Bajo una apariencia inocente, el pez de estas imágenes es en realidad un robot fabricado en los 90 por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los EE.UU. Su nombre es Charlie y está considerado como la antesala de los vehículos marinos no tripulados que se utilizan actualmente para explorar el fondo marino.
Las misiones de Charlie todavía están clasificadas, pero conocemos su historia a través del museo de la CIA. Con forma de pez gato, Charlie era capaz de moverse por el agua, maniobrar, sumergirse a gran profundidad, ofrecer información de su estado y contaba con autonomía suficiente para que la CIA pudiera obtener información bajo el agua.
Un pionero de la robótica marina de 61 centímetros
Con una longitud d 61 centímetros, altura de 28 centímetros y ancho de 18 centímetros, Charlie era la mitad de tamaño de los peces gato habituales que normalmente alcanzan el metro y medio. Pese a sus medidas más reducidas, el aspecto está bastante logrado y bajo el agua es difícil de diferenciarlo de un pez real.
Charlie fue el precursor de los vehículos submarinos no tripulados, un proyecto llevado a cabo por la división de Tecnologías Avanzadas y Programas de la CIA. Sabemos, por un vídeo de presentación de la propia CIA, que el robot se utilizó y que contaba con un sistema de comunicaciones. Sin embargo, su propósito real sigue siendo desconocido al estar todavía clasificado.
No es de extrañar que este robot en forma de pez fuera utilizado para espiar a otras naciones, de manera equivalente a cómo la propia CIA utilizó palomas para espiar a los soviéticos.
El interés del ejército de los EE.UU por la recopilación de información bajo el agua comenzó en los años 50. Spectrum IEEE recuerda los experimentos de la Marina con operaciones de rescate y drones submarinos. "La naturaleza de los océanos nos lleva a que solo podamos ir allí con robots", explica Aaron Marburg, ingeniero de la Universidad de Washington que trabajaba en uno de los primeros vehículos submarinos no tripulados.
El experto también apunta a uno de los desafíos de este tipo de proyectos: "nadie quiere escribir un informe a sus patrocinadores diciendo: 'lo siento, las baterías se agotaron y perdimos nuestro pez-robot de millones de dólares en un remolino'.
El SPURV ('Self-Propelled Underwater Research Vehicle'), uno de los precursores de la Marina, realizó hasta 400 misiones submarinas, pero no era tan sigiloso como lo que sería Charlie más de una década después.
Charlie no fue el único con este nombre. Varios años más tarde, ingenieros del MIT crearon un atún robot, también apodado Charlie. Este mismo grupo del MIT continuó trabajando en robots submarinos, pero la dificultad fue lograr que navegaran de forma precisa.
En 2014, el ejército presentó su proyecto 'Silent Nemo', un gigantesco pez robot en forma de atún que daba un paso al frente en maniobrabilidad. En 2018, el MIT dio a conocer SoFi, un robot submarino con una forma de pez menos camuflada pero con la capacidad de ser controlado a través de un mando de Super Nintendo. Todos ellos robots submarinos no tripulados con la finalidad de explorar el fondo marino al tiempo que intentan pasar desapercibidos.
Mientras los proyectos más recientes tienen finalizados científicas, la información que podría haber conseguido Charlie y la CIA siguen todavía a buen recaudo.
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