En un Internet post Cambridge Analytica cada vez hay más ojos puestos en qué datos de los usuarios comparten las grandes empresas de la red. Spotify también se suma a esta lista de servicios que probablemente comparte datos de usuarios más de la cuenta. El servicio de música en streaming es una mina de oro en cuanto a datos de escucha para las discográficas. Y parece ser que lo están aprovechando.
La API de Spotify permite a apps y servicios de terceros acceder a la biblioteca musical del usuario. Esto es ideal para integrar la biblioteca en un reproductor externo por ejemplo. También para encontrar rápidamente canciones con apps como Shazam y añadirlas a la biblioteca de Spotify por ejemplo. En general, una forma de vitaminar el servicio de música.
Otro uso que se le está dando a la API es la de añadir nuevos álbumes o canciones que se han anunciado antes de su lanzamiento. La función se llama 'Pre-Save' y permite a discográficas y artistas conectar con sus seguidores para promocionar canciones antes de su lanzamiento. De este modo los usuarios de Spotify pueden conectar su cuenta y cuando el álbum o single de turno está disponible aparecerá directamente en la biblioteca de Spotify del usuario.
Déjame saber qué, como y cuánto escuchas para avisarte cuando sale mi nuevo álbum
Hay un problema con este preguardado de próximos lanzamientos. Según una investigación de Billboard, Spotify concede a las discográficas (principales sujetos que utilizan la función 'Pre-Save') muchos más permisos de los necesarios para guardar canciones en la biblioteca del usuarios. En realidad no es ninguna novedad, sólo hay que fijarse en los permisos que se conceden al conectar la cuenta de Spotify con las herramientas de las discográficas.
Realizando una prueba con un álbum de Ariana Grande producido por Universal Music vemos que el control que se concede es prácticamente completo. Un total de diez permisos diferentes entre los que se encuentran conocer la fecha de nacimiento, las listas de reproducción del usuario, las canciones y artistas más escuchados, las canciones reproducidas recientemente, gestionar a quién seguir y a quién no en Spotify... Cuando en realidad quizás le bastaría con tener el permiso 'Añadir y retirar elementos en Tu biblioteca'.
¿Sólo Spotify? Para nada, las discográficas también ofrecen una opción similar para Apple Music (servicio que también está despegando rápidamente, con 60 millones de usuarios de pago ya). En este caso los permisos son menos explícitos y tan sólo se indica que requiere acceder a la biblioteca del usuario y a su actividad dentro de Apple Music. Cada discográfica o herramienta que se quiera conectar puede pedir permisos diferentes a Spotify. Incluso dependiendo de la campaña de lanzamiento también se pueden modificar los permisos. Eso sí, hay que tener en cuenta que tanto en Spotify como en Apple Music es posible gestionar y retirar permisos de las apps y servicios que tienen acceso a la cuenta.
¿Para qué necesitan tantos permisos las discográficas? Para añadir una canción o álbum a la biblioteca lo cierto es que no. Si se utilizan para otras cosas estos datos y permisos obtenidos es algo que se desconoce. Desde luego son unos datos jugosos para analizar cuáles son las preferencias de los usuarios a la hora de apostar por nuevas producciones. También para conocer por ejemplo qué artistas son más populares para promocionarlos o no. Por poder se puede hasta modificar la biblioteca para añadir producciones propias y eliminar las de la competencia. Afortunadamente esto último no se ha dado en ningún caso conocido.
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