Eso que ves es un joystick de Spiderman, pero hay más guilty pleasures: los "placeres culpables" del equipo de Xataka

Esos 200 Funkos que tienes apelotonados en una estantería. Ese juego que es malísimo para todo el mundo, pero que a ti te tiene enganchado. Esa taza de 100 eurazos que mantiene el café caliente y que te permite ver la temperatura desde tu móvil. Ese curioso joystick (sí, es un joystick y es de un editor de Xataka) de Spiderman que corona este post y otros "placeres culpables" más. Se abre la veda: hoy os confesamos cuáles son nuestros "guilty pleasure", esas cosas que nos gustan pero nos da un poquito de vergüenza reconocer. Por supuesto, te invitamos a dejar el tuyo en los comentarios: saca a relucir tu lado más freakie, que aquí hay confianza.

LEGO de Star Wars

El placer culpable de José García Nieto:

"Yo reconozco que tengo debilidad por los LEGO caros. Hay LEGO de todos los rangos de precio, pero yo tengo una fijación por los caros, que para colmo suelen ser de mi franquicia favorita: Star Wars.

Estoy haciendo la colección de cascos – tengo el de Boba Fett (59 euros), Darth Vader (69 euros), soldado explorador (49 euros), soldado de asalto (123 euros) – y ya no tengo espacio para más, literalmente, pero quiero conseguir los tres nuevos. Y los robots, uf, los robots, el LEGO de BB-8 (180 euros) es una fantasía.

Para colmo, me flipan las naves grandes y verás, cuestan del orden de 600 euros. De momento tengo el Tie Fighter (122 euros), Caza estelar Ala-X (135 euros) y el Caza TIE Sith (84 euros)

¿Tengo alguna? Tengo alguna, y cada vez que compra una siendo un arrepentimiento momentáneo y pienso "¿por qué?", pero se me pasa al rato, jeje."

Correas del Apple Watch

El placer culpable de Javier Lacort:

"En general mantengo a raya mis presupuestos y las cantidades que estoy dispuesto a gastarme en cada cosa, cada mes. No obstante, si a Samsung le estallaron los Note 7 y a Superman comió Kryptonita, yo también tengo una debilidad: las correas del Apple Watch.

Uso la misma para el día a día, la Solo Loop blanca (49 euros) , y para el fin de semana, eventos u ocasiones especiales voy alternando entre una unidad de correas que prefiero no dejar por escrito en una web que indexa en Google y puede localizar mi mujer.

Sí diré que me gusta mucho la de eslabones de piel en ocre (sobre todo con aspecto envejecido) (99 euros), así como la milanesa (99 euros). Sobre el resto de correas que yacen en mi estuche, solo dios podrá juzgarme."

Miniaturas de Masters of the Universe Origins

El placer culpable de Juanky:

"Formo parte de esa generación cuya infancia discurrió durante la década de los 80, y fui uno de los muchos niños que se rindieron ante la epicidad de He-Man y sus aliados, y, cómo no, también ante la de Skeletor, Hordak y sus secuaces. La faena es que no conservo mis Másters del Universo de los 80.

Y lo lamento porque me traen unos recuerdos increíbles de una época que posiblemente no fue tan feliz como me lo parece ahora. Es lo que tiene la memoria: a veces nos ayuda a reconciliarnos con nuestro pasado edulcorando un poco la realidad.

Pero también soy uno de los muchos niños de los 80 que ahora, tras casi cuarenta años de espera, está pudiendo subsanar una de sus deudas infantiles. Y es que estoy aprovechando que Mattel está reeditando estas figuras en la línea ‘Masters of the Universe Origins’ para recuperar todas las que tuve durante mi infancia. Mis dos favoritas son las de He-Man (18 euros) y Jitsu (17 euros)

Y, de paso, me estoy haciendo también con algunas que no tuve. Incluso he conseguido el castillo de Grayskull que los Reyes Magos nunca me trajeron. Ya no me divierte jugar con ellas, pero contemplarlas expuestas en una vitrina me trae unos recuerdos a los que no pienso renunciar. Este es mi pequeño placer culpable."

