Desde que se estrenó su primer episodio en BBC y Hulu a finales de abril, ‘Normal People’ empezó a posicionarse como uno de los fenómenos del año. Por esta razón, durante los meses siguientes una de las preguntas recurrentes entre los seguidores de las series era quién la traería a España, porque al margen de las complicaciones que sabemos inherentes de los acuerdos de distribución, resultaba inconcebible que los canales y plataformas la dejaran escapar.
Finalmente, fue StarzPlay la afortunada, una plataforma que puede parecer modesta en cuanto a número de suspcriptores, pero no en la calidad de su catálogo. Avalada por la crítica internacional, la serie llegó a nuestras pantallas el 16 de julio con un gran reto por delante del que salió airosa, porque consiguió estar a la altura de las expectativas creadas a su alrededor. Y eran muchas. En The New York Times, James Ponewiozic tituló su crítica diciendo que su historia de amor nos haría pedazos; Lucy Mangan afirmó en The Guardian que se sorprendería si veía una serie mejor que 'Normal People' en 2010 porque "es un triunfo en todos los sentidos", y Alan Sepinwall la describió como "una historia de amor para la posteridad".
¿Qué tiene de especial este romance juvenil para haber cautivado de forma casi unánime a crítica y espectadores, justo en esta época en la que ponernos de acuerdo hasta en las cosas más superficiales? De la obra original que se adapta, al equipo detrás de cámaras o los temas de los que habla, en este texto comentaremos qué ha hecho que ‘Normal People' haya sido catalogada por muchos como una de las series de 2020, y también hablaremos del envidiable catálogo que se está labrando StarzPlay, que avanza en España con paso lento pero seguro.
Sally Rooney, la obra original y la adaptación
Rooney es, sin duda, y como quiso ser Hannah Horvath en ‘Girls’, la voz de una generación, la milenial, con los miedos e inseguridades que le son inherentes dentro del contexto socioeconómico posterior a la crisis de 2008, algo que está presente de forma textual y subtextual en sus obras. La joven autora irlandesa revolucionó el panorama de la narrativa contemporánea con ‘Conversaciones entre amigos', su primera novela -que también será adaptada como serie-, y se consolidó con ‘Normal People’, su segunda obra, un bestseller en Estados Unidos (con 64.000 copias vendidas en los primeros cuatro meses desde su lanzamiento) y por la que fue finalista en el Man Booker Prize de 2018 y el Women's Prize for Fiction, y galardonada como mejor libro del año en los British Book Awards en 2019.
En la novela seguimos la historia de amor de Marianne y Connell durante varios años, desde sus inicios, en su último año de instituto, y durante la universidad. Un relato marcado por la diferencia de clase (la madre de él es limpiadora en la casa de ella), aunque solo uno de los dos sea consciente, y por los malentendidos y sobreentendidos que se producen cuando somos incapaces de comunicar lo que queremos porque asumimos que la persona que tenemos al lado sabe lo que hay dentro de nuestra cabeza. A pesar de sus múltiples desencuentros, siempre están destinados a reencontrarse, hasta que se vuelven a perder. Regresan siendo los mismos en esencia, pero habiendo crecido gracias a la presencia del otro en su vida.
Aunque en España no ha tenido la repercusión que obtuvo en el mercado anglosajón, y muchos lectores se han acercado a la novela después de ver la serie y no antes, hay que alabar la magnífica adaptación a la pantalla, firmada por la propia Rooney junto a Alice Birch, la guionista de ‘Lady Macbeth’. Un trabajo que no era nada fácil, porque no se ha recurrido a la voz en off para poner en palabras los puntos de vista y todos los pensamientos que son verbalizados por la memorable voz narradora en la novela.
Para que esto fuera posible, además de buenos guiones, hacía falta encontrar a los actores perfectos y una puesta en escena capaz de captar cada matiz, lo cual nos lleva a los siguientes dos puntos.
La química de sus protagonistas: Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal
Muchas veces hablamos de la importancia de que exista química entre actores, esa energía que desprenden dos personas cuando están juntas. Es algo que no se puede explicar y mucho menos fingir, se produce o no, y cuando lo hace, traspasa la pantalla con tanta intensidad que parece magia.
Y eso es lo que sentimos cuando vemos a Marianne y a Connell. No podemos imaginar a otros actores encarnando esos papeles, porque se apoderan de sus personajes desde el primer plano. Nos cogen de la mano y no nos sueltan hasta el final de su historia, vivimos junto a ellos cada momento feliz, cada duda y cada malentendido. Cada vez que se rompen el corazón nos lo rompen también a nosotros. Cada mirada a metros de distancia, cada taza de té que se preparan el uno al otro, cada roce de sus cuerpos y cada silencio transmiten quiénes son, cómo han llegado hasta ahí y nos hace querer saber qué pasará con ellos a partir de ese momento en concreto.
