Hemos leído muchas noticias sobre los efectos que tecnologías como la Inteligencia Artificial pueden tener en el mundo laboral. Aunque se sabe que estas herramientas también crearán nuevos puestos de trabajo y que, echando la vista atrás, la tecnología siempre ha creado más oferta laboral que la que destruye, las alarmas están ahí. Se calcula que la automatización eliminará 75 millones de empleos para 2025. Otros estudios estiman que entre 400 y 800 millones de personas serán desplazadas de sus puestos de trabajo en 2030 debido a la automatización.
Este impacto se hará notar en disciplinas tan diversas y variadas como los radiólogos, preparadores de hamburguesas, taxistas y repartidores o periodistas.
Pero, ¿qué pasa con los programadores y desarrolladores de código? ¿Cuánto de su trabajo es puramente rutinario y puede ser, por tanto, altamente automatizable? ¿Programar será en el futuro una cosa de máquinas?
La IA hará parte de mi trabajo, pero no me preocupa
Hemos hablado con varios desarrolladores y todos coinciden en que sí, que su trabajo también se verá afectado por las herramientas de Inteligencia Artificial. Pero, lejos de verlo como un problema o con miedo por su futuro laboral, todos ellos lo ven como algo positivo: desde el trabajo aburrido que les va a eliminar hasta la oportunidad de centrarse en lo que verdaderamente les gusta o la posibilidad de seguir creciendo a nivel profesional.
“Es perfectamente posible que mi trabajo lo pueda hacer en el futuro una máquina. Pero no me preocupa en absoluto porque la tecnología avanza tan rápido que te tienes que reimaginar constantemente. No solo por la IA, sino porque aparece una nueva librería de código que te pedirán en los próximos meses”. Elena Torró es desarrolladora software front ¡end en Carto desde hace 2 años y no le parece mal que haya tecnología que supla su trabajo. “Pueden automatizar cosas y hacerlas más sencillas. Antes las farolas las encendería una persona y ahora es un proceso más eficaz”, pone como ejemplo.
Jorge Ferreiro, Frontend Software Engineer en Eventbrite, piensa parecido. “La IA es una oportunidad de mejora como desarrollador, salvo para los que estén acomodados, que no quieran evolucionar y opten por estancarse en ciertas tecnologías. Pero no es una amenaza diferente a las nuevas bibliotecas u otras tecnologías”, asegura. En opinión de este ingeniero, herramientas como la utilizada por Facebook, que analiza bugs y errores de tu anterior código y te da sugerencias, permite a los desarrolladores mejorar el código.
¿Automatizar tareas aburridas? Sí, por favor
Como todo proceso, la llegada de herramientas de Inteligencia Artificial al mundo del desarrollo de software no se producirá de la noche a la mañana. De hecho, estos profesionales ya ven cómo en ciertos terrenos la IA está ya presente en las herramientas que emplean en su día a día.
VS Code, por ejemplo, es un editor que les sugiere nombre de variables y funciones. Hay herramientas de Machine Learning capaces de analizar el contexto en el que trabajan los desarrolladores y escribir código por ellos. Tabnine compara y hace recomendaciones a la hora de escribir código, lo que, en opinión de Ferreiro, ahorra tiempo a la hora de escribir. Otras herramientas, como Codota, completa líneas de código basadas en millones de programas Java y su contexto, lo que le ayuda a codificar más rápido con menos errores.
Ninguno de los programadores con los que hemos hablado ha probado estas herramientas, algunas de las cuales permiten programar en pareja con la particularidad de que el partner no es una persona, sino la Inteligencia Artificial. Sin embargo, todos ellos se han mostrado más que encantados con la aparición de dichas herramientas.
Laura Lacarra, ingeniera de BI & Big Data en Telefónica, nos explica que ella misma ha automatizado tareas que costaban más de 4 horas de trabajo dos veces a la semana. “Ahora se ejecutan diariamente y se hacen solas. No es que no haga falta hacer ese trabajo, sino que se han incorporado nuevas funcionalidades”, detalla. Para ella, “todo lo que se automatiza son cosas horribles, tareas repetitivas, que no te sientes realizado haciéndolas”. Por eso, poder contar con un programa que automatice ese trabajo “te permite pasar a una siguiente fase: de hacer algo manual siempre igual a mejorarlo, mantenerlo”. Y, dado que “siempre hay cosas nuevas cosas que automatizar”, Lacarra asegura que “no he perdido trabajo, sino que he generado más”.
