Tres documentales y series acerca de la edad de oro de los videojuegos y que puedes ver en Netflix

Los años ochenta fue una década vibrante de emoción e innovación para los videojuegos: con las primeras consolas y los microordenadores, juegos que ofrecían horas de diversión con apenas 50 kb de memoria en muchos casos, sigue siendo una etapa de la historia del entretenimiento a la que volvemos una y otra vez, fascinados con su sentido del riesgo y su colorido. Traemos hoy un par de documentales y una serie que indagan en esta fascinante y fundacional época.

¡No nos gusta Capitán Morcilla!

Este documental se centra en la creación de un juego semi-olvidado de la mítica Dinamic, 'Capitán Morcilla' / 'Capitán Sevilla', pero lo más interesante de su propuesta es cómo sobrevuela la industria del momento, la semi-amateur pero muy exitosa Edad de Oro del Soft Español. Con declaraciones de primera mano y mucho material exclusivo, es un documental imprescindible para cualquier aficionado interesado en los orígenes del videojuego español.

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High Score

Un por fuerza incompleto documental sobre los orígenes de los videojuegos, que en seis episodios sobrevuela los inicios del medio, llegando hasta que dieron pie a una industria más o menos establecida: a veces centrándose en fenómenos como la guerra Nintendo-Sega, otras veces analizando géneros como los juegos de rol o de lucha, o revisando avances técnicos como la llegada de las 3D. Una pequeña serie para nada exhaustiva, pero sí con interesantísimas declaraciones de primera mano y perfecta para hacerse una idea general de la evolución de los títulos clásicos.

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Black Mirror: Bandersnatch

Con la prestigiosa 'Black Mirror' ya en manos de Netflix, Charlie Brooker creó este peculiar experimento cuya estructura experimental e interactiva pilló a todo el mundo por sorpresa. Aquella intención de Netflix de popularizar las ficciones cuyo argumento decidía el espectador con el mando quedó en nada, pero aún así, 'Bandersnatch' es un interesantísimo episodio de la serie gracias a su ambientación: un joven programador intenta convertir un librojuego de fantasía en un videojuego en 1984. La industria de los microordenadores de la época se reinterpreta así con una historia a medio camino entre el terror lo-fi y la retronostalgia paranoica.

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