Pokémon

El placer culpable de Carlos Castillo:

"Nací a finales de los 80, y la explosión de Pokémon (tanto la serie como los cromos, las cartas, los videojuegos...) me cogió de lleno en segundo o tercero de la E.S.O. Y claro, a las primeras entregas de Game Boy les eché más horas que un reloj y me tragué religiosamente cada capítulo del anime original.

Luego, con los años, la pasión por Pokémon se fue diluyendo y no tuve ningún interés en jugar las demás entregas de la saga; si los ciento y pico de Pokémon originales ya me parecían bastantes, cuando entraron en juego otros cientos de ellos más se me quitaron completamente las ganas de familiarizarme con ellos. Nuevas clases, nuevos nombres, nuevas evoluciones... qué pereza.

Sin embargo, desde que conseguí hacerme con una Nintendo Switch OLED, y a mis treinta y pico años, he recuperado una afición por los videojuegos de Pokémon que tenía ya más que olvidada.

Primero, con Pokémon: 'Let's Go, Eevee!' (49 euros) (habría preferido 'Let's Go: Pikachu!', pero en su momento no había ninguna oferta interesante), que ha despertado en mí una enorme nostalgia por la saga.

Y más adelante, con 'Leyendas Pokémon: Arceus' (47,99 euros), que a pesar de las críticas me ha hecho entrar de lleno en la nueva generación, haciendo que disfrute como nunca de Pokémon.

Aunque, eso sí, no encuentro el momento de terminarlos porque entre tantos otros videojuegos, apenas saco unas horas a la semana para continuar con ellos."

Despertador Philips Hue

El placer culpable de Ricardo Aguilar:

"¿Te imaginas gastarte 160 euros en un despertador? Yo tampoco. Pero me regalaron uno y la vida es mucho más bonita con él. En mi mesita de noche tengo el Philips Wake-up Light HF3651/01 (165 euros), que más allá de su horrible nombre, es lo que se denomina como un despertador solar.

Tradicionalmente me despertaba con el irritante sonido de la alarma del móvil, el siguiente paso es usar un reloj inteligente para que te despierte con la vibración, pero esto es mejor aún. El cuerpo del reloj simula el tiempo del amanecer, por lo que va iluminando la habitación de forma progresiva.

Del mismo modo, puedes programar distintos sonidos (pájaros, olas, etc.). Sí, a mí también me sonaba todo muy yogui-zen, pero es sencillamente espectacular el realismo de los sonidos.

El reloj está pensado para que no cambies de fase REM bruscamente por lo que te vas despertando progresivamente, sin sobresaltos.

Además sirve como lámpara, y la luz que emite es muy agradable y difusa. Es un caprichazo que creo que, sobre todo en estos tiempos de estrés, deberíamos tener en el cuarto. No es barato, pero durará años y te levantarás con otra cara"

Figuritas Warhammer

El placer culpable de Fabio Rodríguez:

"Lo admito, soy adicto, pero no del tipo de drogas que estáis pensando, sino una (un poco) más sana. Los Warhammers (26 euros). Desde que era pequeño siempre he sentido una atracción irrefrenable por estas miniaturas que te ponen en la piel de un pequeño napoleón para dominar el terreno de juego.

Peeero claro, la independencia económica por aquel entonces era una utopía. Ahora, como un muchachito adulto funcional con un sueldo y esas cosas, puedo comprar todas las miniaturas que quieras

Mis planes de fin de semana ya no son salir, beber, el rollo de siempre... Ahora es montar, pintar, el rollo de siempre..."

Un televisor OLED de 65 pulgadas

El placer culpable de Antonio Sabán:

"Mi placer culpable es mi tele OLED de 65". Tecnológicamente, desde que era estudiante mi sueño material era tener una buena tele, pero los precios estaban disparados y la tecnología poco madura. Me puse a ahorrar y me fijé que cuando un modelo de 55" me convenciera, esperaría hasta que baja a 1500 euros.

