Facebook asegura que los políticos tendrán libertad para saltarse sus normas contra la desinformación y discursos de odio. En un mensaje publicado en Facebook Newsroom por Nick Clegg, Vicepresidente de Asuntos Globales y Comunicaciones, la red social se lava las manos a la hora de comprobar la veracidad en los discursos políticos para no interferir con que estén sujetos al debate y escrutinio público.
En el comunicado se ha emitido en el marco de la cercanía de las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos. Facebook lleva ya unos años intentando convertirse en un medio libre de desinformación y discursos del odio, y precisamente suele ser en los periodos electorales cuando más problemas surgen y cuando más campañas de desinformación se difunden.
"Delegamos en verificadores de datos de terceros para ayudar a reducir la propagación de noticias falsas y otros tipos de información errónea viral, como memes o fotos y videos manipulados", explica Clegg. "Sin embargo, no creemos que sea un papel apropiado para nosotros arbitrar debates políticos y evitar que el discurso de un político llegue a su audiencia y esté sujeto a debate y escrutinio públicos".
Por eso, dice, Facebook eximirá a los políticos de su programa de verificación por parte de terceros, algo que defienden que han estado haciendo ya durante un año. Y si un político decide compartir una información anterior que ya ha sido probada falsa por los verificadores, no la borrarán, pero sí la degradarán y evitarán que se incluyan en campañas publicitarias en la red social.
Nick Clegg ha admitido que durante las presidenciales de 2016 en Estados Unidos cometieron graves errores permitiendo campañas masivas de desinformación por parte de entidades rusas. Aunque se muestra confiado en haber mejorado sus sistemas para detectarlas y combatirlas, tanto con la ayuda de verificadores de terceros como de empleados propios y sistemas de inteligencia artificial.
Aun así, creen que los discursos y declaraciones de los políticos deberían incluirse en las excepciones de cuando se consideran de interés periodístico. Aun así, defiende que esto no influirá en las campañas publicitarias, y que si algún político quiere pagar por poner anuncios con sus mensajes sí deberán someterse a la verificación.
Aunque en Facebook se están refiriendo en todo momento a las elecciones estadounidenses, es de esperar que estas normas se apliquen también en el resto de países incluido España, que en mayo supimos que lideraba el consumo de noticias falsas con Facebook y WhatsApp como principales focos. Aun así, es importante recordar que existen páginas en estas redes sociales que se dedican a verificar por su cuenta toda la información y discursos políticos.
En busca de la neutralidad
La posición de empresas como Facebook y Google en las campañas políticas es complicada. Por una parte, tienen que seguir luchando por evitar la difusión de noticias falsas, pero por otra, si haciéndolo bloqueasen los mensajes de determinados partidos políticos correrían el riesgo de darles más voz y de ser acusados de parcialidad.
Es un equilibrio difícil de conseguir. Haciendo lo que se han propuesto evitarán que se les considere censores de discursos políticos a no ser que estos amenacen directamente a las personas. Pero teniendo en cuenta cómo están evolucionando los discursos políticos en la era de la post-verdad, con más descalificaciones que hechos, es un balance peligroso.
Facebook ha decidido lavarse las manos en lo que a los discursos políticos se refiere. Y tampoco son los únicos, porque hay que recordar que en redes sociales como Twitter los políticos pueden difundir amenazas y mentiras, siendo los usuarios quienes tienen que lidiar con ellas.
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