Más del 80% de los soldados que probaron las primeras versiones del dispositivo experimentaron náuseas y mareos. La versión más reciente parece haber abordado efectivamente este problema
El anhelo de Microsoft de ver triunfar un dispositivo propio de realidad mixta tiene una nueva oportunidad para hacerse realidad. Las gafas HoloLens, presentadas en 2016, no consiguieron hacerse un hueco en el mercado de consumo, por lo que el gigante de Redmond cambió su estrategia y cinco años más tarde lanzó una versión diseñada para el mundo empresarial. Esto tampoco funcionó.
Aquella idea, no obstante, recibió un importante impulso por el Ejército de Estados Unidos. Los planes de modernización tecnológica contemplaban invertir más de 20.000 millones de dólares para dotar a los soldados de dispositivos de realidad mixta. El socio para materializar este ambicioso objetivo fue Microsoft, que suministró los primeros prototipos de sus gafas para evaluación.
IVAS 1.2, el proyecto que puede salvar a las “Holo Lens”
Bajo el proyecto IVAS (Integrated Visual Augmentation System), las Fuerzas Armadas tomaron contacto con las versiones iniciales del hardware, pero la respuesta no fue alentadora. Según recoge Bloomberg, más del 80% de los soldados que probaron el dispositivo experimentaron mareos y náuseas. Esto se tradujo en que las gafas podrían convertirse en un “despilfarro” de dinero si no cumplían con sus objetivos.
Lejos de poner fin a la asociación, desde la Oficina de Prueba y Evaluación Operativa del Ejército sugirieron trabajar en conjunto con la firma dirigida por Satya Nadella para mejorar el desempeño de las gafas. Así que hicieron algunos pedidos específicos, como mejorar los sensores para el desempeño nocturno, la nitidez de la pantalla, el campo de visión y la fiabilidad de las funciones básicas. En Redmond, aparentemente, apuntaron todo.
En julio de este año entró en escena IVAS 1.2, unas evolución de las gafas militares de realidad mixta. La nueva versión del dispositivo basado en la tecnología de las HoloLens ofreció una experiencia sustancialmente diferente. Una veintena de prototipos fueron distribuidos entre dos escuadrones de soldados que, tras una ronda de pruebas intensivas, se mostraron conformes con su desempeño.
Un portavoz del Ejército señala que la nueva iteración suministrada por Microsoft aborda algunas de las preocupaciones señaladas anteriormente, como la fiabilidad general, el rendimiento en escenarios de poca luz y más. Y, sobre todo, no reinciden en los mareos y náuseas del pasado. “Los comentarios de los soldados fueron positivos”, dijo el vocero David Patterson.
El proyecto continúa, pero todavía tiene muchos desafíos que superar. Microsoft y el Gobierno han firmado un nuevo acuerdo que establece la entrega de dispositivos adicionales para una segunda ronda de pruebas intensivas entre abril y junio de 2025. La firma de Redmond deberá suministrar, en esta ocasión, dispositivos de “preproducción” para demostrar su capacidad de producción en masa.
Si todo va según lo previsto, el paso siguiente estará enfocado en desarrollar el despliegue de las gafas entre las diferentes unidades de las Fuerzas Armadas. Estados Unidos planea gastar hasta 21.900 millones de dólares para comprar unos 121.000 dispositivos, gasto que incluirá soporte y repuestos. Toca esperar para saber si finalmente veremos soldados equipados con gafas de realidad mixta.
Imágenes: Ejército de Estados Unidos (1,2)
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