Es normal que no recuerdes qué pasó en la última temporada de tu serie favorita: la industria tiene un grave problema de plazos

El trailer de la segunda temporada de 'Separación' ha llegado al fin... dos años después. ¿Por qué pasa esto?

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Ayer tuve la ocasión de ver el primer capítulo de la nueva temporada de una serie que no lanzaba nuevo material desde hace tres años. ¡Y continuaba tal cual donde se había quedado! Tuve que hacer un auténtico ejercicio de memoria por mi parte, y aunque es un caso excepcional, ya que es raro que una serie tarde tanto en volver, no es extraño que cada vez las series se retrasen más y más en el estreno de nuevas temporadas. El panorama televisivo ha cambiado y ese es uno de los efectos más claros.

Severance dos. Ayer también recibíamos el primer trailer de la segunda temporada de 'Separación', una de las grandes series del catálogo de Apple TV+, y que, acercándose a la serie que comentaba más arriba, ha tardado dos años y medio en volver. Y por lo que podemos ver en este nuevo trailer, también decide continuar linealmente la historia donde lo dejó la primera temporada, lo que sin duda sembrará las cabezas de los espectadores de multitud de preguntas (más allá de los nuevos enigmas que plantea el trailer): ¿debería sorprenderme la aparición de tal personaje? O: ¿por qué todo el mundo parece conocer a ese tío menos yo?

Las excusas habituales. Tengamos en cuenta que hemos atravesado unos años complicados: la huelga de guionistas de Hollywwod y los coletazos del COVID han desajustado unas cuantas agendas, aunque no es el caso de 'Separación', que ha atravesado por problemas creativos y de enfoque gravísimos, hasta el punto de que en algunos momentos del año pasado se pensó que sería cancelada. Tampoco series de tanto éxito como 'Stranger Things' fueron en principio afectadas por la huelga, como no lo fue 'Euphoria', que se supo que tendría nueva temporada hace pocos meses, un par de años después del estreno de la anterior.

Otros tiempos, otras costumbres. Este dejar tanto tiempo entre temporadas se ha convertido en una costumbre que aún nos choca a quienes recordamos los viejos usos de la televisión lineal. Antes, o bien veíamos varias temporadas de una tacada sin saberlo, o bien las series se renovaban en pocos meses: sigue haciéndose en las programaciones de canales tradicionales como ABC. Las nuevas costumbres entrañan, de todos modos, ciertos riesgos.

Los problemas de los retrasos. Mis dificultades para recapitular en mi cabeza todos los datos importantes de la temporada anterior no son problemas debido (sólo) a mi provecta edad. Dejar pasar mucho tiempo entre temporadas dificulta el asentamiento de una audiencia fiel y dispuesta a repetir con nuevas temporadas. En un artículo de Vulture sobre el tema, el productor de 'El ala oeste de la Casa Blanca' John Wells afirmaba que "no tener [nuevos episodios] disponibles durante un largo periodo de tiempo es una de las razones por las que las series decaen en lugar de ganar audiencia, incluso las que han despuntado en su primer año".

Series más costosas. Pero... ¿cuáles son los motivos de estos retrasos? Solo hay que echar un vistazo a la programación de las plataformas: todas tienen dentro de su catálogo unas cuantas producciones que son el equivalente de los blockbusters para las productoras tradicionales de Hollywood. 'La Casa del Dragón', 'Stranger Things', 'The Boys', 'Los Bridgerton'... el caso de Disney+ es el más fácil de entender. Aunque ahora andan de (bienvenidos) recortes, hasta hace poco su acercamiento a las nuevas series de Marvel y Star Wars era muy similar, en prodiucción y costes, a los de películas de la franquicia. Y eso lleva tiempo. De hecho, entre que algo se rueda y llega a la plataforma puede pasar casi un año, entre otras cosas por cuestiones como el doblaje y el subtitulado para el estreno simultáneo internacional.

La falta de costumbre. Pero hay otro detalle extra: como consecuencia derivada de esas series planteadas al estilo de películas que decíamos más arriba, y también por culpa de Netflix, Prime Video y su búsqueda de talento a golpe de cheque, las estrellas creativas de la televisión no son lo suficientemente conocidas para el gran público. Así han llegado a la televisión nombres como los hermanos Russo, Ben Stiller o Rian Johnson, que traen consigo equipos que no están acostumbrados al ritmo televisivo, de plazos mucho más estajanovistas. Tal y como dice un ejecutivo de televisión en el artículo de Vulture, "debería ser fácil escribir ocho o diez episodios de una serie de media hora, pero no tienen ese músculo. No tienen experiencia en escribir rápido y escribir mucho".

¿Y entonces qué? Vivimos, quizás, los últimos tiempos de este sistema. En meses recientes estamos percibiendo un esfuerzo de las plataformas de streaming de las plataformas de recortar gastos (las subidas de tarifas y prohibición de cuentas compartidas son solo el síntoma), y eso afectará a las series. 'Agatha, ¿quién si no?' es un paso en esa dirección, como lo será también el nuevo spin-off de 'Juego de tronos'. Wells está produciendo una serie para HBO, el drama médico 'The Pitt', que constará de quince episodios y que, si es renovada, tendrá continuidad en menos de un año.

Netflix también está abrazando ese sistema, más rentable y rápido: las nuevas temporadas de 'La diplomática' o 'El abogado del Lincoln' facturan nuevas temporadas en un año o menos. Series menos caras y menos espectaculares es la nueva consigna si las plataformas no se quieren ahogar en sus propios éxitos.

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