Se venía rumoreando desde hacía tiempo y varias noticias relacionadas apuntaban a esta posibilidad: según CNBC, Amazon lanzará una nueva versión de Alexa robustecida por la IA y cobrará una suscripción mensual por ella. Independiente de Prime.
El gran desafío. Esta propuesta pinta complicada. No es imposible: hay pocas empresas en el mundo capaces de sacar adelante algo así y Amazon es una de ellas. Pero el contexto no acompaña.
- Alexa tiene diez años de vida y tras el hype inicial solo la usamos para pedirle música y temporizadores. Poco más.
- La era de las suscripciones empieza a acercarse al colapso. Entre los consumidores hay una fatiga extendida y una actitud suspicaz.
- La competencia pesa. Sobre todo la de un GPT-4o tremendamente prometedor en conversaciones y que atrae muchas más miradas de las que nunca logró Alexa.
Mal de muchos... Alexa tiene un inconveniente que Siri o el asistente de Google (argh, el naming) no: no tiene un móvil en el que instalarse nativamente y por defecto. A cambio, Amazon nos ha inundado de altavoces y dispositivos de todos los precios para conseguir que recordemos su existencia y la sigamos usando.
No obstante, ni siquiera Siri o el asistente de Google han logrado una gran trascendencia. Están ahí, son puntualmente útiles, pero hace más de diez años generaron unas expectativas que no se han cumplido.
La palanca de la IA. Amazon se va a apalancar presumiblemente en la IA generativa y los LLMs para hacer a Alexa muchísimo más capaz y versátil. ChatGPT o Gemini hicieron que Siri, Alexa y compañía salieran muy mal en la foto.
Satya Nadella se refirió a ellos con una frase lapidaria:
"Eran todos más tontos que una piedra".
Cuestión de confianza. Si Alexa, recientemente esquilmada por los despidos en su división, quiere sacar adelante esta idea, seguramente sea porque tiene confianza en que su base instalada de dispositivos Echo sea suficientemente grande como para que la cantidad suficiente de usuarios acepte pagar.
¿Hasta qué punto va a dar un salto de calidad respecto a la Alexa que ahora conocemos? ¿Qué va a hacer para superar a la competencia que ya tiene? Y falta s de Apple está por anunciar en unas pocas semanas.
La pregunta. En un mercado tan competitivo y rápido como el de la IA generativa, cobrar por un asistente de voz es un movimiento arriesgado.
Y la pregunta no es cuánto están dispuestos a pagar los usuarios por una Alexa mejor, sino qué está dispuesto a ofrecer Amazon para que merezca la pena hacerlo. Sobre todo con ChatGPT avanzando imparable. Y dejando al resto, como dijo Nadella, más tontos que una piedra.
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