No me preparo para la IA: me mantengo al día
Estos programadores con los que hemos hablado no se preparan de ninguna manera especial ni concreta ante el avance o la llegada de la IA a sus puestos de trabajo. “Hay que estar al día. Hay que reinventarse sin querer”, explica Elena Torró, quien asegura que ahora hace cosas que hace 2 años ni se planteaba. “Hay que aprender bajo demanda”, sentencia. En su opinión, la gente se tiende a agobiar mucho por estar al día y hacer cosas. “Es importante estar al día si te interesa lo que quieres hacer y no por presión del entorno”, recomienda.
Algo parecido asegura Lacarra. “En la profesión que hemos decidido hay que estar al día de los cambios que pasan”. Así, recuerda cómo ella empezó con Java y ahora trabaja con Python.
Elena Torró sí que ha empezado a hacer un curso de Coursera sobre datos, con una visión general de Data Science, visualización, tratamiento con aspectos prácticos. En su opinión, “si te preocupa que la IA te vaya a afectar a tu trabajo, deberías entender la IA”.
Por su parte, Jorge Ferreiro apuesta por saber cuáles son las nuevas tendencias, cómo le afectan y leer artículos sobre estas nuevas tendencias. “Hay que completarlo con cursos y documentos. Ver conferencias y charlas sobre IA y acudir a hackatones. En mi caso, procuro que apliquen a mi trabajo, para ver cómo me pueden ayudar”, explica.
Un ingeniero que enseña a las máquinas cómo aprender
De entre los programadores con los que hemos hablado, hay uno que merece una mención aparte: es ingeniero experto en Machine Learning. Es decir, les enseña a las máquinas cómo deben aprender para ser inteligentes. Este profesional nos pide no identificarle. Entre otras cosas porque trabaja para varios clientes en varios proyectos.
Aunque sabe que ahora mismo se piden muchos profesionales del área de programación y desarrollo de software (entre otras razones para crear y mantener estas herramientas de Inteligencia Artificial), cree que en un futuro (“me costaría dar un tiempo o estimación de fechas”), cada vez se automatizará más la creación de herramientas de IA, así que tendrá un impacto en este tipo de trabajo.
Ciberseguridad es, en su opinión, uno de los campos en los que más está entrando la IA para detección de amenazas en base a patrones de comportamientos y análisis de datos de servidores. “En esa labor de vigilancia sobre lo que está ocurriendo en los sistemas quizá cada vez sea menos necesario la intervención humana porque la IA se vuelve más potente cuantos más datos le des para entrenarla”, explica. “Será uno de los primeros en los que se note el descenso de necesidad humana”.
“Claro que me planteo si estoy alimentando a la bestia”
Este experto, como los otros desarrolladores con los que hemos hablado, no está intranquilo por su futuro. “Estoy en una situación privilegiada ahora mismo porque estoy en un campo en crecimiento. De aquí a unos años puede cambiar, pero no me inquieta especialmente porque creo que tengo bastante adaptabilidad. Si no encuentro trabajo de esto buscaré otra cosa. No tengo miedo a quedarme sin trabajo”, explica.
Donde sí muestra más dudas o recelos es en la esfera social. “Hay trabajos muchos más vulnerables que el mío y el impacto va a ser muy fuerte”, reflexiona.
Unos trabajos que, quizá, peligren por la irrupción de máquinas a las que él entrena. “¿Sientes que estás alimentando a la bestia?”, le preguntamos. “En ocasiones sí”, reconoce. “Trabajo para muchos clientes y muchas veces te planteas cuáles son las consecuencias de los proyectos en los que trabajas. Y, en general, ante algo que puede tener consecuencias negativas a futuro es una pregunta que, al menos yo, me planteo: si es positivo o no contribuir a ese avance”, reflexiona.
Sin embargo, este profesional se muestra convencido de que la Inteligencia Artificial puede tener muchas más partes positivas que negativas a largo plazo. El tema está en que todo “depende de cómo se gestionen esas cosas negativas. Ahí entran variables muy complejas como tema legislativo, político…”.
No obstante, y mirando siempre el vaso medio lleno, cree que a largo plazo “nos readaptaremos y ajustaremos a la nueva realidad”, pese a que entiende que estamos en un momento de transición y de cambio muy rápido en el que se producen crisis. “La IA es una herramienta que permite dar nuevas habilidades y capacidades a la gente a la hora de hacer un trabajo concreto. Me parecería extraño que todas las grandes empresas utilizaran ese gran cambio para abaratar costes, despedir plantilla y suplir trabajadores por IA en lugar de sacar más productividad y avanzar más rápidos”, concluye.
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