La Unión Europea ha frenado la propuesta de una ‘tasa Google’ comunitaria después de que los países del G20 alcanzasen un acuerdo el pasado fin de semana para fijar un impuesto mínimo global a las grandes multinacionales sobre el 15% de las ganancias que obtengan en cada país, y tras la reunión que representantes de la UE han mantenido este lunes con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, tal y como ha informado la Comisión Europea en una nota.
La Unión Europea tenía previsto abordar el debate sobre este impuesto comunitario el próximo 20 de julio, pero ayer, tras la reunión mantenida con Yellen en Bruselas, el comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, anunció que la Comisión Europea pospondrá la discusión sobre la tasa comunitaria hasta otoño.
En principio, Europa justifica este aplazamiento por la necesidad de conocer los términos concretos del impuesto global que ha planteado el G20, sobre el que se llegó a un consenso general el fin de semana pasado pero del que todavía faltan por definir multitud de aspectos técnicos. Unos detalles que deben estar perfilados para octubre de este año, según acordó el Grupo de los 20.
No obstante, el impuesto planteado por el G20 no sería el único motivo por el que Europa habría decidido posponer el debate de su tasa comunitaria a las grandes multinacionales, ya que Bloomberg afirmaba ayer que el principal motivo de la visita de Yellen a Bruselas es presionar a las instituciones europeas para que se olviden de él. Intención que la secretaria del Tesoro de Estados Unidos no ha ocultado, ya que tras la reunión del Grupo de los 20 el fin de semana pasado afirmó que el acuerdo alcanzado en ese encuentro hacía redundante la tasa que planteaba la UE.
Una presión que, a la luz de los acontecimientos, habría surtido efecto, aunque fuentes comunitarias consultadas por el diario El País aseguran que Europa no está arrojando la toalla en este asunto, pero sí admiten que los responsables de las instituciones europeas consideran que necesitan más tiempo para convencer a Estados Unidos de que el impuesto que plantean no es discriminatorio, dado que afectaría tanto a empresas estadounidenses como europeas.
La ‘tasa Google’ ha sido uno de los principales puntos de conflicto en los últimos años entre Estados Unidos y Europa, ya que los norteamericanos consideran que el impuesto que plantea el Viejo Continente es discriminatorio porque perjudicaría sobre todo a empresas de su país, donde se encuentran muchas de las multinacionales que se verían afectadas por el nuevo gravamen, como Facebook, Apple, Amazon o la propia Google.
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