Os propongo un ejercicio, buscar la palabra “tablet” en la página oficial de Surface. Servidor no la ha encontrado, como no la hubo en el discurso de esta madrugada para referirse a sus nuevos dispositivos.
Sin embargo, creo que todos hemos entendido – y así hemos titulado “Surface, sus primeras tablets con Windows 8“ – que el movimiento desde Microsoft apunta a la erosión que está sufriendo el mercado del portátil por la irrupción de la nueva generación de tablets liderada por iPad. Para la mayoría de usos todavía no ha habido sustitución, pero sí que hay competencia en la decisión de compra: muchos prefieren no renovar el portátil y comprar un iPad, que se queda con algunos usos del ordenador.
¿Ya no confía Microsoft en sus socios o es que cambia el negocio?
Lo más interesa del movimiento es que Microsoft rompe su modelo tradicional de alianzas con fabricantes a los que ofrecía su sistema operativo y que ha sido clave en su liderazgo del mercado del PC . La base de esta estrategia radicaba en que entendían los ordenadores personales (y luego los móviles también) como productos de gran consumo, área en la que habría gustos y preferencias muy diferentes como sucede con, por ejemplo, los coches. Siendo así, la mejor propuesta para tener diversidad es contar con muchos fabricantes con propuestas diferentes en gamas, diseños, posibilidades.
Esto venía acompañado de un modelo de negocio que funcionaba, quien ganaba más dinero en la industria del PC era Microsoft, el proveedor de sistema operativo de casi todos los modelos que se vendían. El mensaje de Microsoft con sus nuevos Surface puede entenderse desde ambas variables, la desconfianza en que el resto de fabricantes vaya a ofrecer una experiencia competitiva o que han leído que en estos tiempos – viendo además los números de Apple – vamos a un mercado más uniforme en el que el negocio sea la venta de hardware.
La pregunta ahora es ¿cómo reaccionarán los HP, Dell, Lenovo, Acer, Fujitsu…? Sus habituales socios en el mundo del PC ahora ven como Microsoft es un proveedor y a la vez competidor, algo inédito para ellos. HP intentó volar en solitario con WebOS y fracasó (con una rendición temprana en mi opinión), pero el resto no tiene plan B sobre la mesa: ni un sistema propio, ni se han acercado a Android (aquí se salvan Asus, Sony y Samsung) ni potenciaron Linux para el usuario cuando tuvieron años para ello.
Ahora les queda preguntarse ¿esto es el comienzo de un cambio de ciclo? ¿si funciona a Microsoft Surface, irá a un modelo más “a lo Apple”? ¿contarán ellos con el sistema antes, con información privilegiada? ¿cómo podré competir en un escenario de este tipo? Mi impresión es que parte de la falta de información sobre Surface de ayer de Microsoft como precios y fechas de salida tenía como razón de ser sondear las reaccione de estos socios a los que sigue necesitando para el todavía muy boyante negocio del PC tradicional
Microsoft, ese gran fabricante de hardware
Habría que hacer un inciso, Microsoft lleva décadas fabricando hardware y además a un gran nivel. En el mercado de periféricos tiene teclados y ratones de lo mejorcito del sector (de hecho siempre se ha sospechado que la presión de otras marcas les ha frenado a ser más agresivos aquí), pero sobre todo, tiene Xbox y Kinect.
En el mundo de los videojuegos Microsoft ha demostrado que es capaz de jugársela a ser fabricante y no proveedor, no buscar socios, si entiende que ese mercado funciona mejor así. A XBox se van a ir los ojos de muchos fabricantes como reflejo de un futuro fatal para ellos, en el que su mejor socio proveedor de sistema operativo prefiere caminar sólo.
La productividad y la “era post PC”
Microsoft también quiere ganar la guerra del marco conceptual en el que se mueve la industria. Si muchos – con Google y Apple a la cabeza – hablan de era post PC (incluido Ray Ozzie, conviene insistir que no se refiere a que no se vendan PCs, sino a que el centro del negocio es móvil), Microsoft quiere evitar que se imponga este discurso y el tipo de productos asociado, como el “tablet con sistema operativo móvil”.
Que Windows 8 es la primera gran apuesta por la convergencia entre sistemas móviles y de ordenador lo venimos discutiendo desde que salió, Surface es la respuesta a otra pregunta, la de querer ser productivos con el tablet.
Claro que, si ellos mismos no lo llaman tablet es por algo, hay sacrificios ergonómicos y también de peso y tamaño en el modelo Pro, a cambio de la integración de teclado en el dispositivo. Para quienes cargan con varios cacharros para poder trabajar con el tablet se presenta como una buena solución, para quien usa el iPad como dispositivo sobre todo de consumo, no. También tenemos una paradoja, iPad y iPhone que lideran la corriente “post Pc” basan su funcionamiento en la existencia de un ordenador con iTunes para sincronizar, mientras que los Surface son autónomos en este sentido.
Hasta que los probemos creo que sería precipitado hacer valoraciones de si la apuesta funciona con una buena experiencia (yo no puedo negar que estoy deseando “catarlo”, me interesa muchísimo el concepto), pero sin duda toca reconocer que Microsoft con Surface hace una de las apuestas más arriesgadas de su historia, intentando salvar el concepto de PC a costa de cambiar la estrategia que ha venido desarrollado durante décadas
Antonio Ortiz es cofundador de WeblogsSL, la empresa que hace Xataka y en la que ejerce el cargo de director de Estrategia Online. Escribe habitualmente en su blog Error500 sobre internet y tecnología. Está en Twitter y en Google Plus
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