La dirección, el diseño de sonido y la naturalidad en las escenas de intimidad
Lenny Abrahamson, nominado al Óscar en 2015 por 'La habitación’, dirige la primera mitad de la temporada, y Hettie McDonald (‘Hit & Miss' y ‘Fortitude’, entre otras) los seis episodios restantes. El estilo de ambos es un derroche de sensibilidad, el complemento perfecto para esta historia repleta de matices, miradas y silencios que requiere que cada elemento de la narración aporte significado y transmita emociones y pensamientos sin necesidad de la palabra hablada.
Porque ‘Normal People’ es una serie que retrata la potente conexión entre dos personas, una conexión intelectual y emocional, pero también física. Marianne y Connell sienten una atracción sexual que no pueden ni intentan controlar y las escenas íntimas son parte fundamental tanto de la novela como de la obra filmada. Para transmitir esa conexión hace falta mucho más que química, que la hay, y en este apartado la serie merece una mención de honor por la puesta en escena que transmite cada emoción con primeros planos, el diseño de sonido que captura cada suspiro, sus respiraciones sincronizadas y el roce de las pieles o con las sábanas; y, por supuesto, el trabajo de la coordinadora de intimidad, Ita O’Brien, que diseñó los movimientos e interacciones de cada encuentro garantizando la seguridad y tranquilidad de los actores durante el rodaje.
El momento en el que se estrenó pudo jugar en contra, pero lo hizo a favor
‘Normal People’ se estrenó en el mes de abril, cuando el planeta entero estaba confinado. Ver una historia en la que el contacto físico, la intimidad y la necesidad de conectar eran tan importantes podría haber causado rechazo porque era algo de lo que estábamos privados en la vida real, vivíamos aislados.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, causó el efecto contrario. Quizá por nostalgia o de modo aspiracional, los espectadores conectaron con la historia de amor de dos personas que no pueden resistir las ganas de tocarse cuando están en una misma habitación y que siguen estando presentes en la vida del otro aunque los separen kilómetros de distancia.
Y es precisamente en medio de esa distancia cuando surge una de las escenas más bonitas de la serie. El momento del que hablamos se produce a través de Skype y los responsables de la serie no podían imaginar cuánto nos iba a interpelar y lo mucho que íbamos a conectar con esa escena en particular, porque durante varios meses hemos vivido a través de nuestras pantallas, y gracias a ese aislamiento nos hemos acercado a amigos y familiares con los que antes hablábamos solo por compromiso en fechas señaladas o una vez al año, con suerte.
Un romance juvenil que ha cautivado a público, crítica y premios
‘Normal People’ nunca esconde que es una historia de amor y tampoco necesita disfrazar su romance de drama adulto. Los conflictos de sus protagonistas son propios de la edad que tienen sus personajes, tanto, que uno de los puntos de giro de la temporada surge cuando alguien no es invitado al baile de fin de curso. Hay que ver la serie para entender y creer cuánto consigue afectar ese detalle al espectador.
Que a pesar de su perfil recibiera cuatro nominaciones en los premios Emmy que se entregarán el 20 de septiembre y se haya convertido en un fenómeno no es algo baladí, porque bien sabemos que el género romántico y lo juvenil -mucho menos cuando ambos van de la mano-, son etiquetas que no suelen estar asociadas a lo que llamamos “series de prestigio” y son razones más que suficientes para que muchos espectadores le den la espalda. Sin embargo, esta serie logra que los encuentros y desencuentros de la pareja central de esta historia importen, independientemente de la edad, de dónde viva y de las preferencias en cuanto a género en la ficción del espectador.
¿Cómo lo consigue? Aquí podríamos argumentar que es intachable a nivel técnico, que la interpretación de sus actores está a un nivel altísimo, que es una ventaja que sus episodios solo duren media hora o que se estrenó en el momento propicio. También podríamos decir que plantea temas serios que pueden apelar a un público amplio, como son la ansiedad, las relaciones tóxicas, la autoestima, el maltrato familiar, diferencias de clase, los problemas de comunicación en las relaciones de pareja o la salud mental.
Todo lo anterior es cierto, pero la lección más importante que nos deja su éxito es, realmente, un recordatorio: ya va siendo hora de abandonar los prejuicios que se tienen ante ciertas ficciones, porque para hacer magia es más importante una historia honesta y bien contada que una premisa rompedora o la complejidad de la estructura de la temporada.
StarzPlay está pisando fuerte con su catálogo
Cuando la plataforma se lanzó en España, a finales de marzo de 2019, llegó como uno de los competidores pequeños. Aunque en su catálogo ya destacaban en aquel momento algunas series inéditas en nuestro país, como 'Vida' o 'The Act', parecía lo iba a tener muy difícil para conseguir llamar la atención y hacerse un nombre.
Pero poco a poco StarzPlay ha ido añadiendo en su oferta otros títulos en exclusiva, como 'Ramy', 'The Great', 'Alta fidelidad', la propia 'Normal People' o el anuncio de su última gran adquisición, la británica y muy comentada 'Gangs of London', con los que está conformando un catálogo de prestigio del que puede presumir, y con el que ha encontrado la forma de hacerse un hueco entre la cada vez más amplia oferta de plataformas de streaming en España.
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