerzo adicional.
También es importante elegir un tema que te motive de forma personal, no porque lo necesites para tu trabajo o sea algo que te obligan a hacer. Puede ser un nuevo idioma, cómo hacer inversiones, o a hacer ganchillo. No hay mayor motivación para aprender que la curiosidad.
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Imagen | Pexels (cottonbro studio)
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