El sector tecnológico tiene un problema: falta mano de obra. Los negocios relacionados con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no paran de crecer, y el mercado laboral no dispone de suficientes profesionales de este ámbito como para cubrir la demanda. Pero, paradójicamente, el desempleo en España sigue subiendo y se sitúa por encima del 40% entre la población joven, según diversos estudios demográficos.
Para resolver ese doble problema, el informe Claves de la contribución de la empresa para el empleo, elaborado por la Fundación SERES y Samsung, señala la necesidad de aumentar el peso de la formación profesional media y superior en tecnologías como el blockchain, el edge computing, los servicios en la nube, la inteligencia artificial o la ciberseguridad.
El informe subraya que uno de los problemas del mercado laboral español es la sobre cualificación de la mano de obra, personas con títulos universitarios que no encuentran trabajo. Por eso, los expertos que han participado en su elaboración ven necesario que se refuerce la formación profesional y que las empresas, al igual que hacen con las universidades, se acerquen a los ciclos formativos medios y superiores para asegurar la correcta transferencia de la formación al empleo.
Un refuerzo que la secretaria general de Formación Profesional del Ministerio de Educación y Formación Profesional, Clara Sanz, que ha clausurado el acto de presentación del informe, ha recordado que ya se está tratando de llevar a cabo desde la Administración mediante el del Plan Estratégico de Formación Profesional.
“La tasa de desempleo de los técnicos de grado medio es el 7%, y de los de grado superior del 5%, frente al más del 40% de paro general de los jóvenes. El objetivo es consolidar la formación profesional competitiva y de vanguardia. Por eso estamos trabajando en redimensionar la formación profesional, actualizar los títulos, crear nuevos - como los de ciberseguridad o big data- y la ampliar el número de plazas”, ha dicho.
También ha señalado que la Administración quiere desarrollar una formación profesional más flexible, en la que haya tanto los cursos habituales de dos años como otros más cortos, “para ofrecer la formación necesaria en cada momento y que se adapte a las necesidades del mercado”.
Formación permanente
Otro aspecto en el que incide el estudio es en la formación continua de los profesionales. En un mundo tan cambiante, los trabajos que hoy son imprescindibles mañana pueden quedar obsoletos al ser automatizados por una máquina, por lo que las empresas tendrán que invertir en seguir educando a sus empleados para adaptarlos a la realidad de una economía cada vez más digitalizada.
Asimismo, los expertos señalan que la formación misma ha de cambiar, porque en un mundo en el que sea necesario que los trabajadores se formen continuamente, las titulaciones de varios años no son prácticas.
“Vamos a un entorno de permanente formación, por lo que los cursos de cuatro o cinco años no pueden ser ya lo habitual. Nosotros estamos apostando por programas más cortos, de semanas o meses, que sean compatibles con la vida de una persona que tiene trabajo e hijos y necesite actualizar sus conocimientos. Si vamos a una formación continua, debemos adaptarnos al hecho de que deben formarse mientras siguen desarrollando sus vidas”, ha dicho Concepción Galdón, directora del IE Business School, durante la mesa redonda que ha seguido a la presentación del informe.
El estudio subraya que en esa educación continua, en la que la empresa jugará un papel muy importante, debe aumentar la oferta de cursos de formación profesional, ya que cada vez será más necesario formar a los trabajadores en nuevas competencias técnicas relacionadas con las tecnologías digitales.
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