Las licencias de otras plataforma son la clave para entender el futuro del streaming
La guerra del streaming ha acabado convirtiéndose en un tópico que, acorde a los tiempos que vivimos, no se ha prolongado durante demasiados años. La popularidad de Netflix a finales de la década pasada y su crecimiento exponencial llevó a la aparición de abundantes competidoras que iniciaron una feroz carrera por destacar, potenciado por el brutal crecimiento al que condujo la pandemia. Y ahora, solo un par de años después, podríamos estar ante el fin de esa guerra.
Un breve resumen de un conflicto fulminante. Sin entrar en detalles que ya conocemos todos, a partir de 2019 se multiplicaron los servicios de streaming, cada uno afín a la productora o conglomerado que había detrás: Prime Video de Amazon, Hulu y Disney+ de Disney+, las múltiples mutaciones de HBO Max de Warner o Apple TV+ de Apple entre otras. Todas hicieron de los contenidos propios y originales su bandera, siguiendo -como en tantas otras cosas- el ejemplo de Netflix, que llevaba por entonces un par de años generando contenidos propios que llevaron a un cambio en la conversación: Netflix era la nueva niña bonita del audiovisual.
La situación post-pandemia. Mientras se las ingeniaban para encontrar formas de distinguirse unas de otras llegó la pandemia y su giro radical a cómo consumíamos y se distribuía el contenido audiovisual. Se multiplicaron los audiencias en una etapa de crecimiento acelerado que hemos visto remitir durante 2023: Warner lleva más de un año de recortes, prácticamente todas han emprendido medidas para amortiguar los gastos (impidiendo el consumo compartido de cuentas, incluyendo publicidad, subiendo el precio de las tarifas), y las licencias de contenido ajeno se ha convertido en práctica habitual.
El fenómeno de las licencias. Netflix no es ajena a licenciar series ajenas. Es así cómo empezó a engordar su contenido, en una práctica heredada de sus tiempos de videoclub digital: otros producen, ella distribuye. Series icónicas de la plataforma, como 'Lucifer', 'You' o 'Cobra Kai' son producciones ajenas. Pero HBO fue la que multiplicó estas producciones desde mediados del año pasado: 'Ballers', 'Band of Brothers', innumerables series animadas... Pronto se han ido sumando otras series procedentes de otras productoras, y ya se ha anunciado la primera de 2024: la prestigiosa 'Yellowstone', original de Paramount y emitida en España en SkyShowtime, que llega a mediados de enero a la plataforma.
Y ahora, Disney. Disney ha sido la última en ceder. De momento no veremos series de Marvel o Star Wars en Netflix (aunque más vale dar tiempo al tiempo), pero sí múltiples series procedentes de canales propiedad de Disney, como Hulu o ABC: 'Anatomía de Grey' llegará a Netflix (en Estados Unidos, está por ver qué sucede en territorios europeos, donde las licencias varían, pero cabe suponer que coincidirán en muchos casos) en marzo de 2024. Le seguirán títulos como 'Aquellos maravillosos años', 'Cómo conocí a vuestra madre', 'Perdidos', 'Prison Break' o 'Un chapuzas en casa'.
Netflix flota. A finales de diciembre, Variety informaba que Netflix estaba cotizando en bolsa a niveles pandémicos, es decir, rozando los mayores de su historia. Después del año 2022, en el que la plataforma experimentó una sangría de suscriptores muy notable, parece estar recobrando el pulso. La decisión de no permitir que se compartieran cuentas, con la que muchos vaticinaron el fin de sus días de gloria, no le está yendo mal, y las nuevas suscripciones están compensando las lógicas bajas.
No todo son buenas noticias. 2023 va a ser un año decisivo para Netflix. En 2023 su mayor éxito a nivel internacional fue una licencia, la serie 'Suits', y necesita material propio de éxito desesperadamente. ¿O no? Llevamos diciendo eso mismo desde 'Miércoles', y antes, desde 'El juego del calamar', y antes, prácticamente desde 'Stranger Things', cuando parecía que ninguna producción podría dar la réplica en términos de impacto a la serie de misterio juvenil. Sin embargo, Netflix podría estar convirtiéndose en otra cosa.
Hay de todo, oiga. Cuando Netflix mostró, con un detalle nunca antes visto en la plataforma (ni en ninguna de sus competidoras) todos los datos sobre el catálogo de la plataforma entre enero y junio de 2023, Ted Sarandos reconoció sin problemas que 'Suits' era un activo importante de la plataforma pese a no ser una producción propia. Remontémonos a los principios del streaming, cuando soñábamos con una plataforma que lo tuviera todo, un sueño que se frustró cuando llegó la atomización del sector con múltiples plataformas. El inicio de la guerra.
¿Un futuro bajo una sola marca? Quizás ahora estamos volviendo a ese punto: a una plataforma que aglutine productos de muy distintas procedencias. Por supuesto, Netflix no tiene el poder ni el dinero (ni quizás le interese estratégicamente) como para amasar semejante cantidad de producto, pero con las guerras del streaming languideciendo, está claro quién tiene todas las papeletas para alzarse sobre sus competidores.
Cabecera: Netflix
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