Era solo cuestión de tiempo que esto ocurriera: la IA llega a la caca

  • Throne es una cámara que analiza nuestra caca y orina tras cada sesión para darnos información sobre nuestra salud

  • Cuesta 499 dólares y su funcionamiento es de lo más curioso

Imagina lo siguiente. Imagina que te levantas, te tomas tu café con los ojos llenos de legañas y, como siempre, madre naturaleza llama a la puerta. Te sientas en el trono y haces de vientre mientras te ves unos TikTok o repasas los 300 mensajes que tienes en Whatsapp. Terminas y una cámara situada en tu WC toma una foto de tu deposición que, posteriormente, es analizada con IA para ver qué tal tu digestión. Miras tu móvil, lees el informe generado por una app y ves el futuro, un futuro en el que la IA ha llegado a todos lados, incluida la caca.

Eso es, exactamente, lo que propone la startup Throne y su peculiar cámara.

La caca. Ese mundo. Observando detenidamente nuestras creaciones, su consistencia, su forma y sus colores podemos saber si estamos bebiendo suficiente agua o tomando suficiente fibra, si tenemos estrés, si algo nos sienta mal, si quizá tenemos algún tipo de parásito, si todo va bien con nuestros riñones... En fin, que es una cosa. De la misma forma que los residuos de una ciudad dan pistas sobre el ritmo de vida de sus habitantes, la caca nos chiva algunas cosas que pueden estar pasando en nuestro interior.

Podemos aprender mucho de nuestras deposiciones.

Ese pequeño dispositivo es Throne | Imagen: Throne

IAI. Aunque podemos hacerlo mediante observación, lo cierto es que no todos tenemos tiempo para llevar un registro de nuestras heces, la regularidad con la que vamos al baño, su correlación con la cena o comida previa... Throne quiere entrar ahí con lo que ha bautizado como IAI: Inteligencia Artificial Intestinal. Su propuesta es simple: una cámara que se coloca en la taza del WC, obtiene imágenes de la caca o el pis y las analiza para darnos más información. Según explica la compañía, la IA ha sido "entrenada por médicos para ayudarte a entender lo que tus desechos intentan decirte sobre tu salud".

Throne asegura que sus modelos tienen una precisión del 98%, pero "queremos asegurarnos de que tenemos en cuenta todos los casos extremos y situaciones únicas". Por eso permiten a los usuarios marcar las sesiones cuyos análisis consideren inexactos. Esas imágenes "se anonimizan y se envían a los médicos para que las examinen manualmente", de forma que la IA se puede seguir alimentando (no sé si es la mejor palabra en este contexto) y hacerse más precisa.

Registro de nuestros patrones digestivos | Imagen: Throne

¿Cómo funciona? La cámara, que mira hacia abajo (faltaría más) se coloca en la taza y "captura vídeo de forma segura durante cada visita al baño". Ese contenido es analizado por "modelos avanzados de IA" que han sido "específicamente entrenados para categorizar e interpretar los contenidos, proporcionando información valiosa sobre su estado digestivo y de hidratación como parte de su rutina diaria".

Entre las opciones disponibles están la clasificación en la escala de heces de Bristol, una tabla que ordena la caca en función de su forma y consistencia. Lo ideal, para los curiosos, es tipo tres y tipo cuatro. Asimismo, la app nos permite llevar un registro de la comida que tomamos, la medicación, los suplementos y la actividad física para que podamos unir los puntos.

Vista de la cámara instalada en el WC | Imagen: Throne

Sobre la privacidad. Es posible, sensato y razonable que no a todo el mundo le haga gracia la idea de tener una cámara en WC. Normal. En ese sentido, desde Throne aseguran que la cámara solo captura imágenes del contenido de la taza y que emplean "tecnología de reconocimiento de imágenes para eliminar automáticamente cualquier imagen no relevante". La información recopilada se encripta en tránsito (#humorinteligente) usando TLS 1.2 o superior y todo el contenido revisado por humanos está anonimizado.

Cabe destacar que el dispositivo no se activa cada vez que alguien usa el baño, sino que detecta al usuario mediante proximidad Bluetooth. Vamos, que a priori nuestros invitados pueden usar el baño sin problema (y sin interferir en nuestros registros personales). Además, el dispositivo incorpora una luz que, cuando esté recogiendo información, se enciende

¿Y esto cuánto cuesta? 499 dólares, ni más ni menos, aunque ahora mismo está en preventa y se puede conseguir por 299 dólares. Las primeras unidades comenzarán a enviarse a finales de año.

Imagen de portada | Sincerely Media en Unsplash

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