Rusia sigue evadiendo las sanciones: el armamento descubierto en Ucrania incorpora chips estadounidenses esenciales

Los últimos análisis han identificado chips de los fabricantes Altera y Analog Devices

En febrero de 2022, las tropas rusas invadieron Ucrania en lo que Moscú llamó una “operación militar especial”. La idea inicial de Vladimir Putin, según la CIA, era apoderarse de Kyiv en tan solo dos días, pero eso no ocurrió. El conflicto ya ha superado los dos años, y no hay demasiadas razones para creer que pronto llegará a su término.

Occidente ha reaccionado a este escenario con una batería de medidas para apoyar a Urania que van desde suministrar miles de millones de dólares en armamento hasta poner en marcha un esquema de sanciones contra Rusia. Esto último no está siendo demasiado efectivo, al menos en el ámbito de la adquisición de componentes electrónicos.

Armamento ruso con chips estadounidenses

Las fuerzas armadas ucranianas tienen laboratorios especializados en los que analizan minuciosamente los restos de las municiones y equipos militares rusos hallados dentro de su frontera. En estos espacios se pueden encontrar partes de drones, proyectiles de artillería y misiles, y casi todos funcionan con algo en común: tecnología occidental.

Si bien se han encontrado componentes de más de una decena de países extranjeros. RUSI, un grupo de expertos independiente dedicado a la investigación de en materia de defensa, señala que el 70% de estos componentes provienen de compañías con sede en Estados Unidos como Altera, propiedad de Intel, y Analog Devices.

Otros grupos como el Conflict Armament Research se han enfocado en analizar los componentes de los drones de fabricación iraní utilizados por Rusia en Ucrania y también han descubierto una importante cantidad de chips de firmas estadounidenses. Esto demuestra que Moscú no es autosuficiente en muchas tecnologías clave.

Dado que occidente está haciendo lo posible para evitar que su tecnología llegue a manos rusas, el país liderado por Putin está recurriendo a vías informales para acceder a esta. En lugar de importar la tecnología directamente, ahora lo hace a través de países intermediarios, como China, Emiratos Árabes Unidos y Maldivas, según varios analistas.

Washington no ha dudado en acusar públicamente a China de ayudar a Rusia en su guerra en Ucrania, pero Pekín ha respondido a los comentarios asegurando que el comercio con este país se realiza dentro de los marcos normativos. En cualquier caso, la administración de Joe Biden ha impuesto nuevas sanciones para abordar este problema.

Por ejemplo, las últimas medidas apuntan a obstaculizar los pagos millonarios de Moscú a los países que le suministran componentes tecnológicos estadounidenses. Esto, de acuerdo al Ministerio de Defensa de Reino Unido, podría traducirse en misiles y otros componentes militares rusos defectuosos.

Los mencionados laboratorios seguirán funcionando mientras dure el conflicto, lo que permitirá dar un seguimiento a la tecnología utilizada por Moscú y si las últimas medidas están siendo efectivas. Cabe señalar que también es difícil saber si los componentes identificados provienen de algún tipo de reserva preexistente a la invasión.

Imágenes | Kyiv City State Administration (CC BY 4.0)

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