Sin embargo, hubo un problema en mi cabeza. Por trabajo tuve que probar durante meses teles de gama alta de Samsung, de 65", y mentalmente algo me hizo click y ya no pude volver atrás. Así que vuelta a empezar con el mismo objetivo, conseguir la tele que me convenciera a 1500€, pero ahora con el reto mayor de que el panel fuera 65".

Y llegó la pandemia y la vieja LG de 40" que tenía dijo adiós. Así que tras estar muy pendiente de distintos modelos, y de los problemas que había tenido LG en las C8, me dije a mí mismo que la generación de 2019, la LG C9, era lo más redonda que podía ser.

Marqué todas las alertas que pude para que las tiendas me avisaran cuando bajara de precio y pude hacerme con ella a 1400 euros. Dos años después estoy encantado con ella, y el modelo equivalente que recomiendo es la LG OLED C1 de 65" (1589 euros) o la C2 cuando llegue a las tiendas dentro de poco. La LG OLED G2 brillará más y resistirá mejor las retenciones gracias a su disipador trasero, pero también se irá más de precio.

Mi búsqueda fue un camino de 7 años que me hizo aprender a comprar los productos cuando están verdaderamente maduros."

Joysticks retro

El placer culpable de John Tones:

"Tengo una cierta tendencia al coleccionismo de joysticks que se enchufan directamente a la televisión. A las televisiones de antes, claro: ahora su versión moderna son las consolas mini (o no tan mini) que incluyen decenas, a veces cientos de juegos en réplicas perfectas del hardware de antaño, como la Atari Vault 100 (29 euros)

Pero los joysticks, ah: se enchufan en teles de tubo (o planas no muy muy modernas) por el euroconector y, en algunas versiones, emulan juegos comerciales.

Tengo uno que recopila una veintena de juegos de Atari 2600 y otro que permite jugar a otros tantos lanzamientos de Commodore 64. Ambos son réplicas bastante molonas de los joysticks originales.

Pero la joya de mi corona es un (vamos a decirlo claro) muy fálico joystick de Spider-Man que incluye cinco juegos protagonizados por el arácnido y que no han salido en ningún otro formato.

Los produjo la compañía Jakks Pacific en 2004 y técnicamente son juegos similares a los que aparecieron unos años antes para las consolas de 16 bits.

Tenemos un par de juegos en una sola pantalla al estilo game-watch, un simpático juego de acción y plataformas e incluso una simulación de un juego de acción en primera persona, donde llevamos a Spider-Man por unas alcantarillas con un rudimentario efecto 3D.

Todos son de una calidad tirando a floja y ya no recuerdo cuánto pagué por él, pero puedo asegurar que fue demasiado teniendo en cuenta el contenido."

Cómics

El placer culpable de Sam Fernández:

"Tengo que confesar que desde hace algunos años me ha dado por el coleccionismo. A mí, que en su día ya regalé un par de cientos de DVDs y que doné 14 cajas llenas de libros a la biblioteca de mi pueblo porque "me pasaba al digital para siempre".

Ahora colecciono estatuas, funkos e incluso vinilos, pero sin duda lo que más espacio me ocupa es la colección de cómics. Empecé por algún que otro tomo suelto, luego caí en una colección de más de 100 y sigo comprando y llenando estanterías con más y más cada mes.

Y no me arrepiento ni un poquito, pese a que pueda leerlos en el iPad porque para eso hay apps y servicios de suscripción. Es mi vicio, qué le vamos a hacer. En los últimos meses me he hecho con algunos muy buenos como 'El Tribunal de los Búhos en edición Deluxe' (42 euros), o como los tres tomos de Harleen, la historia de origen de Harley Quinn (Primer tomo 12,30 euros, segundo tomo 11 euros y tercer tomo 12,30 euros). También he cazado el 'Kingdom Come en edición Black Label' (27 euros) y el 'Daredevil: Born Again de Frank Miller' (22,95 euros). Ahí voy, aumentando colección paso a paso."

Música digital de calidad (Streamer BlueSound Node 2i)

El placer culpable de Yúbal Fernández:

"Soy un gran aficionado a la música en formato digital, y parece que por alguna razón comprar CDs y vinilos no es suficiente.

