Desde que Logitech presentó su nuevo teclado lavable, teníamos franca curiosidad por probar este periférico para usuarios preocupados por la pulcritud. El Logitech Washable Keyboard es el único de la compañía y uno de los pocos del mercado capaz no sólo de sufrir derrames de líquidos, sino incluso de sumergirse completamente un máximo de 30 centímetros de profundidad durante 5 minutos.
Este tiempo es más que suficiente para poder lavar el teclado. En la parte inferior aparece una etiqueta con consejos de limpieza. Básicamente no admite lavavajillas ni temperaturas superiores a 50 grados, y lo único que no se puede mojar es el conector USB, que cuenta con una capucha para protegerlo de posibles salpicaduras.
Todo el teclado está dotado de una cobertura que lo protege de jabones y de excesivo frote. Logitech recomienda utilizar el pequeño cepillo que viene en la parte inferior del propio teclado. El agua que pueda acumularse en el interior del dispositivo se va por unos pequeños huecos.
Desde el punto de vista ergonómico, el Logitech Washable Keyboard no destaca especialmente. Las teclas son altas y tienen bastante recorrido, aunque dista mucho de la comodidad que da un teclado mecánico. En este sentido mi sensación es que las teclas tienen demasiado margen de movimiento lateral (bailan un poco), lo que hace que la sensación al teclear sea de inestabilidad y poca precisión.
No me atrevería a recomendar el Logitech Washable Keyboard como teclado de uso continuo simplemente en pro de la limpieza. Para eso, la compañía tiene otros teclados que son mucho más cómodos. Eso sí, para trabajos o entornos con mucha suciedad y humedad es perfecto. Como siempre, lo mejor es que cada uno lo pruebe en alguna tienda y saque sus conclusiones. El mundo de los teclados y ratones es muy personal.
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