Sharp decidió transformar uno de sus teléfonos en un pequeño robot de compañía: RoboHon

Para muchos, el teléfono ya es todo un elemento de compañía, por lo que en Sharp han decidido darle un aspecto más simpático - lejos de la idea del valle inquietante -, convirtiendo uno de sus terminales en un pequeño robot que responde al nombre de RoboHon.

Japón es el paraíso de los robots, no tengo dudas de que es el lugar donde más se trabaja en su evolución e integración en la sociedad, por lo que encontramos con nuevos modelos no es una sorpresa, pero sí es interesante comprobar la utilidad que le van encontrando.

Que lo que haya dentro de RoboHon sea un teléfono nos invita a pensar en muchas funcionalidades básicas relacionadas con comunicaciones, otra cosa es que lo hayan sabido llevar a buen puerto, o que sea más interesante presentarlas en “formato robot”, que en el habitual bloque con pantalla.

Yo tengo mis dudas en muchas de sus habilidades, pero estamos ante una propuesta agradable de ver en funcionamiento, que acierta con un diseño robótico que presenta alguna semejanza con Pepper, y añade algunos elementos que hacen que la parte robot cobre sentido: puede andar, sentarse, y mover los brazos para acompañar con ellos las expresiones.

El creador de RoboHon es el reconocido diseñador Tomotaka Takahashi, conocido por cosas como Ropid o Kirobo. Como se puede apreciar, RoboHon es relativamente pequeño, con una altura de 19,5 centímetros y un peso algo alto para llevar siempre encima, de 390 gramos.

En él hay lugar para cámaras y micrófonos para el pertinente reconocimiento de las personas que interactúan con él, también conectividad LTE y WiFi - Snapdragon 400 -, y una pantalla de 2 pulgadas (QVGA).

Al margen de hacer las veces de teléfono, gestionar correo, caminar, comprender a las personas, recordar cosas que le pidamos, o hacer fotos, también cuenta con la posibilidad de proyectar imágenes y vídeos.

Sharp espera poner a la venta RoboHon en algún momento de la primera mitad de 2016, no hay datos sobre precios - obviamente será más caro que un smartphone -, pero parece que la idea pasa por democratizar el asunto.

Creo que nos podemos olvidar de un dispositivo así por estos lares, nos queda mucho para llegar al nivel de integración y socialización de los robots que tiene en Japón, donde incluso les organizan funerales.

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