"En el futuro será muy difícil no estar online" En la conferencia inaugural del MMB Forum 2018, Ken Hu no hacía sino disparar titulares. El presidente de Huawei global quería sentar las bases, enunciar la visión de la compañía y de gran parte del sector sobre el inminente 5G. "Va más rápido de lo que esperábamos, pero estamos preparados"
Para refrendar su optimismo, Hu se parapetó en datos, tendencias y pronósticos. En los cálculos de Huawei tendremos unos 40000 millones de "dispositivos inteligentes" conectados en 2025. Esto, por supuesto, no se refiere sólo a dispositivos de consumo para usuario final - el móvil, la tele, el reloj - sino que incluye toda una suerte de artefactos en fase de ser llevados al online: los coches, la ropa, el cepillo de dientes o las señales de tráfico.
En el horizonte de la próxima década que proyecta la compañía china se dibuja mucho trabajo y negocio para las telecos. 100000 millones de conexiones, un 100% de las empresas usando servicios de cloud computing y un 70% de la población mundial conectada en movilidad. Todo eso en 2025. Una vez Hu hubo establecido las metas, el "roadmap" de despliegue de 5G en todo el mundo - en la parrilla de salida van por delante China, Japón, Corea del Sur y Reino Unido - el resto de los dos días del congreso el resto de ponentes intentó resolver cada uno de los retos pendientes para que llevarlo a cabo. Sin olvidar uno de especial interés, responder a la pregunta que a muchos les sobrevuela todavía sobre el 5G ¿para qué?
Show me the killer app
En eventos como el MMB de Huawei se produce por momentos una situación que recuerda a un capítulo de Big Bang Theory en el que Penny y los chicos discuten sobre cómo conseguir expandir el negocio de los pasadores de flores al público masculino. La solución, obvia para los tecnológos, añadir bluetooth. "Pero ¿para qué queréis que el pasador de flores tenga bluetooth?" pregunta la chica, "Penny, todo es mejor con bluetooth"
El problema del 5G sigue siendo la ausencia de casos de uso claros, con beneficios para los usuarios y empresas y modelos de negocio que los acompañen. "Killer apps" demandaba Guiquing Liu, vicepresidente ejecutivo de China Telecom, "casos de uso en la ciudad, sin ellos no hay demanda" planteaba el español Sánchez Malagón de Orange en la mesa sobre urbes y 5G.
Como ya hemos explicado en muchas ocasiones el salto del 5G no trata tanto de más ancho de banda, sino de una gran mejora de la latencia y la capacidad de manejar un mayor número de conexiones por instalación. Huawei como empresa de redes y las teleco por un lado han mostrado ser conscientes de la necesidad de ecosistema, de desarrolladores de aplicaciones y servicios que saquen partido de la mejora tecnológica, pero por otro ven la nueva generación de redes como una oportunidad de reconvertirse.
Huawei quiere empaquetar su apuesta por la inteligencia artificial con la la propuesta de 5G. Es interesante ver como plantean su modelo "CloudX" (paper correspondiente): una nube basada en servidores con GPU y aplicaciones en streaming capaces de facilitar que los juegos, el pc completo y la realidad virtual se planteen en un modelo cloud. Las telecos ven en el 5G un arma con el que volver a luchar en su enésima edición de la batalla "no somos sólo una tubería tonta".
En todo caso sería injusto situar el estado actual del 5G en apenas un puñado de demos y estadísticas. Tenemos un gran potencial en el edge computing que hemos comentado a fondo en Xataka, tenemos un valor claro en la mejora de la latencia para todo lo referido al coche conectado - y eso apoya el futuro del coche autónomo - tenemos la gestión remota de dispositivos con un gran potencial (maquinaria pesada e instrumentos de precisión, de la grúa destroza edificios al bisturí en remoto pasando por los drones). No deberíamos olvidar la capacidad que tiene la sensorización de las ciudades para montar soluciones para los ciudadanos locales y para el turismo, algo que puede ser potenciado por mejoras en la conectividad.