Soy cliente de Qobuz, y ya que pago por tener música en streaming en mejor calidad, por qué no disfrutarla también en mi cadena musical. Es por esto que decidí invertir en un streamer. Empecé mirando las alternativas económicas, como montarme uno con una raspberry pi, pero acabé yendo un poco más a lo grande.

Tras preguntar aquí y allí, opté por el BlueSound Node 2i (590 euros), que suele tener un precio de 600 euros, pero lo encontré algo más barato. ¿Es una locura pagar este pastón por un streamer? Posiblemente. ¿Me arrepiento de algo? Obviamente no.

Funciona con su propia aplicación para PC y móvil, a la que puedes vincular cualquiera de los servicios de streaming existentes sin depender de un sistema interno de estos para enviar el contenido a otros dispositivos. Vamos, que puedes usarlo con Spotify Connect, pero también vinculando tu cuenta de Spotify. En el caso de Qobuz, no tiene un connect, o sea que es la mejor manera de usarlo.

La calidad de sonido es muy buena, y la aplicación me deja satisfecho, ya que puedo gestionar cualquier servicio de streaming musical, incluso varios a la vez. También soporta servicios de radio y asistentes inteligentes, y también puedes gestionar más de un dispositivo de sonido de BlueSound en el caso de que acabe comprando alguno de sus altavoces inteligentes.

Estoy muy contento con el producto y con la marca, nacida directamente para competir en el mundo del sonido digital, aunque no deja de ser un gasto totalmente innecesario. Pura gula musical"

LEGO

El placer culpable de Gabriela González:

"Desde hace varios meses empecé a armar Legos porque me regalaron un bonsai de cumpleaños y eso se terminó convirtiendo en un "problema" (49 euros).

Como quedé con ganas de más y me gustan mucho como se ven los de la colección de cascos, ya he comprado tres de Star Wars en lo que va de año. Ni siquiera me gusta mucho Star Wars, pero los cascos de Lego son geniales, y siempre me ha gustado la estética de las películas. Ya he armado uno de Darth Vader (69 euros) y uno de The Mandalorian (59 euros), ahora voy a por el de Boba Fett (59 euros).

También tengo un Lego de esos tipo "puzzle" de los Beatles (119 euros) que va en cola, también fue un regalo porque el precio que tiene me duele en el alma, pero como lo disfruto."

Monitores de estudio Mackie MR524

El placer culpable de César Muela:

"Tengo unos monitores de estudio de una conocida marca en el mundillo del sonido, los Mackie MR524 (125 euros) que me compré para poder mezclar y escuchar música en casa.

Son de la gama de entrada y un par de ellos se pueden conseguir por unos 300 €, que no es muy caro para lo que cuestan los dispositivos de estudio, pero suenan muy bien, nítidos, con pegada y sin colorear mucho en frecuencias. Me encantan.

Lo habitual en los puristas del sonido es cuidar al máximo los equipos (perdóname, compañero Juanky, si lees esto), y es algo que yo también intento hacer, pero cuando hago limpieza general no puedo evitar ponerme temazos de Rocío Jurado, Mónica Naranjo o Cristian Castro a todo trapo y no me avergüenza reconocerlo.

¿Tengo unos "altavoces caros" (como dice mi madre) y uno de los momentos que más los disfruto es cuando limpio al ritmo de "Como una ola"? Sí, ¿qué pasa?"

Libros de juegos de rol Dungeons & Dragons

El placer culpable de Enrique Pérez:

"Mi primer libro de rol fue el Manual del Master de D&D (38 euros). Tenía tan poca idea que ni siquiera sabía cuando lo pedí que necesitaba previamente un Manual del Jugador. Yo tenía unos 12 años. Desde entonces, comprar libros de rol ha sido una constante en mi vida.

Tengo una colección enorme y desgraciadamente no he podido jugar a todos ellos. Cthulhu, La Leyenda de los 5 Anillos, Cyberpunk 2020, Fading Suns, Transhuman Space, Pathfinder, Fanhunter… tengo prácticamente todos los juegos de rol más conocidos y también he adquirido los libros de algunos juegos más pequeños, sean autores españoles o campañas de crowdfunding.

