En el futuro, cuando algo pase en tu cuerpo, un robot podrá entrar en él en forma de lámina comestible y una vez dentro, plegarle, moverse, nadar entre fluidos y luego dejar de funcionar y desaparecer. Son los robots plegables y con un ciclo de vida definido que han creado en el MIT.
Compuestos por láminas de papel u otro material con trozos de PVC cortado a láser y con un imán dentro, estos robots Origami tardan menos de un minuto en conformarse y arrancar su ciclo de vida predefinido. Sus 0.31 gramos de peso y menos de 2 cm de tamaño adaptan la forma predefinida gracias al calor, y desde ese momento son capaces de nadar en líquidos, desplazarse y doblarse más si es necesario. Y todo solo mediante campos magnéticos.
El robot puede alcanzar una velocidad de entre 3 y 4 cm/s, y tras realizar la labor para la que ha sido creado, se prepara para desaparecer. En el laboratorio, el final le llega desplazándose él mismo a un cubo de acetona donde queda disuelto todo excepto el imán. En el futuro, los investigadores no creen que hacer desaparecer completamente el robot vaya a ser un problema.
Las diferentes formas que puede adoptar el robot no son aleatorias. Se han diseñado para permitir su desplazamiento y hasta para cargar objetos. En el vídeo se ve lo espectacular de este desarrollo, que se encuentra todavía en una fase inicial. Para las siguientes etapas de la investigación ya se preparan configuraciones con sensores integrados que permitan al robot origami realizar las tareas programadas de forma independiente.
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