Hace ya tiempo que sabemos que M. Night Shyamalan no era flor de un día, sino un auténtico reformador del thriller, uno que puso patas arriba el género y luego se dedicó a reconstruirlo con piezas concisas, directas y demoledoras. En el fondo, los fracasos de 'Airbender, el último guerrero' y 'After Earth' fueron una bendición, porque permitieron, a partir de 'La visita', que el director se centrara en proyectos con unas características muy concretas.
En los últimos años, Shyamalan está desarrollando artefactos con una idea nuclear muy poderosa, y con un tamaño y presupuesto que el director se puede permitir controlar hasta el último plano. Solo así funcionan películas como esta 'La trampa' que, solo unos pocos meses después de llegar a los cines, llega a Max: es, quizásm su mejor película desde la mencionada 'La visita', y resume a la perfección las virtudes del mejor Shyamalan.
De nuevo tenemos esa idea poderosa y que, por sí misma, hace funcionar la película sin dificultad durante todo su metraje (un asesino en serie es atrapado por la policía en un estadio donde está teniendo lugar un concierto multitudinario, al que este criminal ha ido para acompañar a su hija), y de nuevo tenemos un giro en su tercio final polémico y que dividirá a los espectadores. Esa polémica es parte de la diversión: en nuestro caso ni siquiera podemos decidir si estamos a favor o en contra de las loquísimas decisiones que la película toma en su tramo final. Solo podemos maravillarnos de la valentía del director y de lo fácil que es subirse a un vagón de esta demencial montaña rusa.
Con excelentes interpretaciones de todo el reparto, pero especialmente de un Josh Harnett que saca buen partido de su singular magnetismo: mitad norteamericano medio, mitad embaucador que esconde unos cuantos secretos. 'La trampa' es una de las películas más accesibles y magnéticas que ha rodado el director indio: un caramelo envenenado para Halloween, lleno de los giros y sorpresas marca de la casa. Si eres alérgico o alérgica a dejarte llevar, eso sí, quizás prefieras una montaña rusa con menos cambios de rasante.
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