Los discos duros multimedia son un elemento que ya han llegado a los hogares digitales y ocupan un lugar preferente junto al televisor. A la hora de comprar un disco duro multimedia, entre muchas dudas, una puede ser la de las conexiones en las que debemos fijarnos para no errar en la elección.
Básicamente podemos hablar de tres tipos de conexiones físicas en un disco duro multimedia: de red, de vídeo y de datos. Vamos a conocerlas para empezar a convertirnos en entendidos de los discos duros multimedia.
Conexiones de red
Hoy en día las conexiones de red son el segundo pilar fundamental de un disco duro multimedia. Mucho del contenido que son capaces de reproducir lo recogen de lugares que no son su disco duro interno.
Lo habitual es encontrar un puerto Ethernet y un USB que permita la conexión de un lápiz que nos amplíe la conectividad a una sin cables, aunque lo ideal es siempre poder contar con WiFi de serie.
Conexiones de vídeo y audio
La gran diferencia de un disco duro multimedia y uno clásico es la capacidad de reproducir por sí mismo contenidos de vídeo, audio e imágenes. Para que ese contenido pueda ser visualizado y escuchado necesitamos salidas de vídeo y audio.
En las conexiones de vídeo y audio debemos fijarnos especialmente en la más famosa actualmente, el HDMI. Es el puerto de comunicación con el televisor más usado en la actualidad, el que más calidad nos da y con el que menos tiene que hacer el usuario, pues hasta el sonido viaja por él.
Si no disponemos de entrada HDMI en el televisor, entonces entran en juego otras conexiones de vídeo posibles, como el euroconector, el vídeo compuesto o la salida de vídeo por componentes si queremos máxima calidad y no podemos recurrir al HDMI. Y en sonido, lo habitual es disponer de salida de audio digital en diferentes formas: óptica, S/PDIF …
Conexiones para datos
Dependiendo de la relación más o menos estrecha que un disco duro multimedia tenga con los sistemas operativos, podemos hablar de más o menos conexiones diferentes para pasar contenido al disco duro.
Como norma general no pueden faltar los puertos USB, que sirven tanto para ampliar la capacidad del disco duro interno añadiéndole espacio extra con una unidad externa, como para comunicarse con el ordenador de donde queremos copiar el contenido a reproducir.
En este último caso podemos tener también conexiones eSATA o incluso Firewire en caso de discos compatibles con Mac. Incluso algunos modelos permiten el uso de tarjetas de memoria vía una ranura normalmente de tipo SD.
Este post es el primero de una serie dedicada a conocer a fondo los discos duros multimedia, desde las características técnicas hasta la manera de sacarle el máximo provecho en el hogar digital.