Hace cinco añazos ya hablábamos de un cierto fenómeno que empezaba a ser más que notable, la fatiga de la suscripción. Al inicio, cuando la mayoría de ofertas de suscripción venían por parte de plataformas audiovisuales, tenía todo el sentido y era una propuesta bastante razonable: barra libre de catálogos inabarcables, como el de Spotify o el de Netflix, a cambio de una cuota muy asumible.
El paso del tiempo y algunos movimientos en la industria, como Apple abriendo ese modelo a cualquier tipo de aplicación de la App Store en 2016, echaron gasolina al fuego para que cualquier tipo de servicio abrazase este modelo.
Entonces empezaron a fallarnos las cuentas y a mirar con suspicacia un modelo que hasta entonces era convincente.
Fatiga y larga cola
La propuesta inicial tenía sentido también por el declive de la publicidad digital y el auge del ecommerce. Algo que también explica el amor de los medios online por esta propuesta, con The New York Times a la cabeza, habitualmente puesto como ejemplo a seguir en el sector, como si todo el mundo pudiese ser The New York Times. Como quien opina de una empresa tecnológica que "debería hacer como Apple". Como si todo el mundo pudiese ser Apple.
Las suscripciones a medios de comunicación tienen una externalidad: la pérdida de pluralidad. El modelo imperante hasta ayer, de medios monetizando vía publicidad y marketing de afiliación, facilitaba al lector consumir distintos medios a lo largo de la semana y estar expuestos a distintas líneas editoriales y carriles ideológicos. Con la suscripción y el muro de acceso se complica ese ejercicio y quedamos algo más encajonados en una sola perspectiva.
Por supuesto, ese no es el principal problema de las suscripciones. Más allá de la fatiga mencionada, o de hacer simples cuentas y ver cómo las suscripciones acumuladas superan con holgura las tres cifras si se nos va de las manos, está el modelo de larga cola con la incógnita de si hay pastel para todos.
Ese modelo de larga cola sugiere que hay unos pocos actores del sector que se reparten la gran mayoría del dinero, y una larga lista de minoritarios que se reparten los pocos ingresos restantes. Pareto.

Esa larga cola no es mala per se, será positiva o negativa en función de si consigue el umbral necesario de ingresos como para que sobreviva su modelo, ya sea el de un creador totalmente independiente, un pequeño medio regional o un medio nacional que bebe más recursos. Llevado a otros entornos, sirve igual para hablar de aplicaciones de desarrolladores independientes, pequeños estudios o grandes empresas de software.
Y hay algunas señales de que quizás no sea suficiente.
Nick Hilton, escritor y empresario de medios británico, publicó un extenso artículo en Medium en el que ponía como ejemplos a Substack y a Onlyfans, citando algunas cifras y estimaciones que venían a confirmar algo obvio (en ambas plataformas hay un exagerado modelo de larga cola) y algo no tan evidente (las cifras promedio de esa larga cola no dan ni de lejos como para vivir).
Además, estas estimaciones y estudios vienen de estos últimos años, pero no son del todo actuales. Las consecuencias de la inflación de este último bienio sumada a la creciente fatiga por las suscripciones de cualquier tipo de servicio dan como resultado, presumiblemente, un escenario en el que muchos usuarios reevaluarán y reducirán sus gastos.
Cuando tenemos que ajustar un presupuesto, las suscripciones mensuales en servicios de entretenimiento, a menudo solapados o más prescindibles que otro tipo de gastos, son los primeros en desfilar hacia el matadero.
Esto no significa que vayamos a volver quince años atrás en el tiempo y a olvidarnos de cualquier tipo de pago recurrente para acceder a una plataforma, pero sí a que el pendulazo implicará el abandono de la idea de la suscripción como el nuevo El Dorado... y un cierto retorno de otro tipo de fórmulas para monetizar.