Y tenemos, por supuesto hablando de latencia, a la niña bonita del panorama actual tecnológico cultural, la industria de los videojuegos.
Gamers, las telecos y el 5G os están poniendo ojitos
En una de las demos que tenía preparada Huawei para el evento nos dejaron una Nvidia Shield conectada de forma inalámbrica a un router que a su vez se emparejaba con la antena 5G que habían montado para la ocasión al lado del palacio de congresos junto al Támesis en Londres. Jugando en streaming a un par de títulos a través de Geforce Now la sensación no podía ser más fluida en 1080p. "Pero para esto ya tenemos la fibra óptica llegando a casa" objetamos, "sí pero esto demuestra que puedes jugar con menos latencia, en movilidad en cualquier lugar con 5G y además que en el futuro el dispositivo para jugar puede ser menos sofisticado" es el argumentario de los especialistas de Huawei.
Los videojuegos son por tanto un ejemplo paradigmático de las promesa para con el 5G. Por un lado está claro que la tecnología va a posibilitar cambios importantes, con el juego en streaming en movilidad y menos latencia como casos claros, pero no bajo que modelo y quién va a explotarlo.
¿Será el videojuego la siguiente categoría en pasar a un modelo a lo Netflix o Spotify? ¿quién será el dueño de esa tienda? Hace poco David Bonilla invitaba a Telefónica a hacerlo, pero Steam, Playstation y Xbox tienen mucho que decir aquí. Resulta pertinente añadir una pregunta ¿seguro que la experiencia de juegos en streaming en 5G será una mejora tal que superemos el modelo de bajar, instalar y ejecutar en local?
Por un lado la teleco va a poder gestionar la latencia y la prioridad por jugador, por otro tenemos la neutralidad de la red y actores instalados que tienen la marca, el catálogo y la propiedad intelectual de los juegos.
Huawei y varios socios apuntan a que otro de los escenarios que puede ayudar a encontrar casos de uso para el 5G va a ser el de la realidad aumentada y la realidad virtual. Entramos en un escenario algo más complicado, no se trata sólo de que se logre mejorar de forma palpable la experiencia actual con 4G sino de que en estas disciplinas los desarrolladores y creadores de contenidos consigan experiencias que impulsen ambas "realidades" a más allá de los primeros adoptadores de tecnología.
El horizonte optimista de 2020
En 2020 hay puestas esperanzas. En España sin ir más lejos será el momento de la subasta del espectro clave para el desarrollo 5G. En esas fechas habrá dispositivos preparados en el mercado, algo que es probable que empecemos a ver en 2019. A pesar del optimismo inicial de la feria, durante las sucesivas ponencias se iba configurando un rosario de dificultades y retos para conseguirlo.
Hay aspectos de los estándares inmaduros cuando no falta de conciliación entre los diferentes mercados; hay una necesidad de las telecos de barajar sus costes por giga servido conforme crecen sus tarifas y en el 5G hay un problema con el coste energético; las operadoras por su parte siguen sufriendo problemas políticos para el - caro en todo caso - despliegue de más antenas y de la lentitud y falta de coordinación de los gobiernos para asignar el espectro.
Antes de finalizar el evento nos cruzamos con Tony Jin Yong, director general de Huawei en España "soy optimista, nuestro país va a estar en la primera línea del desarrollo 5G. Tenemos la tecnología, la voluntad política y unas telecos ambiciosas". Recuerdo sus palabras mientras termino este reportaje en el avión de vuelta a casa. Minutos antes de subir al avión me llegó el aviso en el móvil de que estoy a punto de agotar los gigas de este mes. Si con la nueva generación de redes me quieren ofrecer aplicaciones, juegos y realidad virtual en streaming mucha ambición van a necesitar las telecos. Y sobre todo, me pregunto, ¿de verdad que todo estará mejor conectado en cada momento con 5G?
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