Google ha iniciado una fase de prueba pública para su navegador, Chrome, que desactiva automáticamente las cookies de terceros por defecto. Esto es lo que ha activado desde ayer jueves 4 de enero para el 1% de sus usuarios, escogidos al azar. Esto supone aproximadamente unos 30 millones de usuarios.
Esto es solo el prolegómeno de un plan mucho más amplio por parte de Google para un futuro que se resume en una palabra, cookieless, que lleva siendo un dolor de cabeza en segundo plano para anunciantes y cualquier persona en la industria de los medios y la publicidad.
El futuro cookieless, un melón por abrir
Esta prueba pública afecta, de momento, a los usuarios de Chrome en escritorio o en la aplicación de Android. Los usuarios escogidos aleatoriamente recibirán una notificación en la que serán invitados a probar una nueva función del navegador, "Protección contra el rastreo", que desactiva las cookies de terceros por defecto.
Las cookies son archivos que almacenamos en nuestro dispositivo según vamos navegando por la Web. Recopilan datos para análisis y personalización de anuncios, y pueden ser bloqueadas, pero Chrome, líder de los navegadores, nunca lo había implementado así por defecto.
Aunque esta prueba solo afecta al 1% de los usuarios, se espera que para finales de año Google haya ampliado esta función a todos los usuarios de Chrome. El plan de Google a largo plazo pasa por reemplazar esas cookies por su Privacy Sandbox, un conjunto de APIs diseñadas para seguir permitiendo la publicidad online y el análisis del usuario sin comprometer su privacidad.
El mercado, empezando por webs de contenido editorial y por los especialistas en tecnología publicitaria, lleva tiempo planificando la adaptación de su negocio a este nuevo formato, aunque Wall Street Journal apunta, con el respaldo de algunas voces de la industria, que esta todavía no está preparada. Y ya no hablamos de próximos años, sino de dentro de unos meses.
Este plan de Google ha encontrado resistencia por partes de la industria publicitaria, acostumbrada a usar cookies para rastrear más o menos agresivamente a sus visitantes para poder mostrarles publicidad segmentada y rastrear su efectividad. Ahora queda ver qué deparará el futuro inmediato.
Sin ser algo del todo comparable, Apple lanzó algo similar en iOS 14: la opción de solicitar a las aplicaciones que no nos rastreen. Aquella medida, que llegó sin una alternativa similar, encontró un fuerte rechazo de algunos actores de la industria, especialmente de Meta, que inició una cruzada contra Apple y se escudó en los pequeños anunciantes como las víctimas de aquella decisión.
Este fin de las cookies en Chrome marcará el fin de una era para la navegación y la publicidad online, y solo dentro de un tiempo entenderemos con precisión qué supuso para la industria y a qué escenario nos hace pasar en torno a medios, anuncios, privacidad y economía del sector.
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Imagen destacada | Rubaitul Azad en Unsplash.
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