OnlyFans es uno de esos fenómenos sociales que llevan años funcionando y que de repente explotan y surgen como temas de conversación cuando no hay niños escuchando. La red social en la que pagas mensualmente para acceder a fotos y vídeos exclusivos lleva funcionando desde hace cuatro años, pero hoy podemos leer artículos como este porque hay concursantes de programas de televisión españoles que publican allí sus contenidos subidos de tono.
¿Se puede decir que OnlyFans es el Patreon del porno? Se puede, aunque no todas las personas que usan esta red social se dedican a enseñar cachete. Pero es como si dijéramos que Pornhub también es una web de documentales porque recientemente publicó uno (sobre un club lésbico de Los Ángeles). Las excepciones no pornográficas de OnlyFans incluyen a deportistas (sector fitness), nutricionistas y modelos que publican allí sus contenidos. Una práctica bastante rara pudiendo usar Patreon, que es mucho más conocida que OnlyFans y económicamente más rentable para los creadores, como veremos en un rato.
Qué es OnlyFans
Es una red social que surgió en 2016 como un calco de Patreon, online desde 2013. Según sus propias cifras, tienen 8 millones de usuarios y 70.000 creadores. Su fundamento es el mismo que el de Patreon: a cambio de una suscripción que suele ir de unos 5 a 20 euros mensuales pero que puede ascender hasta los 46 euros, accedes a fotos y vídeos que sólo se publican ahí. También puedes chatear con el autor o la autora del contenido y, algo exclusivo de OF, darle una propina porque sí o a cambio de contenidos especialmente pensados para ti.
Pero la diferencia principal está en el tipo de contenidos que puedes ver. En Patreon es muy raro que haya desnudos, salvo que se puedan justificar como arte o fotografía artística. En OnlyFans es muy raro ver a gente vestida. O de pie. El porno abunda en OnlyFans. Sobre todo hay gonzo (escenas sueltas sin la más mínima trama) y juegos en solitario que duran entre 5 y 10 minutos. Contenido profesional pero sobre todo amateur, tanto del de verdad (gente cuya ocupación principal no es el porno) como del falso (gente que dice que es su primera escena y resulta que tiene su propio directorio en xvideos con 175 clips).
“Onlyfans no empezó siendo exclusivo para uso de trabajadores sexuales (performers, webcamers, escorts, etc.) pero ha surgido así puesto que disponía de mucho tráfico y ha permitido nuestros perfiles”, explica Silvia Rubi, actriz y directora de cine porno.
Pero la plataforma no sólo ha cautivado a muchos profesionales del porno que veían que las redes sociales más populares censuraban sus reclamos (ahora mismo sólo se puede enseñar en Twitter). OnlyFans también está atrayendo la atención de las divisiones no profesionales del porno. Amateurs (de verdad) que no acaban de verlo claro y quieren probar con algo manejable donde tengan el control. Parejas acostumbradas a pruebas de resistencia que cuando ven una peli murmuran que ellos podrían hacerlo mejor. Jóvenes que producen packs (colecciones de fotos y vídeos íntimos) que alojan en MEGA y cuyos enlaces de descarga mandan a tipos que tienen cuentas en Twitter del tipo @fsfair683, que pagan 10, 20, 30 euros por esos packs, y que resultan muy mal negocio –para quienes se fotografían– si quieren controlar su imagen en Internet, porque en cuanto @fsfair683 tiene las fotos, todo Internet las tiene.
Por qué funciona tan bien con el porno
La respuesta más rápida es porque lo permite. Al contrario que Patreon, donde sólo puedes publicar fotos o vídeos subidos de tono si puedes justificar que es alguna clase de arte que no puede comprenderse con gente vestida, en OnlyFans puedes subir todo el porno que quieras mientras el contenido lo hayas creado tú. Esto de la autoría, que parece una cosa digna de Perogrullo, no lo es, porque hablamos de un sector donde quienes aparecen en pantalla, y que son la razón por la que la mayoría de la gente ve estas películas, rara vez tienen los derechos de esas películas. Ser el propietario de lo que se filma es la verdadera clave de que funcione OnlyFans. Pasa lo mismo que con Patreon, con el servicio de autopublicación de Amazon o con, en definitiva, cualquier plataforma digital que facilite que los autores cobren el porcentaje mayoritario por sus obras.
