Algo le está pasando a las abejas en todo el mundo: su población se reduce inexorablemente, pero los científicos y apicultores no están seguros del motivo. ¿Contaminación? ¿Calentamiento global? ¿Ácaros? ¿Hongos? ¿Pesticidas? ¿O quizá una combinación de todos estos factores? Pues no lo sabemos, pero veamos unas cifras para comprender el problema que tenemos entre manos:
- Según la FAO, 70 de las 100 especies de cultivos que alimentan al 90% de la población mundial son polinizadas por abejas.
- El volumen de producción agrícola dependiente de dicho proceso de polinización se ha multiplicado por 3 en el último medio siglo.
- En los últimos años, las poblaciones de abejas han empezado a desplomarse: España, por ejemplo, ha experimentado un descenso del 20-25%.
Datos en tiempo real y aprendizaje automático para dar la voz de alarma
Así que, ante la dificultad de dar una respuesta a partir de los experimentos más tradicionales, Oracle y los integrantes del Proyecto World Bee parecen estar convencidos de que la inteligencia artificial puede ayudarnos a averiguarlo. Y, para ello, han decidido montar una red global de "colmenas inteligentes" capaz de aportar datos en tiempo real sobre el modo en que las abejas del estudio se interrelacionan con su entorno.
Así, los científicos dispondrán de información sobre el zumbido de las abejas, su consumo de miel, sus movimientos dentro de la colmena, la humedad de la misma y datos climáticos y de la contaminación atmosférica. Pero nada de esto sería noticia si Oracle no hubiera incorporado su tecnología Oracle Cloud para permitir que cada colmena pueda recurrir al aprendizaje automático para autocalibrarse y saber cuándo avisar a los apicultores.
"Con la inteligencia artificial y el aprendizaje automático podemos empezar a definir qué patrones se corresponden con una colmena saludable y cuáles con una que no lo es. El santo grial sería lograr identificar qué indicadores constituyen una alerta temprana de problemas", explica Simon Potts, profesor de biodiversidad de la Universidad de Reading.
En una línea similar, un centro de innovación local de Manchester se unió a un grupo de investigación australiano (Data61) y a la multinacional Cisco para rastrear los movimientos de las abejas gracias al Internet de las Cosas (concretamente, a los chips RFID) y al aprendizaje automático, tecnologías con las que pretenden entender fenómenos como el Síndrome de Colapso de Colonias, que provocan la abrupta desaparición de la mayor parte de las obreras de una colmena.
Aplicaciones móviles de diagnóstico para apicultores
Jerry Bromenshenk, un investigador de la Universidad de Montana, lleva un tiempo trabajando en un prometedor proyecto destinado a capacitar a las abejas para la detección de minas terrestres. Pero se dio cuenta de que el mantenimiento de las colmenas puede ser un trabajo complejo, que requiere formar a mucho personal y que podría, por tanto, retrasar el despliegue de su solución anti-minas. ¿Remedio? Recurrir a la inteligencia artificial.
Para ello, el equipo de Bromenshenk llevó a cabo grabaciones del zumbido de las abejas en colmenas que padecían determinados problemas de infecciones y parásitos, construyendo a continuación una base de datos de sonidos con la que alimentaron una red neuronal artificial con el objetivo de enseñare a diferenciar dichos problemas a través de la detección de patrones en el zumbido.
El resultado de ese proceso ha sido Bee Health Guru, una app móvil que permite que un usuario, con sólo sostener su dispositivo durante medio minuto a la entrada de una colmena, pueda recibir un diagnóstico rápido de los problemas que sufre la colonia. En la Google Play Store ya existen otras apps que prometen funcionalidades similares basadas en la inteligencia artificial, como ziBees (si bien, en este caso, la app está especializada únicamente en la detección del ácaro Varroa).
Imágenes | David Dixon & ziBees
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