Todos conocemos lo que es la realidad virtual, que podemos definir como un entorno artificial generado por ordenador en el que se simula el mundo que rodea al usuario. Ahora mira a tu derecha y a tu izquierda: eso es la realidad "real", el mundo físico en el que vivimos. ¿Qué ocurriría si mezclamos ambos? Que tendríamos lo que se conoce como "Blended reality", una especie de "realidad híbrida" o "mixta".
Con este paradigma se intenta eliminar la frontera entre lo físico y lo digital, llevando la realidad aumentada a un siguiente nivel. Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad: HP ya tiene su propio ordenador adaptado a la Blended reality y gracias a otros dispositivos, como las impresoras 3D, cada vez estamos más cerca de esta realidad híbrida.
En ocasiones, la Blended reality puede confundirse con la realidad aumentada, pero existen diversas publicaciones que explican la diferencia entre ambas: la realidad aumentada únicamente muestra contenidos digitales sobre nuestra realidad física, mientras que con la Blended reality existe interacción física entre todos los elementos y no únicamente por parte del usuario con lo que le rodea. Lo explicaremos mejor con los siguientes ejemplos.
Proyectores, escáneres e impresoras 3D: eliminando fronteras entre lo físico y lo digital
Aunque el término de Blended reality existe desde 2009, se ha vuelto a poner de moda ahora con la llegada del HP Sprout. El HP Sprout es, por un lado, un ordenador tradicional de pantalla táctil. Sin embargo, incorpora un proyector que a su vez es escáner en 3D y una alfombrilla de tamaño grande a modo de tableta digitalizadora.
¿Qué te permite hacer todo esto? Imagínate que tienes una caja pero quieres cambiarla de color. La sitúas sobre la alfombrilla, la escaneas y automáticamente la tienes dentro de tu ordenador. Allí la editas y, si la combinas con una impresora 3D, puedes imprimirla de nuevo con el color que deseabas al principio. La caja ha pasado del espacio físico al digital, y luego de nuevo del espacio digital al físico.
Otro ejemplo: tienes una imagen de una estancia y te preguntas cómo quedaría el suelo con distintas opciones de madera. Posees muestras físicas en forma de tabla que te ha dado la compañía que instala suelos, así que podrías escanearlas e introducirlas directamente en una imagen de tu habitación y decidir. De nuevo, lo físico se mezcla con lo digital.
Si miramos por separado cada elemento, lo que propone HP realmente no es nada nuevo. Microsoft presentaba en 2009 su Surface (la mesa, no el convertible), que permitía al usuario mover fotos, editarlas y manejarlas como si las tuviera casi delante. Los proyectores llevan años existiendo y las impresoras y los escáneres 3D son la última moda.
Sin embargo, es el juntarlo todo lo que consigue el efecto deseado. No sólo puedes digitalizar un objeto que tienes en tu mano, sino que puedes imprimir cualquier otro que esté en tu ordenador. Y todo ello interactuando en todo momento, tanto en el entorno digital como en el entorno físico.
Así nos imaginábamos la Blended reality en 2009
Aunque ahora sea HP quien haya querido poner de moda el término de Blended reality, en realidad este lleva existiendo muchos años. En 2009, un grupo de investigadores de la Umeå University (Suecia) definía este concepto como "un entorno de realidad mixta e interactiva donde lo físico y lo virtual se combinan con el objetivo de interactuar y comunicar".
También en 2009, el Institute for the future hacía referencia por primera vez a la Blended reality, asegurando que en esta realidad "el ciberespacio no es un destino, sino una capa integrada firmemente con el mundo que nos rodea". Nos enseñaban además una primera muestra: unas gafas que iban interactuando con nuestro entorno en tiempo real como si fueran nuestro sexto sentido, el digital (ojo, 2009, tres años antes de que conociéramos las Google Glass).
Todavía estamos lejos de la Blended reality de verdad
"Desde un punto de vista ideal, en una verdadera mezcla entre el mundo físico y el mundo virtual la tecnología en sí misma debería desaparecer de nuestra percepción, no habría un esfuerzo consciente por acceder a la información", decían los investigadores suecos a los que antes hacíamos referencia. Para llegar a este punto todavía nos queda, pero poco a poco nos vamos acercando.
Como usuarios y en nuestro día, nuestra realidad "real" está muy mezclada con nuestra realidad "virtual": llevamos un teléfono en todo momento como "puerta" a lo digital, interactuamos a través de las redes sociales igual (o casi) que podríamos hacerlo cara a cara, buscamos recomendaciones por Internet para saber dónde comer... Internamente, ya tenemos más que asumida esta realidad híbrida.
Sin embargo, la tecnología no parece haber seguido nuestro ritmo de adaptación a lo digital. Pronto puede que todos tengamos un escáner 3D en el bolsillo, una impresora 3D que fabrique complejos objetos o paredes gigantescas a las que mandar información en nuestras casas sobre las que trabajar (uno de los posibles usos que comentaban en el Institute for the future). De momento, tendremos que conformarnos con los escáneres y las impresoras básicas en 3D.
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