Me encanta leerlos e imaginarme en esos mundos o preparar supuestas partidas que no siempre llego a hacer. Desde ciencia ficción hasta mundos de fantasía; los libros de rol son mi debilidad a nivel de coleccionismo y frikismo."

Móviles, móviles y más móviles

El placer culpable de Iván Linares:

"Tengo fama entre mis amigos de ser un comprador compulsivo de móviles, algo que contrasta con una de las facetas de mi trabajo: probar teléfonos. Así que, teniendo acceso a la mayoría de novedades gracias al trabajo, ¿para qué gastar dinero en comprarlos si ya los he podido probar?

Siempre me ha gustado la telefonía, he cambiado más de móvil que de pantalones (no es retórica, no). iPhone, Android, Windows Phone nada más salir, he tenido la mayoría de Samsung clave desde el Galaxy S2, los LG hasta que murió su división móvil...

Toda esa experiencia ha servido para conocer de primera mano la evolución de la telefonía, todo con un efecto colateral: la cuenta corriente. Reconozco que ha habido demasiadas compras compulsivas.

Nunca me he arrepentido de adquirir un teléfono, admito que lo mío es casi una enfermedad. De hecho, en mi casa hacen el chiste de que más que polvo se acumulan los móviles: basta con abrir un cajón para que salgan tres o cuatro. Yo lo llamo tener experiencia de primera mano.

Echando la vista atrás, en 2021 adquirí un Xiaomi Mi 10 Pro, un Samsung Galaxy Note 20 Ultra (1250 euros), un iPhone 12 Pro Max (1008 euros), el Google Pixel 6 (699 euros) y un Realme X50 5G (este último por error, lo juro; lo cancelé).

También tengo fiebre por los smartwatches: compré un TicWatch Pro 3 (225 euros), el TicWatch E3 (159 euros), un Samsung Galaxy Watch 4 Classic (179 euros) y el Apple Watch Series 7 (395 euros).

De entre la colección los que más me gustaron fueron el Pixel 6 por la cámara y el salto adelante dado por Google en diseño y rendimiento; también el Apple Watch Series 7 por lo bien que funciona en el plano deportivo y la capacidad de estimularme para hacer ejercicio a diario."

Libros de arte y diseño de videojuegos

El placer culpable de Frankie MB:

Tengo un millón de pasiones confesas, pero de un tiempo a esta parte solo lleno mis estanterías con una: los libros. En casos realmente concretos compro videojuegos en físico o Blu-Rays, pero donde esté una buen tomo o el crujido del papel al pasar de página que se quiten los docs. Y dentro de este último placer no tan culpable, hay uno que llevo acumulando más de la mitad de mi vida: los libros de arte y diseño de los videojuegos.

Guías de referencia visual editadas con extra de mimo o enormes compendios de imágenes con interesantes anotaciones al margen firmadas por sus autores originales. A veces se trata de libros conmemorativos, como el 'Sonic the Hedgehog Encyclo-speed-ia (Deluxe Edition): 30 Years of Sonic the Hedgehog' (51 euros) y en otros casos estudios de diseño como 'How To Make Capcom Fighting Characters: Street Fighter Character Design' (44 euros) o los dos volúmenes de 'The Art of Overwatch' (66 euros).

Hay algunos que son absolutamente imprescindibles, como los cuatro tomos de The Legend of Zelda editados por Norma (28 euros) y hay hasta casos concretos que me sirven de inspiración a la hora de escribir en VidaExtra, como 'El Arte de Atari' (37 euros).

Tengo que reconocer que en mi biblioteca hay un poquito de todo y tengo libros bastante antiguos y verdaderas rarezas. Es tanto una pasión como una colección que disfruto viendo y compartiendo con cualquier curioso que me hace una visita.

Es más, que en la mayoría de ediciones de coleccionista, como la de Elden Ring, se incluya un libro de arte hace que no solo haya comenzado a coleccionar libros: poco a poco también estoy juntado demasiadas baldas y estanterías."

