La guerra en la emisión de contenidos online se recrudece. Si bien Netflix lleva la voz cantante (tanto en suscriptores como en inversión de programación), hay otro rival a tener muy en cuenta que se está poniendo las pilas y se prepara para plantar cara. Me refiero, cómo no, a Amazon Prime Video.
A finales del año pasado, el servicio de vídeo bajo demanda daba el esperado desembarco internacional, aunque de una forma algo "light": Prime Video pasó a incluirse con Amazon Premium sin coste adicional, pero el catálogo que incluía, más allá de sus propios originals, era bastante limitado. Parece que uno de sus objetivos para 2017 es mejorar en este aspecto. ¿Cómo? Gastando más dinero.
Según analistas de JP Morgan, Amazon invertirá este año 4500 millones de dólares en contenido, tanto original como licenciado. Por ponerlo en contexto, Netflix anunciaba en su día que ellos invertirían 6000 millones de dólares en 2017. Amazon se quedaría algo por detrás, sí, pero se trataría de un aumento considerable respecto a años anteriores.
El propio CFO de la compañía anunciaba el pasado verano que en la segunda mitad de 2016 duplicaría su inversión en contenidos, con la idea de triplicar el dinero gastado en sus propios contenidos originales. No fue más allá dando cifras concretas, pero sí explicó que la empresa no había dejado de subir su presupuesto desde los 1.300 millones de dólares que dedicaron a este apartado en 2014.
Más dinero equivale a más (y mejor) catálogo
Que Amazon cada vez gaste más en adquisición de programación es un paso lógico. Por un lado, el estar en más países implica tener que pagar más por los derechos de emisión de las series y películas que compran a otras distribuidoras. Por otro, y quizá más importante, porque cada vez son más ambiciosos con sus contenidos originales.
Cuando en 2013 tanto Netflix como Amazon empezaban a dar sus primeros pasos con sus propios contenidos, los dos servicios apostaban por dos aproximaciones diferentes. Netflix pegaba un puñetazo sobre la mesa con 'House of Cards', una gran producción (tanto en calidad como en presupuesto, las dos primeras temporadas les costaron 100 millones de dólares), mientras que Amazon lanzaba varios pilotos (muchos de ellos descafeinados y de bajo coste) y pedía a sus suscriptores que votaran cuáles se convertirían en serie. ¿Os acordáis de 'Betas' o 'Alpha House'? Pues eso.
En 2014 llegaba 'Transparent', más ambiciosa y con Jeffrey Tambor como protagonista, y realmente fue la primera alegría para Amazon: se convirtió en la primera serie de un servicio de streaming en ganar el Globo de Oro a mejor serie y desde entonces ha sido una habitual en las galas de premios. Además, claro, de una de las favoritas de la crítica.
Desde entonces, la apuesta de Amazon por sus propias series no ha parado de crecer. Llevamos ya nueve temporadas de pilotos, y la estrategia de Amazon ahora es en parte atraer a proyectos ambiciosos con grandes nombres detrás. En emisión ya tienen 'The Man in the High Castle' (no hay cifras oficiales, pero no parece ser precisamente barata), 'Sneake Pete' (creada por David Shore y Bryan Cranston) y 'Crisis in Six Scenes' (con un polémico Woody Allen que reconoció haber firmado con ellos porque pensó que sería dinero fácil). Para el futuro, sus proyectos incluyen 'Jean-Claude Van Johnson' (protagonizada por Jean-Claude Van Damme) e 'I love Dick' (Kevin Bacon), entre otros.
Y esto hablando de series, pero no es el único género en el que Amazon se está centrando. 'The Grand Tour', el programa de motor protagonizado por las antiguas estrellas de 'Top Gear', comenzó a emitirse a finales del año pasado y se convirtió en el título estrella para abanderar la expansión internacional de Prime Video. Su primer capítulo batió todos los récords del servicio y se colocó como el primer episodio más visto en la historia de Amazon Prime. Aunque no fue barato precisamente: según Netflix (sí, Netflix), Amazon habría pagado 250 millones de dólares por tres temporadas del programa.
Y ahora, también fútbol americano
Reed Hastings, CEO de Netflix, siempre ha descartado los eventos en directo. Ted Sarandos, su jefe de contenido, mantiene una opinión similar, pero abría la puerta a este tipo de contenidos si ellos los organizaran para no depender así de los precios establecidos por otros. En cualquier caso, no parece que vayan a apostar por ellos en un futuro cercano.
