El pasado marzo Valve decidió abrir su Steam Controller bajo licencia Creative Commons para que cualquiera con una impresora 3D pueda personalizarlo y crear carcasas para él. Fue una medida bien recibida por la comunidad, y esta semana ha decidido hacer un movimiento parecido con una de las funciones del sistema de realidad virtual Vive VR.
Concretamente lo ha hecho con su tecnología de rastreo 3D, la cual ha habilitado en la web SteamVR Tracking para que cualquier empresa pueda utilizarla sin tener que pagarle ninguna licencia. Esto implica que cualquier desarrollador podrá incluir sus sensores de posición y orientación en dispositivos de toda clase, ayudando a que la tecnología de Valve se posiciona para convertirse a largo plazo en un estándar para la realidad virtual.
En busca de un estándar para la realidad virtual
El sistema de rastreo liberado por Valve es con el que las Vive VR son capaces de posicionarse y de saber en tiempo real cual es su posición exacta en la habitación en la que estén siendo utilizadas. Es por lo tanto una tecnología básica y necesaria para el desarrollo de cualquier tipo de dispositivo y aplicación de realidad virtual.
Con este movimiento Valve no sólo espera posicionar como estándar su tecnología, sino que también cuentan con conseguir que una nueva hornada de desarrolladores apuesten por el dispositivo creado conjuntamente con HTC. A su vez esto permitiría que terceras empresas desarrollen sus propios controladores de movimiento personalizados para el dispositivo, lo que lo haría más atractivo para el consumidor final.
Valve también está ofreciendo un kit de desarrollo compuesto por 40 sensores, tarjetas de circuitos, accesorios para prototipos propios y dos bases oficiales de Vive. También incluye un mango con varios botones de muestra, el cual los desarrolladores de hardware pueden sustituir por su propio dispositivo y seguir utilizando el perfil de referencia para el seguimiento.
Estos kits son gratuitos para los desarrolladores, pero a cambio de poder participar en el programa de desarrollo cada empresa tendrá que enviar por lo menos a uno de sus empleados a realizar un curso de entrenamiento de 3.000 dólares que se impartirá en Seattle. El primero de ellos tendrá lugar a mediados de septiembre.
La apuesta de Valve es clara. Quiere que los fabricantes apuesten por su tecnología y que la gente la utilice, no olvidemos que en marzo también dijeron que querían bajar sus requisitos. Por eso, a cambio de que las empresas se especialicen tomando los mencionados cursos, los de Gabe Newell están dispuestos a darles después todo tipo de facilidades. Veremos dentro de unos meses qué tal les funciona la jugada a medio y largo plazo.
Vía | The Verge
En Xataka | Valve quiere bajar los requisitos para la realidad virtual de las HTC Vive: cuidado, PlayStation VR
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