Desde el éxito de Bitcoin han surgido muchas "copias" de divisas puramente digitales. Litecoin le sigue en popularidad, y Dogecoin también está teniendo su momento. Y como éstas hay muchas más (Namecoin, Peercoin, StableCoin, Mastercoin...). ¿Tienen sentido? ¿En qué se diferencian? ¿Tendrán futuro? ¿Dejarán relegada a Bitcoin?
No es la primera vez que hablamos de Bitcoin en Xataka, en el pasado hemos analizado a fondo los aspectos económicos, técnicos y las variaciones en la cotización que tanto se han comentado en los últimos meses. Pero siempre nos había quedado en el tintero hablar de las alternativas a Bitcoin, que hoy vamos a tratar.
¿Qué diferencias hay entre Bitcoin y otras monedas virtuales?
Las principales diferencias que hay entre Bitcoin y otras como Litecoin y Dodgecoin son puramente técnicas. De hecho, algunas diferencias son muy sutiles, sólo a efectos de implementación y de las que poco se darán cuenta los usuarios finales.
Esto es similar a una moneda real: existen muchas en el mundo y para cada una de ellas se decide si es divisible (con o sin céntimos), si los billetes y monedas tienen un mecanismo u otro de seguridad, etc. La diferencia es que las monedas virtuales no tienen emisor, son puramente descentralizadas en una red P2P.
En el caso de las divisas descentralizadas y virtuales la principal diferencia técnica está en el algoritmo de hash usado para la comprobación de la transacción. Bitcoin (y por ejemplo Peercoin y Namecoin) usa SHA-256. Es un hash muy popular pero tiene un inconveniente para el dinero P2P, y es que es muy fácil hacer ataques masivos con ASICs. Esto no quiere decir que Bitcoin no sea una moneda virtual segura, sino que puede llegar a ser rentable ser mineros con hardware de propósito específico.
Litecoin fue la primera moneda que cambió el algoritmo de hash, y usó scrypt, con lo que en teoría es menos rentable ser minero profesional con esta moneda (aunque hay quien dice que la implementación es mala y esto no es del todo cierto). Dogecoin también usa scrypt como algoritmo de hash.
¿Por qué no queremos que haya mineros profesionales? Muy sencillo. La idea de la minería es que no sea un trabajo en sí, lo que queremos es que haya gente que se dedique a verificar transacciones, cobrando comisión por ello (por eso cuando haces una transferencia de estas monedas conviene dejar una "propina" o la transacción nunca llegará a ejecutarse) y de vez en cuando a estos verificadores, además, les aparecerá dinero de la nada, para aumentar la base monetaria. Casi todas estas monedas son deflacionarias, así que llega un momento en que deja de aparecer dinero de la minería y los mineros pasan a ser puros comisionistas.
Lo que intentan Litecoin y Dogecoin es que no haya minería profesional sino verificadores de transacciones profesionales que no huyan despavoridos cuando la base monetaria de estas divisas lleguen a su tope establecido en el diseño inicial. Usando scypt conseguimos que cualquiera con un PC sea competitivo y los verificadores estén más distribuidos que con monedas basadas en SHA-256.
La otra diferencia que hay entre divisas virtuales es el tiempo que hay entre confirmación de las transacciones. En Bitcoin es de 10 minutos, con lo que es sensible a un ataque de doble gasto (es decir, un intento de gastar el mismo dinero en dos transacciones). En Litecoin es de 2,5 minutos y en Dogecoin de 1 minuto, por poner algún ejemplo.
¿Por qué hay tantas monedas virtuales?
La gran pregunta es por qué hay tantas monedas virtuales, por qué cada poco tiempo surgen más monedas que además acaparan los medios y las inversiones. Personalmente creo que hay dos motivos bien diferentes: uno bueno y uno malo para la salud de las divisas P2P en general.
El primer motivo es que la experiencia nos dice los fallos que hay en Bitcoin y surgen nuevas divisas que intentan corregir estos fallos. Por ejemplo, el excesivo enfoque a ser minero en Bitcoin no es positivo y las nuevas divisas intentan evitarlo. Otro ejemplo es que las transacciones sean más rápidas. Y un tema no muy comentado es el anonimato: en Bitcoin las transacciones son públicas, así que puedes ver el trayecto del dinero. Es complicado ser anónimo en esta red y por ejemplo Zerocoin lo intenta solucionar (primero como una extensión a Bitcoin pero ahora como una divisa independiente). Todo esto me parece positivo.
