Los smartwatch todavía no han dejado claro que sean una categoría que se vaya a asentar pero no se puede negar que el esfuerzo y la insistencia de algunos fabricantes sean mayúsculos. Muchos modelos con planteamientos diferentes que abren las opciones aunque también da la sensación de que ninguno termina de afinar con su concepto de reloj inteligente.
Dentro de ese carrusel de relojes destaca Samsung. Como vimos hace poco en un estudio de Canalys, la firma coreana es la principal protagonista de esta categoría y no solo porque ha sido capaz de poner más relojes que nadie en el mercado sino porque en menos de un año ha lanzado nada más y nada menos que seis modelos completamente diferentes el uno del otro tanto en diseño como en software. Hagamos a un repaso a esta breve pero intensa historia.
Samsung Galaxy Gear
Todo empezó en IFA, que recordemos comenzará una nueva edición la semana que viene. Además del Samsung Galaxy Note 3, los coreanos presentaron su primer reloj inteligente: el Samsung Galaxy Gear. Un accesorio de muñeca con sistema operativo propio y con un puñado de buenos propósitos que no terminaron de cuajar.
Ambición no le faltaba: ecosistema de aplicaciones, notificaciones, pantalla táctil a color, cámara incluida… Sin embargo, como vimos en nuestra review, Samsung todavía tenía mucho camino por delante. El planteamiento era bueno pero la ejecución cuestionable. Aprendieron, y se dieron cuenta de que la categoría podía tener tirón por lo que se pusieron a trabajar en ello para seguir siendo punteros en esta categoría.
Samsung Gear 2
En poco menos de cinco meses, en el Mobile World Congress de Barcelona, Samsung anunció no uno ni dos sino tres nuevos smartwatches. Uno de ellos fue el Samsung Gear 2: diseño renovado, más cómodo en muñeca y con la aparición de Tizen como sistema operativo. En tan poco tiempo habían logrado afinar bastante más su concepto e idea sobre este accesorio.
Muchos pasos adelante respecto a la primera generación y aunque resulta pronto para hablar de madurez absoluta ya se nota que Samsung va definiendo mejor su idea de reloj inteligente. Eso sí, que la compatibilidad se redujera a un pequeño grupo de terminales de Samsung le seguía restando atractivo.
Samsung Gear 2 Neo
Junto al Gear 2 nos llegó una desviación de este mismo dispositivo: el Gear 2 Neo. Un diseño algo más juvenil y la desaparición de la cámara eran las principales diferencias de un reloj que pasó de forma discreta. No era la primera vez que Samsung utilizaba la coletilla Neo para designar modelos más asequibles de una misma gana.
Samsung Gear Fit
De los tres modelos presentados en IFA, posiblemente fue el que más llamó la atención. Su diseño se alejaba del concepto clásico de reloj y nos traía una pantalla curvada que se ajustaba a la forma de nuestra muñeca. Un OLED táctil tan atractivo como atrevido porque aunque la idea era buena entrañaba algunos desafíos a la hora de hacer la interfaz cómoda cuando miramos el dispositivo.
Pasó por nuestra mesa de análisis y aunque incluía algunas funciones muy atractivas (como por ejemplo el sensor de pulsaciones que incluía también el Gear 2 y Neo) la experiencia como pulsera cuantificadora no terminó de cuajar. Como reloj conectado cumplía muy bien.
Samsung Gear Live
Del Mobile World Congress nos vamos a Google I/O. No pasaron más de tres meses para que Samsung presentara un nuevo reloj de estas características. Eso sí, esta vez el camino era diferente. A pesar de que por fuera se parecía a los anteriores Gear, la gran diferencia la encontramos en el sistema operativo: Android Wear.
Tanto Samsung como LG se aliaron con Google para darle un empujón a su nuevo sistema operativo para relojes inteligentes. Una nueva forma de entender este tipo de accesorios y con un planteamiento que dista de lo que hemos visto hasta ahora con Tizen: sistema de fichas, más conectividad (y compatibilidad) con dispositivos Android, navegación con direcciones, conectividad con Google Now…
Samsung Gear S
Un año y cinco relojes después, Samsung vuelve a IFA para presentarnos un sexto equipo: el Samsung Gear S. Una propuesta bastante curiosa a priori por toda la tecnología que junta en un mismo dispositivo. Mejor hardware respecto a los anteriores y mucha mayor autonomía del teléfono para hacer muchas tareas.
Esta vez los coreanos han decidido introducir una ranura de tarjeta SIM 3G para estar siempre conectados desde el reloj sin necesidad de tenerlo emparejado con un smartphone. En resumidas cuentas: un teléfono de muñeca. Algo que no es nuevo pero este es el modelo más refinado hasta la fecha.
Además de toda la tecnología que lleva por dentro, Samsung apuesta de nuevo por una pantalla curva tipo Gear Fit pero esta vez con un formato más cuadrado. ¿Android Wear? No, esta vez los coreanos vuelven a Tizen y esperemos que este año les haya servido para mejorar el software.
Baile de sistemas operativos entre Tizen y Android Wear
Android Wear y Tizen. Google y Samsung. Una relación que a simple vista parece que ha beneficiado a ambos desde que el sistema operativo de los de Mountain View se popularizara. Sin embargo han tenido muchos roces y uno de los más recientes es el que están viviendo con la plataforma que se utiliza en los relojes conectados.
Desde un primer momento todo apuntaba a que Samsung apostaría fuerte por Tizen pero con el salto a Android Wear había algún atisbo de cambio. Sin embargo, parece que el Samsung Gear Live ha sido más un favor por parte de los coreanos para ayudar a Google que un compromiso a cambiar de forma definitiva de sistema.
Este baile de sistemas operativos y diferentes modelos por ahora presentan una clara contraindicación: confundir al consumidor, el cual no tiene claro por qué apuesta Samsung ni si habrá nuevo modelo de smartwatch en poco tiempo.
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