El refranero español tiene una dicho que ilustra muy bien la historia que nos ocupa: “Quien fue cocinero antes que fraile, lo que pasa en la cocina bien sabe”. Satya Nadella es hoy el todopoderoso CEO de Microsoft, una de las compañías tecnológicas más poderosas del mundo y que, bajo su mando, ha experimentado un crecimiento impresionante. Pero antes de ser nombrado director ejecutivo, pasó por multitud de puestos dentro de la empresa fundada por Bill Gates y Paul Allen, y en ese camino aprendió muchas lecciones, algunas por las malas, que cincelaron el liderazgo que hoy ejerce al frente de los de Redmond.
Uno de los momentos que más profundamente le marcó en su ascenso al trono de Microsoft fue, según contó el propio Nadella en el podcast Master of Scale, cuando acudió a una reunión con Bill Gates, por entonces CEO de Microsoft, y otros directivos de la compañía para discutir sobre la posible compra de un software para mejorar los sistemas de Azure. El ahora líder de la empresa era el responsable de Bing, un negocio que no hacía sino dar pérdidas, por lo que se sentía inferior al resto de los asistentes y no abrió la boca en todo el encuentro.
Nadella señala que en aquel momento reinaba en Microsoft un ambiente laboral basado en la competitividad extrema, en el que era más usual la confrontación que la colaboración entre las divisiones de la empresa, y que hallarse al frente de un negocio que no era rentable hacía que no se sintiese con confianza para alzar la voz y decir que esa misma tecnología que querían comprar a terceros ya se estaba aplicando en Bing, por lo que podría ser replicada en Azure sin necesidad de desembolsar un solo dólar.
El actual CEO de Microsoft explica que, tras analizar aquella reunión, se dio cuenta de la cultura empresarial que imperaba entonces en la compañía podía ser muy perjudicial para el negocio, porque anteponía los resultados a todo lo demás, creando un mal ambiente de trabajo y dificultando comunicaciones beneficiosas entre los empleados. Por eso decidió, cuando asumió el cargo de director ejecutivo, que las cosas debían cambiar bajo su mando.
Con Nadella al frente, la cultura empresarial de Microsoft se basa más en la cooperación, la confianza y la comunicación entre sus distintas divisiones de negocio, según informan medios como Business Insider o la revista GQ, una visión corporativa que, entre otras cosas, sería la responsable de que la desarrolladora de Windows haya vuelto a ser una de las empresas más valoradas del mundo tras unos años de estancamiento.
De hecho, cuando la revista Fortune le nombró Empresario del año en 2019, uno de los argumentos de peso que esgrimió para su éxito al frente de Microsoft fue su estilo de gestión, en el que destacó, especialmente, su predisposición a delegar entre sus subalternos.
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