Si la próxima vez que entres a un quirófano te parece estar en una película de ciencia ficción, no temas. Los robots que verás son en realidad claves para tu intervención pues actuarán como cirujanos.
En el Hospital Clínic de Barcelona hemos conocido de cerca cómo es DaVinci XI, uno de los robots llamados a mejorar cómo se realizan determinadas operaciones con el objetivo de que éstas sean lo menos invasivas posible para los pacientes. El robot que hemos visto de cerca es capaz de percibir tres dimensiones y sus cámaras endoscópicas (presentes en el extremo de todos sus brazos) tienen una definición 1080p.
Robots para que el impacto al paciente sea el menor posible
Conseguir que las intervenciones quirúrgicas sean cada vez menos invasivas para los pacientes es el principal objetivo y ventaja del robot Da Vinci XI, según nos indican los doctores del Hospital Clínic. Más allá de utilizar brazos a los que nos les tiembla el pulso, que no sudan, que no se ponen nerviosos o no tropiezan con el instrumental, este robot quirúrgico permitirá algo que hasta ahora era imposible: intervenir dolencias como un cáncer de esófago haciendo una sola incisión. Hasta ahora se han hecho tres, algunos robots permiten hacer sólo dos, y el Da Vinci XI permitirá con una futura actualización hacer sólo una.
Eso, a su vez, significa menos hemorragias, una recuperación más corta para el paciente y una estancia menor en el hospital. El doctor Antonio de Lacy nos ilustra la dimensión de este avance en la cirugía robótica de esta manera: imaginémonos que todos los robots han sido coches, que cada vez han tenido más potencia y más seguridad para viajar por carretera. El Da Vinci XI es capaz de navegar por el mar, y próximamente podrá volar. Es el coche de James Bond, vamos. Y es de esperar, porque cuesta la friolera de dos millones de euros.
El mismo De Lacy nos ha puntualizado que no se trata de reemplazar el trabajo de cirujanos expertos: éstos de hecho entrenan con ayuda de un curso para poder utilizar el robot quirúrgico como herramienta que minimice la intervención al paciente. Además, este avance dará lugar a operaciones que nadie se ha planteado hacer con manos humanas.
Un quirófano digno de las naves de Star Trek
Ha sido algo complicado, pero tras obligarme a disfrazarme de doctor el personal hospitalario nos ha permitido acceder al quirófano en el que se encontraba el Da Vinci XI. Y esperaba un quirófano lleno de brazos robóticos precisos y material informático, pero además de eso me he topado con una sala digna de ser el puente de la Enterprise: LEDs con luces de diferentes tonalidades, un buen número de pantallas que enfocan la operación para todo el personal y una CPU que bien podría estar en un centro de datos de Google.
Y en el centro, la camilla con el paciente. El robot no lo hace todo solo, pero sí que como podéis ver en las imágenes preside la sala con sus cuatro brazos independientes. Cada uno de ellos cuenta con varias articulaciones (que permiten giros de hasta más de 500 grados), y las cámaras de sus puntas permiten ver fácilmente el riego sanguíneo del paciente con luz fosforescente.
Las máquinas invaden nuestros hospitales
El Da Vinci XI es el último avance en robótica para quirófanos, pero como hemos dicho no es el único ejemplo. Tenemos 24 robots semejantes en España (cinco de ellos en Cataluña repartidos en la clínica Quirón, el Vall Hebron, Bellvitge, Puigverd y este de Hospital Clínic) repartidos en los quirófanos de los hospitales más destacados del territorio.
Hace ya doce años, por ejemplo, que en el hospital San Agustín de Avilés implantan prótesis con la ayuda de un ordenador. Es más, las primeras intervenciones datan del 1999 en Alemania y en 1985 se usó un robot para introducir una aguja en un paciente en el Imperial College de Londres, así que la robótica no es precisamente una novedad en la sanidad. Sólo que ahora está dando un salto cuantitativo y cualitativo importante.
Cada robot está pensado para un conjunto diferente de operaciones, pero cada vez son más: cardiología, electrofisiología, intervenciones rectales y gastrointestinales, urología, neurocirugía, ginecología, ortopedia y transplantes de órganos... poco a poco estos robots no sólo con capaces de ser más precisos en los momentos clave de una operación sino que además nos dejan salir del hospital en tiempo récord. Incluso otros robots nos cuidarán antes de hacerlo.
El futuro, desde luego, pasará por máquinas más precisas, más fáciles de utilizar y que cada vez necesiten de menos asistencia. Sin llegar al alarmismo de máquinas completamente autónomas, esto optimizará la eficiencia de los hospitales mientras salva vidas en el proceso. No lo dudo: quizás sea la precisión y el pulso de un robot el que me saque de un buen apuro en los próximos años. Aunque por supuesto espero pisar un hospital lo menos posible.
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