Vinilos Ediciones especiales

El placer culpable de Mario Arroyo:

"Hay muchas cosas en las que invierto dinero que me hacen feliz: Legos, videojuegos, películas, cómics, zapatillas… Podría hablar largo y tendido sobre este último placer, pero si dejamos el mundo de las sneakers a un lado, uno de mis placeres prohibidos sería el coleccionismo de música, principalmente en formato de vinilo.

Hasta aquí todo normal, ¿verdad? Pero este placer comienza a entrar en el terreno de lo prohibitivo, en el momento en el que me “obsesiona” que todos, o al menos la gran mayoría de vinilos que entran en mi estantería, sean alguna edición especial con el disco de color.

De hecho, ni confirmo, ni desmiento, que tenga varios discos del mismo artista o grupo repetidos, uno con la edición normal, con el disco de color negro de toda la vida, y otra edición con el disco de vinilo en color.

Por ejemplo, en el Record Store Day de 2020 (60 euros), no pude resistirme a comprar una edición de remixes de Amy Winehouse con vinilo doble (uno de color azul, y uno de color amarillo). Ser friki o apasionado por algún hobby es algo muy bonito, pero nadie dijo nunca que fuera barato…

Mario Kart Tour

El placer culpable de Anna Martí:

"Siempre digo que juego por “obligación”, porque es algo prácticamente obligatorio al probar móviles y que de otro modo no echaría ninguna partida a nada.

Pero en realidad juego cada día, pero en plan enfermedad, como si fuese un anillo más del Apple Watch a cumplir. Y ese juego no es ni ‘Elden Ring’, ni ningún ‘The Last of Us’ ni nada de eso. Ni siquiera el ‘PUBG Mobile’. Es… El Mario Kart Tour (gratis en iOS y en Android).

El juego no puede ser más sencillo: eliges el personaje, eliges el kart, un ala y a correr. Puedes lanzar objetos y recoger monedas, pero no tiene mucha más complejidad. ¿Por qué este vicio que ni siquiera dejo estar ni de vacaciones? No lo sé muy bien.

Supongo que son unos minutos en los que relajo la mente y me puedo sentar sin atender a nada más que si me llega un caparazón con pinchos o algún otro elemento del juego, y lo que sería el componente más adictivo recae en dos aspectos: ser tacaña y las recompensas diarias.

Para progresar en el juego sin gastarte un céntimo has de aprovechar las recompensas que el juego te ofrece cada día y así poder adquirir más personajes o recursos, o bien subir de nivel y que tus partidas generen más puntuación.

Soy consciente de que juego contra bots, de que los gráficos no son nada del otro mundo y de que es un juego muy repetitivo si como yo quieres tu dosis cada día, pero sinceramente no me importa: yo cada día echo unas cuantas carreras y a veces lo utilizo para estar algunos minutos de pie cada hora (sí, juego andando por casa)."

Eurosport (para ver las Olimpiadas)

El placer culpable de Javier Pastor:

"Se habla mucho de la fatiga de las suscripciones, de cómo por ejemplo nos suscribimos a muchos servicios de vídeo para poder ver lo que nos apetece cuando y cómo nos apetece.

Yo el pasado verano me encontré con que no había forma fácil de ver los Juegos Olímpicos, así que decidí suscribirme a Eurosport. Es cierto que hubo seguimiento decente en RTVE Play, pero lo de Eurosport era espectacular por la cobertura digital.

Podías ver deportes que difícilmente podrías ver en la tele normal (me encantó ver el tenis de mesa o el taewkondo) tanto en directo como en diferido, pero es que además la suscripción da acceso a otros contenidos como me interesan como algunos grand slams de tenis.

Es cierto que hay otras cosas que no me interesan tanto —hay mucho snooker y ciclismo, y no sigo esos deportes— pero desde luego la propuesta a mí me compensa, sobre todo porque cuando la conseguí costaba tan solo 20 euros (ahora cuesta 40 euros al año, que tampoco está mal)".

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