Recuerdo el primer teclado que tuve en mis manos, que aún guardo por ahí, allá por finales de los años ochenta cuando yo no levantaba un palmo del suelo. Por entonces los teclados eran la base del ordenador, pues por aquella época los sistemas operativos con interfaz gráfica eran escasos – al menos en mi entorno – y los ratones, aunque existían, minoritarios.
Apenas veinte años han pasado desde entonces y uno de los periféricos que menos ha evolucionado ha sido, precisamente, el teclado. Su funcionamiento sigue siendo el mismo, han mejorado los materiales de construcción, cambiado los colores y poco más. Quizá ésto cambie a partir de ahora con un interesante producto: el Cool Leaf, que consiste en poner una pequeña pantalla capacitiva por cada tecla y emular un teclado virtual. Las teclas aparecen en cada pantallita con una pequeña iluminación (fondo negro con letra blanca, al fin y al cabo es una pantalla como otra cualquiera) todas por igual, diría que sin separación física respecto de lo que es el marco del teclado.
Lo malo, diréis, es que se pierde el tacto de un teclado real, algo fundamental para los que pasamos prácticamente todo el día pegados a la pantalla. El tacto es precisamente el sentido más importante para escribir sin mirar las teclas, algo que todo el mundo aprende tras un período de uso de, digamos, un par de años a lo sumo. Por otro lado, el aspecto positivo es que es un teclado virtual y dinámico que podría adaptarse tanto a los diferentes idiomas como a las aplicaciones. Se me ocurre algo parecido al Optimus Maximus, con teclas que variarán dependiendo del programa que estemos ejecutando y que mostrarían atajos de teclado de cada acción a ejecutar.
El Cool leaf no es un concepto, si no un producto final y real a disposición de todo aquél que quiera comprarlo. No me parece excesivamente caro, 250 dólares, aunque sólo está disponible para formato americano de 108 teclas y sólo muestra las letras y los números tradicionales, nada de iconos para aplicaciones determinadas. Por cierto, el curioso diseño ha sido creado por Kazuo Kawazaki y está avalado por el MoMa.
Lo más probable es que el Cool Leaf se quede como un producto para unos pocos más amantes del diseño que de la funcionalidad. Aún así, tengo la sensación de que con ciertas mejoras podría convertirse en un superventas.
Vía | BoingBoing.
Más información | Dynamism.