M. Night Shyamalan, salvo algunos clásicos en los que todos parecemos coincidir ('El sexto sentido', 'Señales') y la trilogía supeheroica que arrancó con 'El protegido', siempre ha sido un director muy discutido. Sus finales tramposos pero inesperados y sus retruécanos para pillar desprevenido al espectador suelen ser tan endebles como divertidos, y los más insensatos ('El bosque', 'El incidente', 'La visita') son los que más me gustan a mí y los que más molestan a sus haters.
Pero pocas tan odiadas como 'El incidente', una deliciosa serie B en espíritu que plantea un misterio muy sólido, una solución muy verbenera y que puedes ver en Disney+. Lo delirante de su giro final, intolerable para muchos espectadores, supuso para muchos seguidores del autor la gota que colmó el vaso. También supuso el final de la etapa clásica del director, sumergiéndose a partir de aquí en unos años oscuros con superproducciones muy mediocres y de las que no saldría hasta una década después, con la mencionada 'La visita'.
En 'El incidente', un profesor de ciencias (Mark Wahlberg) y su esposa (Zooey Deschanel) intentan sobrevivir a una plaga que hace que quienes la padecen se suiciden en cadena. Ningún lugar es seguro y los suicidios se multiplican sin aparente razón, lo que da pie a una película que, hasta el mismo momento de su solución, traza una atmósfera caótica, amenazadora e imprevisible.
Esa imprevisibilidad se mantiene hasta el final: lo endeble de la solución final refuerza esos aires de retrato de un infierno en el que la muerte está continuamente a la vuelta de la esquina. A diferencia de una película de contagios o zombis, 'El incidente' retrata la muerte fortuita y demoledora, ya desde sus primeras y magníficas secuencias en las que vemos los suicidios extendiéndose sin control. El resto es para amantes de las películas de conceptos brutales llevados hasta sus últimos extremos.
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