El avión es, sin lugar a duda, uno de los objetos tecnológicos más fascinantes creado por el ser humano. Un crisol de sistemas para crear un vehículo que cambió por completo la forma de movernos y transportarnos por el mundo. Una máquina precisa pero que a veces también falla. Poco en comparación con otros medios, pero es cierto que cuando se produce un accidente su impacto mediático es enorme.
De la amplia variedad de tecnología que nos podemos encontrar en el avión, una de las partes más interesantes es la que tiene que ver con el sistema de comunicaciones, un elemento fundamental para coordinar el tráfico en el aire y también para localizarlas en el espacio cuando están surcando los cielos. Hoy os hablamos sobre ella, su funcionamiento y cuáles son los problemas de un sistema efectivo pero algo anticuado.
¿Cómo se informa del estado de un avión a tierra?
La mayoría de los sistemas de comunicación y localización de un avión se basan a día de hoy en radares. Por un lado tenemos un radar primario en tierra que se encarga de hacer un barrido y detectar la posición aproximada de un avión utilizando señales de radio. Este reconocimiento es automático y se hace sin autorización de los objetos a controlar. La tecnología, por cierto, está basada en sistemas de los años 30.
Por otro lado tenemos un radar secundario que se encarga de registrar el avión e identificarlo a través de un transponder (abreviación para transmitter responder). Esta pieza está presente en todos los vuelos comerciales y es la que permite enviar un código único de cuatro dígitos cuando reciben la señal del rádar.
Este código permite identificar el avión y seguirlos con las transmisiones sucesivas que se van realizando. Estos datos son enviados a la torre de control. A todo esto hay que sumarle un ACARS (Aircraft Communications Addresing and Reporting System) que es quien se encarga se enviar la información a tierra directamente a través de ondas de radio o por satélite. Es un protocolo algo más moderno, se empezó a utilizar en el año 1978.
Entonces, ¿se basa toda la comunicación de un avión en los rádares? No, también se utiliza GPS y una red de satélites pero normalmente este sistema solo es utilizado por el personal de vuelo para saber su posición, no son datos que se compartan con la torre de control salvo en ciertos casos.
¿Qué pasa cuando un avión se aleja de tierra y los radares primarios y secundarios no pueden localizar al avión? Cuando están a más de 240 kilómetros de tierra, se usan ondas de radio de altafrecuencia para mantener la comunicación con las torres de control y también con otros aviones. Con este sistema se puede cubrir casi cualquier punto de la tierra pero en las zonas con poca cobertura se usa una combinación de sistemas.
Usar ondas de alta frecuencia no es casualidad. Al contrario que las radios que funcionan con ondas de muy alta frecuencia (VHF) y ultra alta frecuencia (UHF), las que se emplean no están limitadas por la velocidad radial porque las ondas de radio rebotan fuera de la ionosfera de la tierra. El problema radica en que las altas frecuencias son de uso compartido por lo que no tiene mucho sentido seguir utilizándolas, según los expertos, para emitir actualizaciones.
La localización en tiempo real y los problemas con el radar
El problema del sistema de localización de los aviones radica en que una vez salen al océano y están lejos de tierra el radar se convierte en una herramienta poco útil. Normalmente se colocan en las montañas para verlos mejor ya que si estuvieran, por ejemplo, a nivel del mar se perdería rango debido a la curvatura de la tierra. Como podéis imaginar, nada de lo que ocurre en el avión es un capricho y estar tan mal comunicado en mitad del océano puede ser un problema.
Aquí es donde empiezan a aparecer alternativas al radar. Pensamos en el GPS, es una tecnología que ya está en los aviones pero, como hemos visto antes, normalmente se usa para que el piloto pueda posicionar el avión. ¿Por qué no se envían los datos de GPS a través de una radio de alta frecuencia? Es posible, pero es un sistema muy caro que a día de hoy se utiliza en zonas poco comunicadas.
También se habla de instalar una red de boyas para ofrecer cobertura en algunos sitios pero, de nuevo, es una inversión elevada. Algunos aviones ya están probando sistemas basados en satélites capaces de enviar información cada quince minutos. El problema, de nuevo, está en la inversión que hay que realizar.
La esperanza está en los llamados sistemas con ADS-B (Automatic Dependent Surveillance Broadcast). Se trata de una tecnología de vigilancia donde se determina la posición del avión por satélite y se envían los datos a tierra. Es decir, hacer el mismo trabajo que un radar secundario pero en situaciones donde la cobertura no es suficiente para los sistemas que se utilizan normalmente.
A día de hoy, el ADS-B es obligatorio en algunas regiones de Australia y Europa quiere implementarlo y hacerlo obligatorio en algunos aviones en un par de años. En Estados Unidos esperan tener listos algunos aviones para el 2020. Al ser un sistema más eficiente y rápido a la hora de enviar la información, se espera también que el consumo sea menor.
El problema, como con toda implementación, son los certificados y toda la validación que hay por parte de las administraciones competentes. El proceso puede ser lento con el fin de que no haya ningún problema en su instalación. Veremos cuánto tarda en llegar pero a día de hoy es la opción que más probabilidades tiene de implementarse para mejorar el sistema de localización.
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