En el caso de OnlyFans, el 80% de lo recaudado con las suscripciones y las propinas es para el autor o la autora. El 20% restante se lo queda OnlyFans, lo que es una comisión bastante alta teniendo en cuenta que OF no promociona a sus autores (que usan Twitter para ello) y que su inmediato competidor no porno, Patreon, sólo cobra el 5%, gastos por pagos con tarjeta aparte. (Aquí habría que recordar lo que dijimos más arriba sobre por qué modelos e instructores de fitness utilizan OnlyFans para producir contenidos que no son pornográficos sabiendo que podrían subir estos mismos contenidos a Patreon y pagar menos comisiones).
Porno de andar por casa
Naturalmente, ser quien rueda la escena y también la protagoniza empuja hacia el hazlo tú mismo/a. El plató de rodaje suele ser la casa propia y el reparto, si es que no hablamos de escenas en solitario, tiende a completarse con otros actores que usan OF e incluso con amistades de fuera del porno a quienes no les importa que se les filme si luego se les emborrona la cara en posproducción.
Dani Robles, actor de porno gay, explica que para un rodaje se necesita un material muy sofisticado, mientras que para OF es suficiente con un trípode y un teléfono con buena resolución. A esa tecnología sólo hay que sumar “planos bien escogidos (cosa que los actores conocemos bien) y un encuentro rápido. Un rodaje requiere muchas horas de trabajo, en OF puede ser menos de una”.
Robles reconoce que OnlyFans le cambió la vida. Cuando salió OF, él no usaba esta plataforma, mientras que muchos compañeros de profesión aprovechaban los minutos previos al rodaje de escenas para grabarse clips y subirlos a las redes para promocionarse, una práctica que hizo que los directores empezaran a descartar a aquellos actores que no respetaban los contratos de confidencialidad y a valorar mejor a los que mantenían un perfil más discreto, como Robles. “Pero llegado el punto en el que yo era escasamente de los que no lo usaba y viendo también la cantidad de nuevos actores que hay hoy día, cosa que me perjudica porque al haber tanta variedad no puedo estar siempre en cartelera, empecé a usarlo y supuso un beneficio”.
Ahora mismo, Robles utiliza OnlyFans y Justforfans (mismo fundamento que OF, pero con algunos contenidos abiertos). “Obviamente necesita una gran dedicación para grabar, editar y colgar los videos, pero aun así sigue siendo muy rentable.”
Una experiencia distinta a entrar en la web de siempre
“El usuario suele estar tentado a ver contenido más personal. Algunos de los performers suben material exclusivo y además la posibilidad de contactar de una forma directa con la persona hace muy tentador ser un seguidor”, explica Silvia Rubi, por cuyo perfil en OF cobra 13,73 euros al mes a sus suscriptores. Para la actriz y directora, quien paga en OF es bastante diferente de quien visita o incluso paga en un portal de vídeos más clásico. “Principalmente valora lo que haces, ya que paga por ver tus creaciones. Sabe que el contenido puede ser más personal, no tan producido como podría ser una escena”.
Para Dani Robles, “mucha gente prefiere el porno amateur porque opina que el cine porno está muy elaborado y no es real, ni la química entre los actores ni las historias que se cuentan. En OF los encuentros son esporádicos y totalmente naturales. La química que ves entre esas personas no está forzada como en un rodaje”, dice Robles. Los rodajes profesionales quedan, según el actor, para quienes prefieran escenas donde se cuide la imagen de los actores, el vestuario o la localización.
En España OnlyFans no es muy conocida, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de las caras más populares del porno español están allí desde finales del año pasado –hay excepciones, Silvia Rubi empezó finales de 2017 en la plataforma–. Si OF conseguirá que quienes visitan páginas gratuitas empiecen a pagar hasta 46€ al mes por contenido exclusivo –esa es la cantidad que pide la actriz Carolina Abril–, sólo lo sabremos con el tiempo. De momento, lo que sí está claro es que cada vez quedan menos sectores relacionados con la producción de cualquier tipo de contenido que no tengan ya su propia plataforma digital que ponga en comunicación directa a quien hace el contenido con quien lo consume (y paga).
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 28 Comentarios