Pero existe otro motivo y es que los primeros, los early adopoters, tienen más probabilidades de ganar mucho dinero si la divisa se populariza. Por eso oímos casos de gente que ha ganado muchísimo dinero en Bitcoin. Al principio la minería daba mucho dinero, y conforme pasa el tiempo cada vez es más complicado. Muchas monedas surgen, creo yo, con la intención de dar un pelotazo, y si no son sus fundadores, al menos los primeros impulsores. Esto no ayuda a que deje de verse estas monedas como un nicho de especuladores buscando beneficio rápido.
Mi impresión es que veremos muchas de estas monedas en el futuro, casi todas sin éxito, debido a los dos factores anteriores más la facilidad de creación. Crear una nueva moneda es relativamente sencillo (técnicamente es un tema complejo, pero una vez comprendido básicamente es programar y colgar el software en Internet), es decir, la barrera de entrada a nuevas monedas es muy baja. Y luego tenemos a gente que piensa que todas las que hay en circulación tienen algún defecto y es necesario crear otra, más la gente que quiere entrar en estas monedas recién nacidas y promocionarlas para forrarse.
Al final lo importante de un divisa virtual es el volumen de transacciones y usuarios, y en este aspecto Bitcoin gana de largo. Esto es similar a una red social. Crear una es relativamente sencillo, lograr un número de usuarios significativo no tanto. Muchas cierran y Facebook sigue ahí.
¿Y qué hay de las tiendas?
Uno de los problemas que hay con estas divisas es que las tiendas acepten su pago. Y claro, si ya es complicado que acepten Bitcoin, la más popular, del resto es mejor ni hablar. Al final si lo que queremos es usar una de estas monedas como medio de pago lo normal es quedarnos con la más popular o las dos/tres más populares, ya que de tener éxito serán las que sean aceptadas generalmente.
De todas formas ahora mismo es complicado que las tiendas las acepten ya que hay una volatilidad muy alta. No puede ser que un día Bitcoin valga 500 dólares y a la semana el doble, no hay forma de fijar los precios de una forma coherente (a no ser que el pago a proveedores y empleados también sea en Bitcoin, cosa que estamos lejos de ver).
Hay un aspecto operativo que diferencia claramente estas monedas de las monedas de curso legal. Aunque ambas se basan en la escasez y en la confianza, las monedas de curso legal son las únicas que se pueden usar para el pago de impuestos. Es decir, los Estados siguen teniendo un arma muy importante para la defensa de sus divisas. Aquí todas las alternativas a Bitcoin están igualadas, ninguna es (ni previsiblemente será) aceptada por los distintos Estados.
Eso sí, lo mismo puede decirse del oro. Tiene un valor en los mercados internacionales (de hecho un valor muy alto) y se usa muchas veces como refugio, pero nadie (ni los Estados) lo aceptan como pago. Es muy posible que las divisas P2P se acaben convirtiendo en algo parecido al oro, un valor refugio, escaso, que tiene un valor debido a la demanda constante y sostenida.
La verdadera diferencia: Peercoin
Hay una diferencia económica en una de las monedas (no sé si surgirán más de este estilo en el futuro, seguro que sí) que personalmente me parece muy relevante. Todas menos una de las monedas son deflacionarias. Es decir, hay un número máximo de monedas que estarán en circulación. Cuando se alcance ese número (21 millones de Bitcoin, 84 millones de Litecoin o 100 millones de Dodgecoin) no se creará más moneda. Si sigue entrando gente y dinero en el sistema, el sistema monetario será deflacionario (es decir, los productos y servicios en estas divisas costarán cada vez menos) lo cual podría tener consecuencias negativas en la economía real si estas divisas fueran las de uso habitual.
Hay quien dice que esto es positivo ya que uno de los males económicos de la década pasada fue la creación sin control de dinero por la reserva fraccionaria e los bancos y la locura crediticia que vivimos fomentada por los Bancos Centrales y los tipos de interés bajos. Con este tipo de monedas eso no podría pasar.
En cambio hay una moneda, Peercoin, que no tiene límite en la creación de moneda y lo que hace es tener una inflación fija de un 1% anual. Esto hace que sea más sostenible para el futuro como medio de pago ya que estamos acostumbrados a que los precios suban, no a que bajen.
Monedas virtuales, están aquí para quedarse
Las monedas virtuales alternativas a Bitcoin están aquí para quedarse. De hecho vamos a ver muchas en el futuro, ya sea por aspectos técnicos o por especulación pura y dura. Pero la viabilidad de estas monedas estará en la base de usuarios que tengan.
Veo complicado que estas monedas se impongan como medio de pago, el primer paso debería ser Bitcoin, que es la más popular, pero con la volatilidad actual es complicado fijar los precios. De momento son divisas refugio, y si hay un consenso en que tienen valor (y este consenso es persistente), entonces podrían llegar a algo más.
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