Es una de las películas de invasiones alienígenas más aterradoras e inteligentes de todos los tiempos y la tienes en streaming

Los ultracuerpos son un icono tan versátil y fascinante que el cine lo reformula una y otra vez, sin descanso

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La idea de las invasiones alienígenas rebosa tropos que han quedado grabados a fuego en la cultura popular. De los platillos volantes a los rayos desintegradores, pasando por los marcianos verdes y cabezones o la siempre traumática destrucción de monumentos terrestres de todo el mundo. Pero ninguno es tan enigmático, versátil y fascinante como los ultracuerpos: extraterrestres que nos suplantan creando copias exactas de nosotros mismos.

Es un tropo tan potente, de hecho, que desde los años cincuenta ha encontrado diferentes versiones en el cine de ciencia ficción. Y en cada una de ellas ha hablado de los temores de su época: en los cincuenta, de la propaganda anticomunista que hizo creer a los norteamericanos que cualquier vecino podía ser un rojo criminal; más recientemente, encarnaciones de los ladrones de cuerpos han hablado de la despersonalización del individuo a la que nos ha llevado la sociedad de masas. Pero los ladrones de cuerpos nunca fueron tan demoledores y terroríficos como en 'La invasión de los ultracuerpos', la versión de 1978 que puedes ver en Filmin.   

Este remake de la versión de los cincuenta está dirigido por Philip Kaufman, y repite punto por punto todos los elementos de la versión de los cincuenta: un grupo de personas se dan cuenta que conocidos y amigos están empezando a experimentar sutiles cambios sin explicación. Se comportan como personas sin emociones, es imperceptible pero quienes les conocen bien saben que no son exactamente los mismos.

El clima paranoide se apodera de la película, que avanza frenéticamente como una peculiar reflexión acerca de la crisis de confianza de los norteamericanos de los setenta en instituciones intocables como el matrimonio. Al pulso narrativo de Kaufman y unos extraordinarios efectos que se anticipan a los delirios neocárnicos que veremos en los ochenta se suma un reparto de intérpretes soberbios (e inquietantes) como Donald Sutherland, Brooke Adams, Jeff Goldblum, Veronica Cartwright y Leonard Nimoy... y uno de los mejores y más inolvidables planos finales de la historia del cine.

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