Muchos elementos de nuestra vida solo implicaban un pago único, o a renovar cada cierto tiempo, pero ahora fuerzan la suscripción. A veces por objetivo empresarial, a veces por la comodidad tecnológica que supone y exige un ingreso recurrente.
Por ejemplo, antes comprábamos un coche y lo pagábamos. Fin. Ahora el fabricante nos llegó a pedir suscripción para calefactar los asientos o para un eje trasero direccionable. O simplemente para los servicios de navegación y conectividad. ¿Conservar nuestras fotos? Antes, un disco externo. Ahora, una nube mensual. ¿Ver el fútbol? Antes, pay-per-view. Ahora, suscripción, y si es anual mejor, porque la mensual sale mucho más cara.
En algún momento esto debe cambiar de rumbo.
Hilton sugiere que la publicidad nativa, en constante decadencia desde que nació Internet, los micropagos, los patrocinios y el mecenazgo podrían ganar protagonismo en los próximos años, aumentando la diversificación de unos ingresos que en la última década han hecho all-in a la suscripción. Además, de por supuesto, los pagos únicos.
Y si ni siquiera así hay ingresos mínimos para todos, posiblemente el siguiente sea paso ver cómo la cola se acorta y quienes estaban al final de ella simplemente asumen que tienen que dedicarse a otra cosa. Reciclarse fue algo de los astilleros en los noventa, de los albañiles en la burbuja inmobiliaria y quizás también de quienes vean que la burra no da para más.
Los años diez supusieron un cambio de paradigma en la monetización de la creación de contenidos y los servicios online (y offline), es muy probable que a menudo que van pasando los años veinte, y ya estamos casi en su ecuador, veamos otra transformación que rebaje el suflé de las suscripciones.
Quizás para 2030 miremos hacia atrás y veamos la era de las suscripciones absurdas con una sincera mezcla de nostalgia y rechazo, de la misma forma que ahora vemos las webs en Geocities de los primeros 2000s con aquellos GIFs espantosos que dieron forma a nuestra primera etapa online: estuvo bien, pero era necesario dejarlo atrás.
Imagen destacada | Alexander Shatov en Unsplash.
En Xataka | En defensa de la tecnología offline.
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50 comentarios
p2dzca
La economía de las suscripciones se podría denominar la economía vacuna. Todas las empresas quieren ordeñarnos y, como se suele decir, en muchos casos, la vaca no da para más.
Un efecto negativo (que no se menciona en el artículo) es la exclusión social que genera este modelo junto con la desigualdad económica creciente que tenemos. Las familias con más recursos van a seguir suscribiéndose a muchos servicios y las que no, quedarán excluidas, creando más desigualdad todavía.
Un ejemplo de esto se vio durante la pandemia de Covid y la obligatoriedad de la educación remota de los niños y adolescentes desde casa. A muchas familias les tuvieron que pagar el acceso a internet para que sus hijos pudieran estudiar.
Nacho
Hablando de software y contenido audiovisual creo que esto solo va a producir un resurgir del P2P u otros métodos para obtener estos productos. El ansia de la industria no tiene fin pero el bolsillo/cartera del cliente si.
wiredbrain
Que ganas de que colapse y de que se vayan a la mierda el 95% de los servicios de suscripción. Si quiero una galleta te compro una galleta por un euro y no una galleta al día durante 3 años por solo 19,95 al mes.
PadreAppeles
El colmo ya es pagar una suscripción por una aplicación para administrar las suscripciones
soychacho76
Seré un bicho raro o de la generación X, pero nunca he estado subscrito a ninguna plataforma. Sigo tirando del emule, los torrents y las descargas directas.
electroduende_
Javier Lacort, de los pocos redactores de calidad que quedan en Applesfera.
Por articulos así aún sigo entrando en esta web. 🫡
antoniogarcia20_2
Ains...
Leyendo tu artículo veo 2 cosas:
- ya tienes cierta edad
- tu economía va peor que antes.
