Todos recordamos esa escena mítica de 'Terminator 2', donde el T-1000 cruza los barrotes de la cárcel como si nada, gracias a estar fabricado de metal líquido con nanochips que le permiten autorregenerarse. Ahora un grupo de investigadores ha decidido recrear esa escena en un laboratorio, con un robot que lógicamente no es tan avanzado como el de la saga, pero sí es capaz de cruzar barrotes y pasar de sólido a líquido y viceversa.
Desde la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Hong Kong, unos investigadores coordinados por Chengfeng Pan han publicado en la revista Matter los detalles de su estudio. Un robot magnético inspirado en los pepinos de mar que es capaz de evitar obstáculos al cambiar de fase.
Un mini T-1000 de laboratorio
En el vídeo de demostración vemos al pequeño robot, con la apariencia de un muñeco de Lego. Se encuentra atrapado dentro de una pequeña cárcel y gracias a la corriente que se le hace pasar por el cuerpo, el robot se vuelve líquido. Se mueve para pasar los barrotes y posteriormente, al volver a recibir una determinada carga, vuelve a su estado sólido inicial.
Al robot lo describen como una "máquina de transición de fase sólido-líquido magnetoactiva" (MPTM). Un robot que está fabricado en galio, un metal que se vuelve líquido a poco más de temperatura ambiente, de unos 30 grados, cuando tiene partículas magnéticas en el interior.
En condiciones normales el robot es sólido, pero a la que se aplica algo de temperatura se vuelve líquido. Pero en esa forma sigue teniendo esas partículas magnéticas, que permiten interactuar con el robot y hacer que cumpla algunas funciones. Se trata de una investigación inicial y como es de esperar el resultado es muy básico, pero no cuesta imaginar que en el futuro se pueda expandir esta idea a robots más complejos.
Además de la demostración de la cárcel, claramente inspirada en la película de James Cameron, el equipo también ha probado estos robots magnéticos para seguir una pista de obstáculos, trepando paredes o empujando objetos. También puede dividirse por la mitad, para que cada una de las partes arrastre un objeto en concreto y luego volver a fusionarse para juntar las dos piezas.
No cuesta pensar en las posibilidades de esta demostración, sobre todo en sectores como la medicina pero también para electrónica. De hecho, la investigación con "robots líquidos" lleva tiempo en marcha. Cuando nos hablan de robots casi siempre pensamos en algo más parecido a los de Boston Dynamics, pero las máquinas pueden tener muchas formas.
Más información | Matter
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