Amazon, sin embargo, sí que ve oportunidad de negocio o, al menos, oportunidad para experimentar y diferenciarse de Netflix. Hace unos días anunciaba haber llegado a un acuerdo con la NFL, la liga de fútbol americano de EEUU, para emitir online a través de su servicio diez partidos que se celebren los jueves. Si bien no han hecho oficial el precio que han pagado, el diario Wall Street Journal cita a fuentes conocedoras de la operación para afirmar que éste habría alcanzado los 50 millones de dólares.
"Estamos centrados en ofrecer a nuestros clientes los que quieren ver, y los miembros de Prime quieren la NFL" (Jeff Blackburn, senior VP de Amazon)
Si bien los partidos seguirán emitiéndose por televisión, los derechos online para esos diez encuentros son exclusivamente para Amazon y sólo los suscriptores de Amazon Prime Video podrán verlos. A modo de curiosidad, los derechos de estos partidos los tenía el año pasado Twitter y ellos los emitían gratis.
Aunque Amazon no lo ha especificado, tiene toda la pinta de que hablamos de emisión sólo en Estados Unidos, pero de salirles bien la jugada no sería extraño que viésemos iniciativas parecidas con otros deportes y otros territorios. De hecho, el WSJ lleva tiempo diciendo que la compañía está negociando por los derechos para emitir partidos en directo de la NBA y otras ligas estadounidenses, sin descartar crear un "pack" de canales contenidos deportivos premium (y de pago adicional, claro).
Primero en Estados Unidos, ¿y después a nivel global? Eso está por ver. Los derechos deportivos todavía siguen la tradicional distribución en "territorios", a diferencia de los derechos globales que han puesto de moda Netflix y compañía. Pero eso no significa que Amazon no intente entrar en algún mercado potente. En India, por ejemplo, han participado en la puja de los derechos de la Indian Premier League de cricket. Parece poco probable a corto plazo que les veamos aquí invirtiendo en fútbol, por ejemplo, pero todavía estamos en una fase inicial con experimentos en Estados Unidos. Si sale bien, después podría venir el resto.
Los servicios VOD como los grandes "inversores"
No quería terminar sin antes volver brevemente a las cifras que mencionábamos al principio: 6000 millones de dólares que invertirá Netflix en contenidos en 2017 (oficial) y 4500 millones que invertirá Amazon (estimación). En comparación, esto es mucho más dinero que el que están gastando otras cadenas y productores de contenido en Estados Unidos.
HBO, por ejemplo, no ha confirmado su presupuesto para 2017, pero en 2016 rondó los 2.000 millones de dólares. "No estamos gastando nuestro presupuesto para programación en catálogo. Estamos haciendo series originales... Lo hemos incrementado, y lo seguiremos incrementando", decía el CEO de Time Warner, empresa propietaria de HBO, a finales de 2016. Nótese que, cada vez que Amazon o Netflix dan cifra de inversión en programación, se refieren tanto a dinero que gastarán haciendo series propias como que invertirán para adquirir títulos de otros para su catálogo.
¿Y otros grandes grupos mediáticos estadounidenses? Aunque el gráfico que os comparto sobre estas líneas (elaborado por IHS Technology), muestra sólo lo gastado por cada grupo en 2013, 2014 y 2015, nos sirve para hacernos a una idea. Nótese que gran parte de la inversión de Disney y de NBC Universal se debe a los derechos deportivos, por lo que Netflix es actualmente quien más invierte en programación no deportiva.
ESPN, la joya de la corona de Disney, es la cadena que liderará los gastos en programación original en 2017, con lo que se estima que serán más de 7000 millones de dólares este año. Pero esto no significa que estén gozando de buena salud: se avecinan recortes tanto en personal como en presupuesto como consecuencia de la cada vez mayor pérdida de suscriptores. Hasta también se plantean el dar el salto al streaming de eventos deportivos...
¿A qué precio?
La estrategia de Amazon parece clara: invertir más y tener mejores series, programas y contenidos, para convertirse de verdad en un rival serio de Netflix. Sin embargo, la gran incógnita, al menos para mí, es el precio. En Estados Unidos, Reino Unido y otros países donde Amazon Video lleva años estando disponible, el servicio se ofrece junto a Amazon Prime (o Premium), pero elevando considerablemente el coste de éste.
Tras su expansión, en países como España pasó a incluirse de forma gratuita y sin aumento de precio con Amazon Premium (que aquí sigue costando 20 euros anuales). El catálogo es inferior al de otros territorios donde el coste es más elevado, pero a cambio consiguen ofrecerlo sin aumentar la cuota. ¿Se mantendrá ésta si, como parece, va creciendo el catálogo y la inversión? El tiempo lo dirá.
En Xataka | Amazon Prime Video, primeras impresiones: un chollo siendo o no Premium, pero con catálogo reducido
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