Los que presumimos de ser muy digitales y avanzados a nuestro tiempo —en el fondo, a menudo esto simplemente significa que sabemos que sabemos usar Google correctamente y entendemos cierto lenguaje visual para dominar interfaces— llevamos seguramente años deshojando la margarita esperando a que llegue un día que, ahora sí, está muy próximo. Concretamente, el día en que por fin podamos dejar la cartera en nuestra casa y salir a la calle únicamente con nuestro smartphone.
La noticia vino por parte de la Policía Nacional cuando presentó su proyecto Identidad Digital DNIe, que además de incluir tablet en la expedición de documentos o aceptar pagos con tarjeta en los mismos, también contará con el desarrollo de la aplicación "DNIe en el móvil". Suelten las palomas.
El germen viene de la DGT, que se adelantó a principios de año ofreciendo la posibilidad de llevar el carné de conducir en el móvil, primero siendo obligatorio el acompañamiento de la versión física y luego permitiendo utilizar únicamente su versión digital. Con el DNI en el horizonte y los pagos móviles totalmente asentados, con la práctica totalidad de la banca española compatible con al menos Apple Pay y Google Pay, el panorama es más prometedor que nunca.
Todo en el móvil
Más allá de ese interpretable como esnobismo tecnológico de dejar la cartera en casa, hay unas cuantas ventajas:
La documentación queda asegurada ante robos. Si nos roban o perdemos la cartera, quien la robe o encuentre podrá saber nuestra identidad, domicilio, número de DNI, etc; además de poder hacer pagos con las tarjetas contactless sin necesidad de PIN hasta 50 euros (y hasta que notifiquemos al banco su pérdida). Si nos roban o perdemos el móvil será imposible saber incluso nuestra identidad, y mucho menos nuestros datos personales o hacer pagos sin conocer nuestra clave de bloqueo. En cambio, sí podremos llamar a nuestro teléfono en caso de extravío para tratar de recuperarlo, o localizarlo.
Reponer el documento, mucho más fácil. Ante robo o pérdida de la cartera tenemos que hacer un rosario de tediosas gestiones para recuperar la documentación, especialmente DNI, carné de conducir y tarjetas del banco, amén de otras tarjetas que pudiésemos llevar. En el caso de que nos roben o perdamos el móvil, nuestra documentación estará a salvo en casa y solo tendremos que volver a activar sus versiones digitales en otro terminal. Sin salir de casa y en menos de 5 minutos (a falta de saber detalles de funcionamiento del DNIe en el móvil).
Menos probabilidad de pérdida u olvidos. Si solo necesitamos un objeto para salir a la calle es más difícil dejárselo en casa por accidente o perderlo. Minipunto para el DNI en el móvil.
Por supuesto, también hay desventajas.
Pierdes el móvil, "pierdes" todo. Puede ser un gran inconveniente, sobre todo si estamos lejos de casa (en esos casos quizás sea mejor idea llevar con nosotros la cartera) o no tenemos siquiera dinero en efectivo. Alternativa: llevar tarjetas de débito en el smartwatch que nos pueda sacar de un apuro al menos para sacar dinero en un cajero. Lo de la documentación solo tiene un remedio: ir a casa a por la versión física.
Dependientes de la batería. La importancia de la autonomía puede cobrar una nueva dimensión. Sin batería no hay DNI. Google planeó en 2019 una forma de llevar el carné de conducir a hacer uso del NFC para poder identificarse mediante él incluso sin batería, algo que no ha llegado todavía pero que solucionaría este problema.
Lo que falta
Dejarse la cartera en casa cuando llegue el día prometido parece muy viable para muchos entornos, pero no para todos. Algunos ya podrían ir valorando el salto al formato digital (como las tarjetas de fidelización), otros quizás lo tengan más complicado o para ello deberían adoptar soluciones fuera de la tarjeta, como la identificación dactilar (como en el acceso a gimnasios o el fichaje en el trabajo, que de paso ahuyenta picarescas).
La llegada de DNI y carné de conducir al móvil puede ser el empuje necesario para que otros servicios sigan los mismos pasos
Luego está la tarjeta sanitaria, que en la sanidad privada lleva en el móvil desde hace tiempo en la mayoría de aseguradoras, pero que en la pública tiene una barrera burocrática: al ser una competencia autonómica, cada comunidad autónoma tendría que sacar su propia versión. Actualmente todavía hay problemas de compatibilidades, como acceder a un historial médico o dispensar medicamentos en la farmacia, cuando se intenta desde otra comunidad distinta a la de origen.
Hay otros entornos, como el de las bibliotecas, que por ser municipales y no contar con grandes recursos podríamos pensar que lo tendrían imposible para pasar a tarjetas digitales, pero hay ejemplos de su capacidad de asociación para hacer lanzamientos conjuntos como la plataforma eBiblio, que permite el préstamo de libros, revistas o incluso películas en soporte digital. Un buen punto de partida para plantear el lanzamiento de un carné digital conjunto.
Y por supuesto, el otro gran escollo para dejar la cartera en casa: las llaves. Tanto del coche como de casa. Para los coches, muchos fabricantes (no solo Tesla) están llevando al móvil no solo sus llaves, sino herramientas de control de muchas funciones del vehículo para incluso invocarle (hacer que recorra unos metros, por ejemplo para salir de una plaza de aparcamiento en lo que nos han dejado sin espacio para entrar), activar la climatización remotamente, etc. Se supone que gracias a un consorcio cualquier llave de coche podrá pasar al móvil —arrancarlo es otro cantar—, pero aún no ha llegado.
Para las casas tenemos cerraduras inteligentes compatibles con Alexa, Google Home o HomeKit, algo muy sencillo de instalar para viviendas unifamiliares pero que se complica cuando vivimos en comunidades de vecinos donde dependemos de que una mayoría vea con buenos ojos la inversión tecnológica. Eso ya es una cuestión de persuasión. Al menos parece que a medio plazo, al menos para salidas puntuales en las que sepamos que no vamos a necesitar nada más que tarjetas de débito, DNI y carné de conducir... ya lo tendremos resuelto.
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