Ya somos dos. Mejor dicho:ya somos muchos.
Totalmente de acuerdo contigo.
Veo comentarios desfavorables... probablemente por parte de personas a las que las subcripciones se las pagan sus padres.... y si no es así... ya caerán de la burra...
Usuario desactivado
Hace ya varios años que las mandé a todas a la mie...
Te pones a sumar el gasto anual de suscripciones y luego sus subidas... y te ahorras una pasta.
Las pocas veces que he tenido alguna es algúna promo como tengo ahora de 3 meses free en Spotify, cuando termine, ni loco me dejó 10€/mes por escuchar música, una microsd de 8Gb y tengo música para horas de viaje.
Y si quiero peli, torrent y todo a mi nube privada.
A ver si no tarda mucho en colapsar.
xevi.lopez.79
Claramente, la vaca da síntomas de falta de leche
Cuando las plataformas ganaban suscriptores por millones en todo el mundo mes a mes y los gastos en producción eran más bajos que los actuales, pues negocio redondo
Ahora los suscriptores ya son los que son y el cálculo por tanto, es a ver cuántos pierdo por subir tarifa y si la subida a los que quedan compensa la perdida de los que se van
Además el mercado se ha atomizado de tal forma, que hay que tener 10 suscripciones para ver todo lo que te pueda interesar y como es lógico al final te planteas tener una e ir rotando....
sologizmos
el circo inicio por las productoras hacia Netflix, luego todos se subieron al barco, pero de nuevo, todos dicen que no hay de otra, coñ0 que les ponen una pistola para pasar por caja ¿¿¿ aquí ya entra un problema de elite por así llamarlo, tal cual como pasa cuando se tiene un móvil de x marca por ejemplo y hablan de los más ricos, estos se deben al resto, sino pasan por caja estos últimos, NO se pueden hinchar más de billetes y de nuevo, esto no se logra con unos pocos,
lopez
Si al final echaremos de menos la época del monopolio de Netflix
nexus01
"Fatiga de suscripción..."
Decidlo claro: La mayoría de la población es pobre y no puede con tanto gasto mensual.
reiizumi
Añadiría que muchas suscripciones son un tema de comodidad.
Por ejemplo, el artículo habla de los discos externos que han pasado a cloud para almacenar las fotos. Los discos externos existen y son mejores que nunca, pero la cloud suele funcionar automáticamente.
Incluso dentro de las suscripciones también existe variedad de "comodidad". Por ejemplo, tengo iOS por tanto podría pagar iCloud para copiar las fotos de forma automática, o puedo usar mi suscripción de Microsoft 365 con 1 TiB de OneDrive que hace lo mismo PERO requiere que encienda la app de OneDrive en el móvil, no se copian de forma automática si está apagada.
La suscripción de Microsoft 365 la voy a tener igual, así que debo elegir qué me es más cómodo, si pagar una 2a para que sea todo transparente o no, es simplemente eso.
deskrado
Yo creo que el autor se refiere a las suscripciónes que tiene contratadas en onlyfans.
foxtrot14
Desde mi punto de vista es un problema de la sociedad que se ha creado de inmediatez, todo para ahora. Consumo rápido y desmedido. Y además de ser poco productivo.
Antes pirateaba todo lo habido y por haber. Pero desde hace mínimo 4 años. No he vuelto. Si no puedo ver una película porque mi presupuesto no me lo permite, no la veo, no se me cae el mundo encima, ni me siento fuera del grupo por no saber de que película o serie hablan.
Nada más que estoy suscrito a Spotify de manera anual, porque no podría vivir sin música y youtube esta plagado de anuncios. Y en las plataformas digitales voy rotando cada 6 meses. Me voy viendo las series del tirón que me interesen, a ser posible ya finalizadas y con final cerrado.
No necesito nada más en mi vida la verdad. Hay que saber elegir y dejar atrás lo que en realidad no nos aporta nada.