Hace unos años, disponer de un lápiz USB como unidad de almacenaje era algo novedoso. Tú llegabas a casa de un amigo o mejor, en el trabajo, sobretodo si era no técnico, y donde los más avanzados sacaban un CD virgen, tú llegabas con un gadget sacado del futuro.
Ahora, para diferenciarse, además de la capacidad (aquí sí se cumple la máxima de que cuánto más grande mejor), los diseños extraños, divertidos o fuera de lo común es lo que se lleva. Otra cosa es que sean cómodas, pero eso ya es cosa de cada cual.
La de la imagen es de Memorex, y simula ser una ficha de pócker, para aficionados extremos al juego.
Vía | gizmología.