Una semana después, ya vamos asimilando las Vision Pro de Apple, aunque el camino que queda por recorrer todavía es largo: presumiblemente, Apple volverá a hablar de ellas en un evento futuro; el diseño final todavía puede sufrir alguna modificación, llegará a las tiendas de Estados Unidos "a principios" de 2024 (puede significar enero o puede significar junio) y ya veremos cuándo llegan a España.
Sin embargo, una vez asumidos sus primeros logros técnicos, quedan muchas preguntas que van más allá de componentes y experiencia: ¿cómo va a vender Apple este producto? Sobre el papel, difiere mucho de lo que ha ofrecido hasta ahora: es muy complicado asumir su experiencia antes de usarlo. Con iPhone, iPad o Mac es más fácil.
Y hay más incógnitas.
Del tallaje a las devoluciones deliberadas
Fuera de Estados Unidos hay mucha menor densidad de Apple Store que dentro. En España llevamos casi una década anclados en las once tiendas, y sobre todo la zona norte es la que más complicado lo tiene para llegar a una: su única referencia es la de Valladolid.
Ni Galicia ni Asturias ni Cantabria ni el País Vasco ni Navarra ni Aragón tienen una. Además de otras regiones, como Extremadura, donde la más cercana queda lejos. ¿Cómo acercar la experiencia de unas gafas a ese grupo de población? Quien dice España dice cualquier país con presencia de Apple pero escasas tiendas.
Luego está la solución de las lentes anunciadas como parte de un acuerdo con Zeiss. Una forma de permitir que quien use gafas de vista no se quede fuera de este producto. Gurman avanzó que estas lentes tendrían un precio de entre 300 y 600 dólares, a sumar a los 3.500 dólares (más impuestos) que cuesta el dispositivo.
¿Cómo va Apple a incorporar estas lentes al proceso de compra? ¿Estarán presentes en las Apple Store? ¿Habrá un inventario con distintas prescripciones para que quien las quiera se las pueda llevar al momento?
En las demos a periodistas tras el evento de presentación había un oculista preparado para entregar lentes con la prescripción adecuada a los redactores que iban a probarlas. John Gruber, uno de ellos, contó cómo un empleado de Apple midió sus dioptrías a través de sus gafas habituales y unos pocos minutos después apareció con unas lentes Zeiss que incorporar sobre las Vision Pro.
¿Habrá algo así en las Store? ¿Qué hay de las Apple Premium Reseller u otros puntos de venta habituales de Apple, como El Corte Inglés, MediaMarkt y compañía? Este es uno de los productos que más pueden requerir una guía inicial, una asistencia que enseñe a ponérselas, los gestos de control, el tipo de experiencia que puede ofrecer... En las Apple Store esto no es un problema. ¿Y fuera de las Apple Store?
Hay algunos accesorios de Apple que solo venden en la tienda oficial, sea física o la web, como las correas Solo Loop, de una sola pieza. ¿Repetirán el movimiento con las lentes para las Vision Pro? En ese caso es más complejo: no son un ornamento o un accesorio para el producto: son la diferencia entre poder usarlas o no para alguien que lleva gafas.
También está por ver cómo se venden y enseñan en la propia tienda. Las Apple Store se han convertido en espacios masificados, sobre todo los fines de semana, donde mucha gente quiere echar las manos a los dispositivos. Las Vision Pro son un producto especialmente interesante, porque para mucha gente abren una era. Por supuesto que hay cascos más o menos similares desde hace mucho, pero mucha gente jamás ha estado expuesta a ninguno.
¿Habrá algo más que zonas amplias para las demostraciones en vivo? ¿Salas con un entorno específicamente diseñado para esta experiencia? ¿O la gente las tendrá que probar agolpada en torno a la clásica mesa?
También hay que ver cómo se gestiona el espinoso asunto de las devoluciones. En países como España, cualquiera que compre un producto a Apple a través de su tienda puede devolverlo en catorce días sin tener ni que dar un motivo.
No hay un producto con un equilibrio tan marcado como las Vision Pro entre lo atractivo que resulta probarlas unos días y no querer afrontar los miles de euros que costará. 3.500 dólares pueden acabar siendo, conversión e impuestos añadidos, unos 4.200 euros. Es la conversión que hace Apple al MacBook Pro 16" con el chip M2 Max.
Los productos que son devueltos en ese plazo acaban en el escaparate de los reacondicionados, donde Apple renuncia a una parte de su ganancia para poder darle una salida aunque sea un producto ya estrenado. ¿Está lista Apple para el riesgo de un volumen de devoluciones más alto de lo habitual, y no por la calidad del producto?
El asunto del tallaje. Hay productos de Apple que no suponen un desafío en este sentido. El iPhone, el iPad, el Mac... El comprador elige el tamaño que le convenga, sin más. En otros casos, esto es un poco más sensible, como con el Apple Watch, que ofrece varias tallas e infinidad de ajustes a través de sus correas.
Y luego está lo que depende directamente de nuestro cuerpo y requiere un ajuste más específico, como los AirPods Pro, que requieren hacer el vacío en nuestros oídos para la cancelación de ruido pasiva y por eso Apple incluye tres tamaños de capuchones en cada caja.
Las Vision Pro están en este último grupo: necesitan ir selladas sobre nuestra frente y pómulos para evitar fugas de luz que empañen la experiencia de un dispositivo así. Esto es algo que le ocurrió a LG hace siete años en las demos de sus gafas de realidad virtual: no estaban bien terminadas y dejaban pasar la luz hacia los ojos. Si Apple quiere evitar algo así, no en general sino para las personas concretas a las que les pueda pasar, quizás necesite ajustes personalizables.
¿Llegarán en la caja? ¿Será suficiente con las anchas tiras traseras y superior? ¿Habrá más opciones para quien necesite algo más encajado?
Mientras deshojamos la margarita, sigue habiendo mucho sobre las Vision Pro que todavía no sabemos.
En Xataka | Tim Cook no se puso las Vision Pro durante su presentación ni después del evento. Es algo rarísimo.
Imagen destacada | Apple.
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