Generar electricidad con combustibles fósiles produce emisiones de dióxido de carbono muy grandes. Mientras sigamos dependiendo de esta fuente de energía el objetivo de muchos investigadores de la materia pasa por optimizar el uso para conseguir mejor rendimiento y contaminar menos. Una pequeña startup quiere ayudar a esto último con algo muy sencillo en apariencia: una capa hidrófuga.
DropWise dice que utilizando su capa en las plantas de energía se puede reducir la emisión equivalente a 4.000 coches en funcionamiento en un periodo de un año. ¿Por qué se utiliza este método? La clave está en la condensación que se produce con el vapor. Un elemento clave para enfriar las turbinas de la planta.
Eliminar el agua condensada no es fácil
Cuando se quema el combustible para producir energía, el vapor que se genera mueve una turbina. Cuando el vapor sube hay que enfriarlo, por lo que se queda agua en esta parte. Esta nueva capa ayuda a mejorar la fuerza de succión para que no se queden en la estructura física de la turbina. Desarrollarlo, según explican, tiene su mérito porque durante muchos años se lleva buscando el grosor perfecto para que repela el agua y a la vez no afecte al rendimiento de la planta.
Para conseguir la medida exacta, DropWise ha creado un nuevo proceso que consiste en un par de gases fluyendo a través de dos filamentos caliente que reaccionan a su paso para formar un polímero que es lo suficientemente fino pero a la vez eficiente para funcionar en esta pieza de la planta y aguantar las altas temperaturas a las que se le expone.
De momento las pruebas se han hecho en laboratorios y no en plantas energéticas convencionales por lo que todavía tiene por delante su gran prueba: demostrar que puede reducir la concentración de condensación en las turbinas y lograr reducir la emisión de dióxido de carbono.
Vía | Technology Review
Foto | Flickr
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